lunes, 29 de noviembre de 2010

Experiencia y conocimiento

Contemplemos las obras desde diferentes puntos de vista. Hagamos caso a los momentos de glorias con sus equilibrios más normalizamos, y vayamos hacia ese lado que nos distingue con frutos de avances totales, queridos, únicos. Lo excepcional nos debe transportar a lo más normal con sus refrescos más o menos apasionados. Sigamos la senda que nos complace.

Hemos de vivir en la proporcionalidad que nos insiste con sus intereses más o menos lindos. Podemos acudir a las visualizaciones que nos alaban con sus influencias variopintas. Hagamos que el corazón siga como si todo tuviera un poco de sentido, o más. Las influencias han de venir de todos los vectores posibles, teniendo en cuenta que las costumbres han de ser algo más que usos. No caigamos en la rutina.

Las sentencias han de ponerse en su justa medida, procurando que den con las salidas a los tonos que no siempre comprendemos. Debemos acudir a las citas en las que aprendemos, sin perder esas oportunidades que vienen en forma de muy pocos trenes. Cuidemos las formas. Todo es importante, también lo que nos ocurre de diferente guisa.

Cuajemos las mejores faenas desde las opciones que nos previenen de los cambios dando cuenta de las transformaciones que nos ayudan a vivir en la más auténtica paz. Hemos de poder apostar por las cuestiones que nos añaden equilibrio y perspectiva, que siempre contribuyen a consolidar las mejores respuestas y actitudes. Hemos de compartir desde el escenario más bondadoso y equitativo, con frecuentes anhelos de libertad, que nos deben ayudar.

Cuajemos modos y maneras desde la brillantez de quienes vienen con el afán de proteger lo más genuino al tiempo que exportamos las ideas que han de expandir los fines más universales. Gestionemos las causas comunes para que lo sean de verdad desde proyectos y procesos que nos procuren mayores dosis de libertad e independencia basadas en la docencia que proviene del cuidado, de la experiencia y del conocimiento mismo. Se trata de dar antes que recibir, de consultar, de beber y dar de beber a los otros.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Llegan las esencias

Tendremos que regresar. La existencia nos propone cambiar de actitudes. Nos ponemos a estudiar lo que es. Las esencias de amor llegan.

Momentos más profundos

Acudimos a las prácticas más sensacionales. Nos proponemos amistades que nos deberán señalizar momentos más profundos.

Ni entramos ni salimos

Hemos vivido empates que nos sacan del quicio de la puerta. No entramos ni salimos. No sabemos si merecemos este tiempo.

No hoy

Nos ganamos sin que empecemos ninguna partida. No damos con las soluciones, ni tampoco las necesitamos hoy.

Sin conocimientos callados

Nos protegemos. Hemos abundado en lo más coherente. Nos sacamos señales que nos dan responsabilidades sin conocimientos callados.

Nos atendemos

Todo puede ser si el amor nos coloca con limitaciones que no han de ser sensaciones inútiles. Nos atendemos.

Como la hierba

Nos damos ilusiones que son. Nos hemos consultado algunas consecuencias que nos animan a vivir. El amor es como la hierba.

No sirven

Salimos a vernos desde ventanales que nos proponen recursos potentes. Nos hemos dado colecciones que no sirven sin el suficiente amor.

A otra noria

Salimos a otra esfera. Nos anunciamos deseos con los que formular respuestas en tiempo y forma. Nos subimos a otra noria.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Cobrar sentido

Separamos lo diferente de lo igual y damos con ocurrencias que nos invitan a viajar por ese más acá que nos parece incierto, quizá por cercano. Las presencias han de contribuir a las prestancias más serenas.

Nos abrumamos con los pasatiempos que nos permiten estar en varias partes al mismo tiempo. Hemos sido sin complejos, con artes que nos amparan con respuestas de anticipada querencia. Hemos de aplicar serenidades.

Nos hemos contemplado con luces que nos invitan a estar en ese otro lado. No damos con los sencillos momentos que han de mudarse con estampas sencillas. Estemos con la suficiencia que nos debe hacer recordar todo cuanto fuimos. Aclaremos los pronósticos.

Nos hemos de poner manos a la obra para que las separaciones nos sirvan de acicate entre fortunas de creencias sin tope. Nos queremos con sellos que han de suprimir el coste de envíos de ideas con afectos superpuestos. Supongamos el todo. Con algo daremos.

Hemos de servir de caudillos que han de solventar las penitencias que nos deberán permitir asumir los costes más sencillos. Seamos en esos maravillosos inicios que nos disponen con sus cautelas más altas. Nos hemos de ayudar.

Hemos de procurar que funcionen los procesos en los que la negociación ha de ser un campo abonado de sencillas facturas hacia ese universo de posibilidades eternas, con idas y vueltas marcadas con tipologías suficientes. Hagamos caso a los diversos corazones.

