Nos ubicamos
donde nos deja el amor,
que es el mejor sitio,
con la mirada más bella.
Vivamos la emoción
de esos instantes
que nos pueden permitir
volver a ese patio
de infancia feliz.
Los tropiezos han de servir
para valorar cuanto merece la pena.
No perdamos la ilusión.
Juan T.
sábado, 2 de noviembre de 2013
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