jueves, 30 de diciembre de 2010

Comunicación extensiva y noble

Pido para este año paz, amor, comprensión, solidaridad, buenas formas, señales de entendimiento y ejecución de los mejores pronósticos.

Reclamo para todos sensatez en la comunicación, cercanías, intentos de "empatizar" para dar con esas claves que nos insertarán en la concordia a la que tenemos derecho.

Solicito también que tengamos en cuenta la relevancia de los papeles de todos y cada uno de nosotros. Somos importantes incluso en lo más minúsculo. Sin los demás no tiene sentido el trabajo, que se ha de ver, en mi humilde opinión, desde la óptica societaria.

Demandemos tiempo para los amigos, para los que nos quieren, para aquellos que creen en el pacifismo y en el pacto, en ese acuerdo donde todos cedemos y todos ganamos. La certeza en lo positivo de la mancomunidad se advierte en sus propios logros y resoluciones.

Requiramos la intervención de cuantos dicen que nos aman. No hay mejor estima que la que se demuestra andando. Obras son querencias, y lo demás menudencias.

Reivindiquemos derechos fundamentales, con sus oportunos deberes, de modo que vayamos en pos de lograr unos lazos de amistad sincera y sólida. Hemos de refrescar las iniciativas y actividades que se han de mostrar cotidianamente. No fracasemos por no intentarlo.

Imploremos ciertos milagros, que todos podemos realizar, pues todos podemos contribuir, con poco y con mucho, al bienestar ajeno. No olvidemos que quien no siembra no tiene derecho a recoger.

Pretendamos esos nexos que nos hacen fuertes con y en los demás, y aseguremos los pronósticos en sus mejores consecuencias solidarias. Lo positivo que recae en los demás también nos convierte en mejores personas a quienes ayudamos a que así sea.

Hagamos, en todo caso, la comunicación más extensiva y noble, y no paremos pensando que los quehaceres se pueden acabar mañana. El hoy, trabajando a medio o largo plazo, claro, es lo más importante.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Se ha ido uno de los buenos

Luis Mariñas se nos ha ido, pero nos queda su mirada, su verbo sencillo, ágil, sus comentarios, su buen hacer, sus complicidades con la audiencia, su profesionalidad, su belleza interior y exterior.
Su tono era peculiar, y su manera de trabajar se introducía tranquila y cercana, como su propia presencia, bonachona y hermosa, por lo que supo captar de manera brillante a la audiencia, que siempre le siguió por los diversos canales y programas por los que anduvo.
Ahora se ha ido de repente. La información en la que él creía, inmediata y veraz, ahora se ha cebado en una edad en la que uno no espera el momento de la partida. Todavía le quedaba mucho por hacer, mucho que decir, mucho que expresar, en un universo donde su experiencia habría sido un grado. Suponemos que allá donde esté, que será el cielo de los periodistas geniales, sabrá que, por mucho tiempo, le echaremos de menos, y, aunque no se nos vea llorar, nos sentiremos tan tristes por su marcha como si estuviéramos derramando lágrimas eternas.
Luis Mariñas ha sido un referente para la profesión, en lo humano y en lo periodístico. Quizá su paso por la televisión, por las televisiones, sea una asignatura obligada para quienes investigan el desarrollo y la situación del sector. Se ha ido uno de los buenos, de los “buenos buenos”. Recordarle y seguir aprendiendo de él es algo en lo que nos esmeraremos quienes le conocimos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

martes, 28 de diciembre de 2010

Comuniquemos los avances

Los procesos comunicativos nos llevan por sendas de un continuo aprendizaje que hemos de expandir con preferencias mayoritarias y compartidas.

La comprensión, la humanidad, las dosis de cercanía nos deben servir para dar con atajos que nos permitan conservar el suficiente coraje para momentos más necesitados.

Hagamos caso a ese amor que nos encumbra hacia sensaciones de deseo con purezas gratas. No podemos quejarnos de lo que nos sucede, si no somos capaces de cambiar las cosas poco a poco, con la visión puesta en lo global, en los intereses de la colectividad donde nos ubiquemos.

Nos insertamos en comunidades de bienes donde no debe proliferar la materia sino el espíritu, que es lo que nos une incluso en momento de tormentas y de controversias. Regularicemos los afectos con las oportunas sintonías. Tendremos que aguardar en los instantes más estelares con el fin de que demos con los propósitos que serán enmiendas parciales para llegar hasta esa etapa que podemos considerar crucial.

Seamos firmes en los objetivos, en los propósitos que compartimos. La igualdad y la fraternidad son conceptos que dependen muy mucho de lo que nosotros hagamos, de lo que seamos capaces de fomentar. Es cuestión de ponernos, sin cansarnos antes de tiempo, manos a una obra que ha de ser de todos, por y para todos. Comuniquemos los avances por nimios que sean.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 26 de diciembre de 2010

La comunicación no es absoluta

Totalizamos los procesos de comunicación con una paz que nos devuelve a valentías con formularios que nos aparecen con sus pertinentes sumas de paces y tranquilidades. Hemos adecuado los pasatiempos con sus recetas de una magia especial. No podemos quedarnos en ese todo que es magnífico en sus trayectos más simpáticos.