Las tendencias nos deben llevar hacia esa separación que nos consume. Pidamos otra cara con su moneda de apetencia de más aprendizaje sin “fijamientos” determinados. Consumamos el espacio y el tiempo y digamos las cosas como son, o como aparentan, y siempre desde la mejor voluntad, que nos debe empujar hacia la sensación más extraordinaria. Pujemos con razones y con flujos de sensaciones que han de intermediar para que lo que sucede cobre sentido. Lo tiene.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Nuevos soportes con normas aún vigentes

Todo cambia, y todo sigue en cierta forma. Definir hoy en día lo que es la Prensa, Radio o Televisión pasa por esa interpretación, por esa nueva puesta en escena que supone la convergencia de todos estos instrumentos mediáticos en lo que denominamos Internet. Estamos ante una encrucijada, un encuentro, que implica cambios, nuevas tendencias, nuevas rutinas de labor y de mejora, así como de desarrollo.
Las TIC´s son un motor para todo. Los medios de comunicación no pueden ser menos. Ahora uno escucha la radio en una pantalla de ordenador al tiempo que, en ese mismo portal, atiende las noticias principales, sus ecos y repercusiones y, en paralelo, tiene la opción de conocer lo que fue noticioso el día anterior y de consultar lo que dijeron los expertos al respecto. Poco a poco se incorpora a todo este bagaje de sonidos y de escritos una serie de videos con aquello que estiman los editores de estas plataformas multimedia que tiene relevancia y se puede optimizar mejor mediante imágenes locutadas.
Por lo tanto, la Radio ya no es lo que era, como no lo es la Prensa, y como no lo es la Televisión. En esencia, lo son, pero no en las formas: los soportes y su implantación e impregnación son otros, mejorados, mucho más inmediatos, con más capacidad de almacenaje y de permanencia en el tiempo y en el espacio.
Los consejos y la plasmación de éstos, en el caso del ejercicio periodístico, son los eternos: consultar varias fuentes, ponderar derechos, ser buenas gentes y generar confianza… Esto no obstante, cambian los formatos, los envoltorios, de las diferentes noticias, reportajes, crónicas, críticas, entrevistas, etc. En realidad, jugamos con los mismos baluartes y resortes, en el caso del lenguaje audiovisual, pero su nivel de competencia en sentido global es mucho mayor.
Por ello es conveniente que empecemos a pensar en nuevas valoraciones y en asertos respecto de lo que es el ejercicio profesional en el siglo XXI. Nada es lo que fue. No valen interpretaciones (como mucho, pueden ser puntos de partida) que nos dejen anclados en viejas fórmulas que ya no sirven, o que apenas se utilizan.
Gran oferta
La Prensa se apoya cada vez más en lo gráfico, y, sobre todo, se expande a través de la Red de Redes. Mientras, los modelos audiovisuales tienen una nueva etapa dorada en lo digital, pues se multiplican más y más, llegan a los diversos rincones del planeta y todos participan de las ventajas (también de los inconvenientes) de un consumo multiplicador y en paralelo, de modo que uno puede ver una televisión en una mini-pantalla y atender otras ofertas audiovisuales con más o menos fervor, al igual que tiene la capacidad de desplegar otras ventanas con las opciones escritas de otros medios masivos o de diferente calado.
El ruido con todo esto es mayor, como lo es también la saturación informativa, como lo es también la superficialidad en los consumos, por las prisas y por el cansancio que puede provocar tanta oferta múltiple. De lo que se trata, ante todo ello, es que consideremos con mesura y equilibrio las ventajas, y que las aprovechemos, como debe suceder en toda era de tránsito como es la actual. Los beneficios, ante toda mutación, dependen del análisis previo que hagamos, de las iniciativas y actuaciones que llevemos a término, y de las consideraciones que tomemos en cuenta.
La voluntad firme en este sentido ayudará. No olvidemos que los nuevos medios, en su fundamento, son los de siempre, con los tradicionales fines de informar, formar y entretener. Mejoran los soportes, pero las normas que aprendimos, en lo básico y sustancial, siguen vigentes.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Más de lo que pensaba

Rescato mi ser de ti, y creo que, con ello, ya no soy el que pensaba. Te necesitaba más de lo que pensaba.

martes, 23 de noviembre de 2010

Jamás serán

Me ofusco en la larga mirada que me calla con razones que no están, que no son, que jamás serán.

La crisis viene cargada de opciones

Evolucionamos. Cambia el modelo, y por el camino han quedado muchos puestos de trabajo, perdidos ya, así como ilusiones que no fraguan, que se interrumpen o que se eliminan. Muchos/as compañeros/as lo están pasando mal: se han quedado sin trabajo, o están en trámites para inscribirse en el paro, o sus empresas les han compelido a circunstancias laborales peores que las que tenían hasta ahora, aunque su menester, en cantidad y calidad, es el mismo o incluso mayor. La crisis ha sido, y continúa siendo, devastadora.

Un diez por ciento de las plantillas de algunos medios han sido eliminadas. Algunos medios, como El Faro, han cerrado. Las encuestas nos dicen que apenas un 2% de los periodistas superan los 50 años. No es una profesión en la que guste o se nos permita estar hasta el final de nuestras vidas laborales. Esto es un problema, pues nos vamos cuando supuestamente nos hallamos en la “etapa dorada” de nuestro oficio, cuando hemos hecho acopio de experiencia y de un aprendizaje suficiente.
El periodista (no lo olvidemos) sigue sustentándose en las viejas normas de consultar varias fuentes, de ponderar derechos y de llevar a cabo una actuación con equidad y generando confianza, pero no siempre lo hacemos así. Las prisas, la falta de medios y de personas, en algunos casos, suponen distorsiones respecto del buen menester que afrontamos y que defendemos todos.

