Generas
ese deseo que es
en la misma noche
del desierto,
de la vida eterna,
de la causa más linda.
Me consientes,
me dices,
me das, me propones,
me sigues,
me olvidas
y me recuerdas.
Todo ocurre.
Te subrayaré que es posible,
y seguro que lo será.
Nos admiramos.
Hemos dado con las señales
más singulares.
Tendemos a ser.
Llegaremos.
Juan T.
miércoles, 9 de julio de 2014
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