Nos debemos dirigir con miradas precisas. Hemos de considerarnos en
el plan más hermoso. No apaguemos las voluntades de quienes fueron en
una trayectoria no fugaz. Busquemos donde todo fue o volverá a ser.
Nos hemos de impresionar con las magníficas finalidades en las que vivimos, con las que somos más libres.
Cundamos
con el ejemplo más bonito, con la cultura de un amor que nos ha de
llevar donde somos en la noche de varios tiempos. No quedemos en ese
umbral que produce batallas.
Nos debemos a los
universos más plantados, a los que nos embellecen. Todo en la vida
alberga un interés. Hemos de darle vueltas hasta que demos con lo
buscado.
Habituemos al corazón a la ayuda, a la superación de las
contrariedades. Hemos de agotar los recursos para reponerlos después con
toda la ilusión.
Juan TOMÁS FRUTOS.
miércoles, 12 de junio de 2013
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