Suelo repetir, porque creo que es verdad, que somos los auténticos desconocidos de la sociedad (me refiero a los periodistas y a los medios de comunicación), a la que llegamos todos los días en los diferentes soportes mediáticos, pero sin decir quiénes somos. Ha sucedido siempre así, durante los 300 años de existencia de una Prensa moderna. Seguramente nos ha dado pudor reconocer algunas de nuestras condiciones laborales, o hemos pensado que no debíamos, o no merecía la pena, contar cómo hemos vivido en determinados períodos históricos. Por rubor o altivez no hemos dado en relatar ese devenir que cada día hace realidad la aseveración de Marshall MacLuhan de que “el medio es el mensaje”.

El caso es que la crisis ha llegado en un momento extraordinariamente pésimo para la profesión periodística, que se ha visto diezmada en sus filas y en sus fortalezas, y todo eso sin que, a menudo, hayamos hecho los deberes de contar a la ciudadanía las “importancias democráticas” de este oficio. Por eso, y por más razones, no hay unos usos y unos consumos, fundamentalmente en la esfera del audiovisual, que nos conduzcan a pensar que existe un reclamo permanente de un quehacer de concienciación. Cada vez impera más un modelo mediático de entretenimiento, y esa tendencia no es buena para la sociedad.

Cuando llega la celebración del Día del Patrón no podemos hacer otra cosa que pedir por la profesión, por un cambio de mentalidad, que ha de comenzar por la nuestra propia, donde todos abordemos los diversos y complejos problemas que tenemos. No nos queda más tiempo que perder. No podemos permitirnos ese lujo. Es instante ya de buscar en la unión, fortaleciendo instrumentos como el Colegio de Periodistas, una herramienta básica de consenso y de avance entre todos en una profesión que precisa una mejora de sus condiciones para abordar con más firmeza esa voluntad estrategia de cambio que tanto anhelamos. Estamos en un momento de encrucijadas, pero, igualmente, de oportunidades, de ingentes opciones. Sí, ahí están.

Juan TOMÁS FRUTOS.

La realidad del flamenco en los medios de comunicación

El curso “Flamenco y Realidad Mediática” se incardina en el marco del Segundo Congreso de Flamenco y Medios de Comunicación, que se celebró en Torre Pacheco durante la segunda semana del mes de Noviembre.
Un centenar de personas asistieron a este evento, de las que un puñado de alumnos/as se matriculó oficialmente en este curso que hemos dirigido con toda la ilusión del mundo.
Durante estos días estudiamos los orígenes del flamenco, su filosofía, su idiosincrasia, sus objetivos, sus realidades, su pasado, presente y futuro y la evolución de este arte y de sus instrumentos principales en los últimos 150 años.
Hubo sesiones teóricas, y también prácticas; y se procuró a los alumnos/as un acercamiento a la realidad flamenca y a su presencia en los medios de comunicación de masas, además de hacer una serie de reflexiones, consideraciones y apreciaciones sobre las carencias y las soluciones planteadas a los problemas de visibilidad y a los tópicos que acarrea este arte.
Los/as alumnos/as coincidieron en la necesidad de seguir con este tipo de acontecimientos y pidieron más puntos de encuentro, amén de un Observatorio, para conseguir un mayor conocimiento de lo que está sucediendo en torno al flamenco. Las actuaciones llevadas a cabo los días 12 y 13 de Noviembre permitieron conocer de manera directa algunas de las ideas expuestas gracias incluso al uso de las Nuevas Tecnologías de la Información. Esperamos continuar en este tono.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Intentemos ser con la comunicación

Vienen las respuestas tras las oportunas preguntas, que se expanden con esos intereses plurales de conocer que nos deben caracterizar. Hemos averiguado que las cosas son con unas bravuras intermedias y equilibradas que han de sumarse a las experiencias que nos determinan con esos distingos de unos y de otros. No personifiquemos y seamos sensatos con las voluntades de todos y cada uno de nosotros. Separemos las diferencias y unamos los corazones con las razones afectivas y solidarias que se amparan en los mejores universales.

No fallezcamos por no intentarlo. La vida es en muchas formas, con determinaciones que hemos de hacer profundas con sus huellas y con todo cuanto tiene un cierto valor. Hemos de acelerar los pasos con unos versículos que se entiendan y que atiendan a lo que tenemos cerca, a cuanto nos sucede con derrotas y sus lenguajes, que han de servir para propiciar lo mejor de lo mejor. Las causas que fueron velas con enterramientos de los malos augurios para propulsar los buenos han de avanzar con pronósticos que haremos sin pruebas envejecidas.

