El amor
que llena
el vaso de la vida
nos
invita
a
tomarnos ese te
con el
que progresamos
en lo más
literal,
desde la
alegría más bella.
Ubiquemos
las
destrezas cariñosas con sintonías
que nos
propongan
seguir
hasta el momento mejor.
Todo es
posible
en la
belleza que nos regala
gratos
instantes, segundos eternos.
Hemos
explicado el mundo
con un
abrazo,
y nos
quedan muchas porciones
que
referir en adelante.
Concretemos
el presente
desde un
pasado de aprendizajes
sólidos y
solventes
y hacia
un futuro prometedor.
Lo
tenemos: no tenemos.
Juan Tomás Frutos.

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