Aconsejamos
la llegada con la voluntad
más firme,
más querida.
Nos amamos
con razones y sin ellas.
Hemos de desear estar
donde los pronósticos
nos aseveran
en los cambios y mejorías
que defendemos
para ser felices.
Apostemos
por las oportunidades
más sensacionales.
Podemos vernos
con recurrencias de transformaciones
hacia el cariño que es.
Nos daremos formación
y conducta con caricias
que salvarán y procurarán
la dicha a la que tenemos derecho.
Fermenta el todo,
y el todo es en la memoria misma.
Hoy lo sabemos.
Juan T.
sábado, 5 de julio de 2014
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