Sigamos con esos formatos que nos componen con sus tercios y sus vacíos sin existencias anteriores. Hemos averiguado lo que fue en un trance de prestaciones sin consecuencias catalogadas. Las versiones con las que nos movemos hacia esa cima piramidal nos han de impulsar con toda suerte de pensamientos de unión, de pasión, de consideración. Las huellas, hoy mismo, nos justifican con sus pasos intermedios.

Hemos de adivinar las palabras con las que crecemos en un instante de suposiciones que nos alimentan con todo el amor que podemos gestar. Hemos averiguado algunas afirmaciones que nos plantean continuar con hojas de un laurel que nos premia conjuntamente gracias a la acción de unos procesos comunicativos que nos han de endulzar. No abandonemos esas motivaciones que han de alegrar las convivencias en las que nos insertamos con presunciones de inocencias que nos han de prevenir con sus sustancias más inspiradas. Intentemos ser. La comunicación nos aplicará un sello muy rentable.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 12 de noviembre de 2010

La conquista comunicativa

Prestemos atención a esas claves que nos dirán hacia dónde nos gustaría marchar con el ánimo de aprender de todos los que nos envuelven con sus amplias directrices. Sigamos las mejores estelas y localicemos las experiencias con sus grandes toques de amistad.

Sintamos las previsiones con unas cautelas que nos deben dirigir hacia ese momento de la fuerza que nos ha de prestar las causas con sus insistentes dichas, que han de consentir y aplicar remedios de señales que hemos de captar, interpretar, devolver y rescatar en las secuencias que sean precisas.

Sintamos lo propio, veamos lo que nos viene, y subrayemos lo que nos parece estupendo con un elemento que nos ha de propulsar con sus destacados momentos de paz. Separemos, seamos, dispongamos, aclamemos, y expliquemos lo que es definición y parte ante las consideraciones más lindas.

Las aplicaciones del conocimiento son remedios que pueden ser universales si nos oímos con las mansas caricias del amor que nos despierta cada día. No esperemos milagros siempre, y tratemos de ser capaces de armarlos con el valor oportuno. Las conveniencias dependen de las etapas en las que nos hallemos. Por eso hemos de verlas como relativas.

El poder comunicar constituye una baza fundamental para solucionar problemas, para avanzar en las sugerencias, para disponer de una equipación esencial que nos invite a salir de los problemas que nos rodean. Hagamos caso a las texturas de los corazones y a las mentes que disipan cualquier enredo y que actúan ante cualquier menoscabo de las actuaciones o caminos que emprendemos o que queremos llevar a cabo. Tengamos siempre que podamos el coraje de contar lo que nos ocurre, lo que pensamos, lo que somos. Poco a poco iremos conquistando el territorio de las luces, de las felicidades. Si es posible, juntos en comunicación.

Juan TOMÁS FRUTOS.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Varían de razones

Sugerimos estar entre telas de adquisiciones que varían de razones y de sentimientos. No sé lo que podremos ver.

Tiempo para comunicar

Confiemos la amistad a una buena comunicación, que ha de crecer como la hierba en primavera. Los pronósticos los iremos haciendo desde la experiencia, sobre la marcha nutriente del esfuerzo.

Hagamos caso al corazón, que ha de mediar ante la mente, y fundirse con ella, y ser en un punto de ubicación justa. La plenitud viene por ahí.

Sintamos las emociones con un cierto raciocinio, y veamos la vida en colores. Ayuda mucho. No frecuentemos las controversias sin fuste.

Suspiremos por cuanto ocurre, por la existencia que nos sorprende con sus toques de amistad y serenidad. El punto está en la equidistancia de todos y en la libertad propia y ajena.

Secuenciemos las actuaciones que nos pueden dar un poco de brillo. Seremos ese todo que nos podrá evitar resultados no apetecidos. La voluntad contribuye a fortalecernos.

Hemos de imprimir carácter a cuanto tiene algo que decir, o mucho que referir, dependiendo de las cuestiones que nos rodean, sin olvidar ese todo que nos puede maravillar con sus toques de magia sensacional.

No apaguemos las velas que pueden brindar imagen, brillo y prestancia a nuestras existencias, que tendrán ese toque de amistad tan extraordinario, si somos capaces de gestarla y de mantenerla.

No detengamos ese reloj de hermosura simpática. Nos debemos preñar de aplicaciones que otorguen los suficientes remedios, que hemos de compartir con paciencia, entrega y jovialidad. Hagamos caso a las almas afines, puesto que son como las nuestras. Tengamos tiempo para oírlas, para palparlas, para ser con y entre ellas. Dispongamos de tiempo para comunicar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 8 de noviembre de 2010

El querer como base del poder comunicativo

Aguardo la comunicación con la voluntad de un compromiso que me ha de acercar a las raíces de un aprendizaje que debe ser sólido en su factura. Nos hemos de nombrar con agudeza y con el ingenio de quien desea aprender desde todos los ángulos, teniendo en cuenta lo que es y lo que puede ser, lo presente y sus repercusiones. Hagamos caso a lo que nos rodea con sus impresiones más alegres.

Simpaticemos con las versiones más características. Nos hemos de plantear todo lo que nos predice señales de personificaciones didácticas. No perdamos la perspectiva. No dejemos que la soledad nos pueda. Compartamos el aprendizaje. La existencia es con todo lo que nos quiere y con lo que está pendiente de hacerlo. Brindemos por los días que llegarán.

Tengamos la fiesta en esa paz que nos debe mover con las astucias más queridas y estimadas. Pongamos el mejor deseo, la mejor interpretación. Pacifiquemos las heridas con un poco de buen humor, con ese toque mágico que nos ha de aderezar con esfuerzos y empatías de todo género. Los números nos pueden ayudar. Debemos prestar todo tipo de ayudas en la medida que podamos con el fin de ejercer el didactismo que podemos llamar de "ida y vuelta", esto es, aquel en el que aprendemos y enseñamos.

Paseemos por el conocimiento con la voluntad de aproximar posturas. No nos dejemos cercar por las circunstancias, que han de postularnos con las fuerzas suficientes para no caer en las redes de quienes nos abruman con sus empeños más inciertos. Planteemos la bondad superlativa, con reservas de espíritus alegres para que éstos no falten cuando sean precisos. Hemos de afrontar con entereza la vida.

Escribamos un buen recorrido con la experiencia de no malgastar ni un ápice las sensaciones de racional relación que nos han de poner en vanguardia de cualquier actuación o actividad. Es cuestión de querer para que el poder comunicativo se manifieste en toda su plenitud. Ahí debemos estar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 5 de noviembre de 2010

CONGRESO DE FLAMENCO Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

II Congreso Nacional de Flamenco y Medios de Comunicación
(El flamenco en la realidad mediática)

Desde su origen más cercano, a mediados del siglo XIX, el flamenco se ha convertido en una referencia del arte español, del cante universal del sur de la Península Ibérica, así como una muestra de la unión y la concordia de muchos influjos culturales que se han ido sumando en un crisol tan especial como dinámico. La fuerza y el empuje del flamenco, que recoge herencias de centurias atrás, no tienen parangón. Tampoco su versatilidad. Pocas modalidades artísticas brindan la posibilidad de adaptación que alberga este arte al que se han referido literatos, premios nobeles, científicos y gentes de toda condición. Su relevancia se advierte en su misma presencia, ya modernamente, en multitud de portales de Internet y en la Wikipedia, donde es referenciado con profusión.
Si tuviéramos que resumir el cante flamenco, el cante hondo, el cante popular flamenco, sin duda tendríamos que utilizar los términos pasión y sensibilidad. Goza de ambas facetas. No se puede entender este cante, estos cantares, sin caer en la cuenta de los sentimientos que le sustentan, sin utilizarlos como base de una expresión que se entiende más allá de sus letras, tan sencillas como reivindicativas de lo que acontece cada día.
Así, pues, por la importancia que tiene este arte, y por la necesidad de plasmarlo convenientemente, se justifica, entre otros criterios, este curso, que nace desde el profundo sentir universitario de dotar de academicismo a un fenómeno que encandiló, entre otros, a Juan Ramón Jiménez y a Federico García Lorca, nuestro Federico, quienes han surtido con sus textos unos remozados andares por los más diversos palos. La Prensa masiva también se ha encargado de mostrar, en sus diversos soportes, la idiosincrasia de una manifestación puramente antropológica. Vemos ejemplos de lo que es, de lo que supone, en todos los ámbitos, tanto locales como supranacionales.
Como quiera que la idea es llegar al gran público vamos a intentar utilizar un lenguaje que se entienda y que, a la vez, contribuya a la formación de los futuros aficionados y de aquellos profesionales que se dediquen a este universo tan rico como atractivo. Esperamos no defraudar en las expectativas y que este encuentro sea todo lo interactivo que seamos capaces de impulsar desde la propia organización de las jornadas.
En este marco establecemos unos objetivos de aprendizaje:
-Conocer los orígenes y la idiosincrasia del flamenco.
-Repasar los palos flamencos y sus características.
-Abordar las peculiaridades del baile flamenco.
-Difundir las características de la guitarra flamenca y de otros instrumentos utilizados en este arte.
-Dar ejemplos prácticos de cante, baile, guitarra y percusión.
-Elaborar un plan de trabajo de aprendizaje y de difusión de esta modalidad artística para cuando termine el curso.
Programa:

VIERNES, 12:

17:00 h., Inauguración del II Congreso Nacional Flamenco y Medios de Comunicación. Director General de Promoción Cultural. Alcalde de Torre Pacheco. Concejala Delegada de Cultura de Torre Pacheco. Director del Congreso.

17:15 h., El lenguaje musical del flamenco: estructuras de los cantes mineros, a cargo de Lola Fernández Marín, Musicóloga del flamenco, compositora.

18:15 h., Los certámenes flamencos y su presencia en los medios regionales y nacionales. Ponencia de Patricio Peñalver y de Concha Nicolás.

19:30 h., El baile flamenco y sus variedades. Ponencia a cargo de María Dolores Ros, Directora del Ballet Flamenco de Lo Ferro. Clase práctica por profesoras de baile del Ballet Flamenco de Lo Ferro.

SÁBADO, 13:

10:00 h., El cante, el “quejío”, sus palos. Su presencia en los medios de comunicación, por Áurea Lorenzo, Redactora de TVE, Especialista en flamenco.

11:30 h. La guitarra y la percusión como instrumentos flamencos. Peculiaridades. Tipos. Posibilidades. Ponencia: “Percusión en 3 dimensiones”, a cargo de Lázaro Issaqui (Cuba), acompañado por Antonio Fernández “El Torero” (Guitarrista Oficial del Festival de flamenco de Lo ferro). Clase práctica.

13:00 h., Los nuevos talentos. Disertarán Ángela de la Llana, Victoria Cava y Concha Nicolás.

16:30 h., Mesa redonda: representantes de medios de comunicación y de peñas flamencas.

18:00 h., Conferencia de clausura a cargo de “Pepe Marín”, flamencólogo, miembro de la Cátedra de Flamencología de Jerez de la Frontera.

20:30 h., Clausura del Congreso. Alcalde Torre Pacheco.

21:00 h., Gala Flamenca de Clausura:
Al cante: Sebastián Contreras “Bastián”, de Murcia.
Sebastián Santiago, de Mazarrón.
A la guitarra: Antonio Fernández “El Torero”, de Torrevieja.
Vicente Santiago, de Mazarrón.
Al baile: Ballet Flamenco de Lo Ferro.

Director del Congreso: D. Juan Tomás Frutos. (Jefe Informativos TVE, Pte. Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia. P.A. UMU.)
Coordinador: D. Francisco Aparicio. (Coordinador de Lo Ferro Flamenco.)

Algo que hacer en comunicación

Sintonicemos con la señal más maravillosa. Seamos en la sensatez más cordial y querida. Podemos adecuar los discursos. Es cuestión de esperar, de ponderar, de ser, de vivir. Siempre hay una ocasión más que optimizar. Saquemos adelante los proyectos e iniciativas que no parecen tener futuro. Puede que, en tales casos, sean los más viables.

La tranquilidad viene de emprender el suficiente esfuerzo desde el equilibrio bien formulado. Hagamos caso a todo el corazón que nos lleva y que debe tener presente una serie de opiniones y de pareceres antes de buscar valores absolutos.

Vivamos esa fiesta a la que tenemos derecho con unas razones de figuradas reposiciones de esos afanes que van y que vienen con virtudes de cambio. Todo debe ser tenido en consideración para dar con las claves de unos momentos en los que llenaremos los compartimentos estancos con más sensaciones de existencias con flores con las que hemos de compartir quehaceres y anhelos de libertad.

Secuenciemos las experiencias con unos postulados que nos han de portar a las caricias más sinceras y simpáticas. Nos hemos hablado con el corazón, y con él hemos de continuar esas tareas de aprendizajes compartidos y sin forzar los modos, las maneras y los resultados en los que hemos de sentirnos libres.

Cojamos el cajón de la experiencia sincera que nos consiente y que nos hace comulgar con las empatías y con los sonidos de una libertad eternamente ganada, siempre defendida, con valientes intenciones que han de fructificar hasta el momento más osado. Las relaciones diarias nos conducen por razones, sentimientos e interpretaciones que se han de ver realmente y con lecturas practicadas con análisis entrelíneas. No olvidemos que todos los pronósticos no se producen, y no olvidemos que todo está por conseguirse. La comunicación puede ser la llave para decantarnos hacia un lado u otro. Es posible que aún quede algo que hacer.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Respuestas a preguntas

Comuniquemos pareceres y buenas opciones con el mejor de los propósitos. Hagamos caso al corazón, a la mente y a los planteamientos de equilibrio sin fugas de intenciones bien pertrechadas. Hemos de poder con los sentimientos, desde el sentido más estimulante de la realidad. Ser sensatos es fruto de optimizar lo que tenemos en el entorno, que hemos de coaligar con las mejores posibilidades. Existen. El conocimiento nos hace libres.

Tengamos presente todo cuanto tiene algo de valor para asistir a las transformaciones de la realidad desde lo poco y lo mucho, en cada circunstancia. A cada uno lo suyo. El tesoro de la vida se pondera desde las consideraciones más nobles. Nos hemos de enamorar cada día. La existencia nos reforma en la medida que nos adaptamos a las ocasiones que nos llegan de cada lado. Lo espontáneo puede ayudar a que seamos más felices. Ése puede ser el objetivo.

No aspiremos a más de lo que tengamos derecho. Ganemos desde la voluntad todo el propósito de mejora que nos puede y nos regala trechos de entendimientos profundos. Gestemos más memoria como base para evitar los errores. Las determinaciones han de venir del margen del supremo quehacer. Podemos llevarnos mejor, mejor aún, con el afán de la concordia, compartiendo las raíces de una alegría que ha de ser de cada cual. Todos estaremos genial si partimos de ese hecho, de ese punto de anclaje con lo cotidiano.

Nos hemos de sorprender cada jornada tratando de comprender lo que nos sucede, sus modos, sus porqués, los elementos que nos previenen con sus toques menos amargos. Nos debemos mirar de una vez por todas desde el ancho de banda de quienes nos han asegurado victorias sin opresiones ni distingos extraños. Podemos asimilarlo todo con una entereza que deberá sobrellevar la carga que nos coloquen de más.

Todo es posible en comunicación, en negociación, en las relaciones que mantenemos, sean de la índole que fueren, si lo que nos mueve es positivo, ilusionante y creíble. Nos debemos motivar con fuerza. Todo irá saliendo estupendamente con las suficientes dosis de una intercomunicación que es básica como la sabia de la vida vegetal. No nos confundamos, y no pensemos que las cosas no tienen arreglo, que sí lo tienen. Formulemos con ahínco respuestas a todas las preguntas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 1 de noviembre de 2010

EL CUERPO DEL DÍA

El cuerpo del día, de mi querido amigo Fulgencio Martínez

Hola, buenas noches a todos/as, queridos amigos de Fulgencio y de su obra. Hoy, precisamente, estamos aquí contentos por este encuentro, por sus motivaciones, en esta especie de ritual de presentación en sociedad de unos versos reunidos en 152 páginas y que llevan un nombre harto emblemático que nos lleva de su alma de lector a “El cuerpo del día”.
Es un título abierto, con complicidad, donde el autor tiene el atrevimiento de desnudarse y de decir muchas cosas que ha vivido, que ha soñado, que le gustaría experimentar incluso, y así juega con el lenguaje, como la propia existencia, o bien puede que su fatum juegue con él.
Creo, en todo caso, que intenta arañar, y algo consigue, una fuerza y unas impresiones que a menudo nos roba la rutina cotidiana, el día a día, con prisas, con vidas ajenas, con extrañas creencias, con carencias consentidas…
Aunque sea tan sólo otro juego de palabras, les animo, desde el principio, a que lean la última página y la editorial responsable de la publicación de este libro.
La última hoja dice así:
Se terminó de imprimir en Salamanca el 19 de Julio de 2010.
Quizá el destino, en una suerte de juego él (sigo con el mismo verbo), nos ha querido subrayar que muchos años después se superan los designios de quienes creyeron en una guerra y se negaron a actos de hermandad.
De ello nos habla Fulgencio o sus alter egos, y todo ello gracias a la Editorial Renacimiento, porque seguramente nuestro amado amigo persigue un ser humano renacido, refrescado, re-conceptualizado, o puede que aceptado con sus mejores contradicciones, sin hacer daño a nadie, claro.
Entremos en harinas literarias.
La obra que nos ocupa se divide en tres grandes tramos. La primera se engloba en lo que Fulgencio titula: Libro I: Los grandes conciertos
Creo entender que los grandes conciertos vienen de la vida, de las vidas que saboreamos, que nos cuentan, que experimentamos o que soñamos de algún modo.
Son conciertos que provocan añoranzas, nostalgias, que nos llevan por estaciones y que nos hacen sosegarnos o inquietarnos con reivindicaciones o con el mismo paso del tiempo.
Nos dice nuestro autor en uno de sus poemas:

“Añoro las épocas en que la libertad
era una epidemia
y únicamente se la podía combatir
para destruirla;
No como ahora, ignorándola.
(El valor del arte en libertad).

Las contradicciones del ser humano, sus maldades, sus caracteres duros, sus avaricias, sus envidias, sus carencias de entendimiento en momentos extremos, le hacen decir lo siguiente:
“El horror no sólo por el cadáver que yace
bajo los escombros, sino por la verdad,
asesinada bajo el bombardeo con que se nos convence
de que esa muerte de inocentes, esa matanza,
ese sacrificio lo exigen los Derechos Humanos”.
(Diario de un espectador de guerra).

Y es, Fulgencio, valiente, reivindicativo, firme en su defensa de lo humano, de la misma esencia de nuestras estirpes:
“Ignoran que ser hombre es construir
cada día una ventana en la niebla (…)
Ignoran que ser hombre es construir
una ventana a otro hombre”
(Provincia).

Y el tiempo duele, mientras pasa, mientras permanecemos activos e inactivos, mientras se escapa. Leemos:
“A vueltas de minutos
las horas dan pocos días completos”
(Un mundo poco fa: aquí dice también que es un doble exiliado al sentir nostalgia de sí mismo).

Se considera, nuestro Fulgencio, y yo lo corroboro por lo que he leído hasta ahora de él, un amante de la literatura, a la que defiende como su gran valedora, como la que le ha formado en lo que es, por lo que es. La reconoce:
“Gracias,
porque me diste a conocer el mar
y la palabra de la calle”.
(Gracias, Poesía).

Es un apasionado, Fulgencio y sus heterónimos, de sus gentes, de quienes le han enseñado lo que sabe, de quienes han sido ejemplos y guías. Se acuerda de amigos en el tramo final de estos versos, en este primer libro de la obra que tenemos entre manos, y también pone en valor el quehacer y la genialidad de otros poetas: Goytisolo, Poe, Miguel Hernández…

Me quedo, finalmente, para cerrar esta breve selección de lo que he leído, una parte de un poema del que destaco los siguientes renglones:
“No hay mejor combustible
que el desapego
a la ambición”
(Las cuatro estaciones: el invierno).
Creo que vemos en este Fulgencio a la persona que conocemos de diario, presta a defender una poesía social, de su tiempo, impregnada de las personas de su contemporaneidad. Es único.



Vamos con el segundo tramo de este cuerpo del día. Se denomina: Libro II: Álbum de Huellas.
Y, como todos, nuestro poeta colecciona momentos, instantes, mansas o no tan quietas estampas que le dan ese estoque que le muestra bravío, dinámico, vivo.
Divide este libro en tres partes.
La primera se denomina “Con Homenajes y olvidos”. La existencia es, sin duda, eso: reconocimiento destacado y memoria olvidadiza. Lo es biológicamente y puede que también como un mecanismo de defensa para esperar el mañana, para vivirlo, casi como si fuera la primera de nuestras jornadas.
De nuevo, el leer, es decir, el conocimiento, la comunicación, le parece básico para edificar la personalidad, para ser libres. Nos resalta:
“Gracias a su lectura
ganamos, en el mundo,
un lugar contra el miedo”
(De espinas y aroma).

Sí, estamos siempre prestos a un camino que nos arropa con espinas, con clavos que son durezas que nos ponen en bretes de todo género, y, en todo momento, con los aromas de fondo para mejorar, para vislumbrar ocasiones y ponderar posibilidades.
Y todo, al menos para nuestro autor, es una lucha contra la ignorancia, y contra el tiempo, puede que contra todo… Me da escalofríos cuando le leo:
“Voy y vengo por mi vida
gastando una cerilla en cada sombra”
(Al viento interestelar).

Y llegamos a la segunda parte de este segundo libro: El viaje a mi lugar. Creo que nos lleva a donde quiere desde un principio, a la duda de la existencia, a ese eterno partir al propio origen, que desconocemos, como el camino.
Nos propone:
“En el café de una estación
búscate entre esos tipos
de camisa abierta y ojos oscuros
que encuentran siempre una excusa
-acudir al baño urgente o silbar-
para perder su tren”.
(Estación de Godot).
Quizá diciéndonos a nosotros mismos si estamos dispuestos o haciendo todo lo posible para perder el tren de nuestra vida, de sus ocasiones, quizá, me digo, demos con la oportunidad de encender la llama de la ilusión que precisamos para evitar o superar esa tercera parte de poemas, que aparecen con más dudas metódicas, radiantes, como el pulso fuerte de su alma.

Ésta se llama “Y en la tormenta”, un fenómeno, una vicisitud inevitable para un ser humano inquieto, como es Fulgencio, para el que se mueve, para el que se molesta en conocer, y también para el “dejado”. La vida es un controvertido enigma.
Comienza así esta parte del libro:
“Dios panóptico, cárcel abierta,
asilo fugaz de un día,
sólo conozco de ti el deseo de ti
sólo con nombrarte me vencerías
triunfad, si así lo queréis
digo a tus arcángeles y a sus tronos
invito a tu angélica caballería
vincite, si ita vultis
Desceñí mi brazo para conocerte
estás en medio de todas mis vidas
y no te presentas, o te muestras
como una niebla fría
Vincite, si ita vultis (…)”
(Rezo en la tormenta).
Ya les anticipaba que es la vida misma, reflejada en el tormento de lo ignoto, de nuestra procedencia, del espíritu que nos anima, de lo que somos y de lo que no, con más dudas siempre… siempre más dudas.
Como buena obra, tiene un trance final, que no es conclusión, que es como una especie de espacio abierto para dejarnos con buenos ecos, con fe, con esperanza en más logros, en más descubrimientos. Lo titula: “Epílogo con hospital, gozo y laurel”.
Se atreve aquí a hacer algo que no es fácil, que no es otra cosa, intrépido él, que definir a un poeta:
“Un poeta hoy es un tipo corriente
que lleva, como acaso usted también,
una anormal vida normal”.
(Un poeta de hoy, inspirado por el común amigo Juan Ramón Barat).
Quizá sea ése el trabajo de un poeta: decir con naturalidad lo que vive la sociedad de su tiempo, lo que experimentan y sienten las gentes en sus diversas etapas históricas.
Y finaliza con un acto de pura humildad, como es él, señalando la fuente de su inspiración, y, una vez más, tiene el atrevimiento de desnudarse. Nos glosa:
“El prendedor de tu pelo
vale más que todos mis poemas”
Eso nos subraya en su último poema (Dedicatoria a una horquilla del pelo), dirigiéndose a una anónima musa, en nombre quizá de todos sus heterónimos.

Como ven muchos espacios con ventanales abiertos de par en par, con sonrisas esbozadas de melancolía y aderezadas de fragmentos de unas ilusiones y de una fuerza que son las garras de un poeta que hoy no busca gacela, que hoy, más bien, halla en sí mismo la gacela que persigue y hiere ese león que llevamos dentro y que corre por fuera.
El papel del poeta está claro aquí: describe la realidad, se rebela contra lo que no le gusta y despierta lo que son fuentes de inspiración para todos aquellos que, con curiosidad o fortuna (puede que con las dos), se aproximan a su obra que, en el caso de Fulgencio, es tanto como decir su alma, otro de esos nombres que no nombro por temor.

Juan TOMÁS FRUTOS.