Nos hemos gustado, nos hemos dicho el todo, y en adelante somos en la tramitación de un aprendizaje hacia el compendio de las causas que nos quieren como somos, en la misma experiencia que nos aconseja con criterios de intermediación. Hemos sentido los pasos que nos pueden enseñar a moderarnos y a solidaridades que nos harán mucho más fuertes.

No sé si nos conviene esa actitud. Tendremos que expresar, en otros momentos, las voluntades con unas cooperaciones que nos hagan débiles y moderados en función de las circunstancias, y siempre procurando ayudar a los más débiles. Asentimos con cada capacidad que nos devuelve a las reacciones que nos consienten con implicaciones en esa misma calma que nos indica el trayecto del comienzo, de la parte que nos socializa con unas profundas caricias hacia el instante mismo de la simbología más transparente, de la cual también nos sentimos muy orgullosos. Debemos seguir en ese sentido.

Hagamos que la seriedad se concentre en aquellos espacios que más nos edifican, y tengamos la fiesta que nos permite sentir los planos de unas justicias con las que podremos crecer en el futuro, que ya está aquí. Lo inmediato no siempre ofrece resultados, y es posible que tampoco sea bueno que así suceda. Apliquemos remedios, los mejores remedios, a las sensaciones más hermosas, ésas que vienen en compañía del conocimiento, que hemos de saber relacionar.

Llegan las etapas de la cosecha, y es bueno que aprendamos a trillar y a desmenuzar las certezas que nos pueden cimentar los conocimientos de la experiencia entre los demás, con los otros. Las existencias tienen sus ejes. No siempre es fácil verlos, pero sí es verdad que tenemos que esforzarnos para entender lo que nos sucede, que está entre lo importante y lo que no lo es tanto. Miremos y saquemos conclusiones. Ya sabemos que en comunicación no son absolutas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Realización de las palabras

Señalemos la vida con el convencimiento de que el aprendizaje nos viene de la apertura de miras en todos los procesos de relación y de negociación. Busquemos entre las apariencias lo que nos entronca con las paciencias, los equilibrios y los más óptimos anhelos de conocimiento en libertad.

Estudiemos todo lo que podamos, apreciemos las voluntades y deseos que se suceden en instantes de toda índole y apostemos por ese riesgo, que también es oportunidad, en el constante procedimiento de la docencia. Seamos astutos y sinceros en todos los planteamientos que realizamos, que han de tener como premisa la determinación, la decisión, de saber qué es lo que nos acontece.

La existencia tiene muchos vectores de influencia, y todos ellos ofrecen sus ventajas e inconvenientes en unos afanes de pura convergencia en libertad en el interior de nuestros corazones. Nuestros criterios han de ser fortalecidos para comprender lo que nos merece la pena. No apaciguemos los ímpetus relacionados con el trabajo en libertad. Juntos podemos, y seguro que podremos.

Las virtualidades han de corregirse para dar con las causas más o menos justas, que nos han de enseñar a ser y a vivir en auténtica comunidad. La armonía nos debe permitir tomar en consideración todo cuanto ocurre. No seamos imprudentes. Tratemos de que las cosas interesantes vayan por la vereda más considerable. Podemos ayudar en todo lo que nos merece la pena.

Intentemos acertar desde la justa medida que supone tener a todos en consideración. Madruguemos y vayamos en la búsqueda de sensaciones hermosas que nos deben ayudar a ser en la misma tranquilidad que ha de ser poderosa en todas sus atenciones, que no se abstendrán de las paciencias que nos llevan hacia el lado más mayúsculo. No sentemos bases de claves sin experiencias.

Prestemos ganas a las buenas causas, que nos deben encontrar entre pacientes dichas con las que trasladar las visiones más lindas y hermosas. Nos debemos llevar todo lo bien que podamos. Lo positivo es la base para que funcione la vida en todos sus versos. Juntemos las piezas de la confianza para tocar esa amistad que nos procurará credibilidad y buenas miradas ante la paz de las oportunas promesas e iniciativas. Hemos señalado las mejores palabras. En la comunicación hemos de dar con la realización de las mismas para no caer en la frustración.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 20 de diciembre de 2010

En todos los canales

Soslayamos algunos deseos para dar con el equilibrio casi perfecto que nos implique en el aprendizaje que definitivamente necesitamos. Estamos en ese momento de señalamientos cíclicos que nos han de alcanzar con sus demoras de todo género. Hemos sido en las abundancias, con las cautelas que fueron sospechas con recortes de planteamientos periódicos. Hemos tocado ese momento que nos dio fuerza sin sospechas.

No sigamos por las sendas que nos aplaudieron con sus definiciones nada comprensibles, y seamos a partir de ahora con un poco de más sensatez. Atendamos las causas que nos olvidan en sus instantes más expresivos. Causemos procesos de comunicación que nos enseñen a aprender hasta de nuestros propios errores. Sintamos las voces de los más avezados, de quienes consienten las equivocaciones fortuitas, las inevitables, y tratan de aprender pronto de ellas.

Cobijemos las claves que nos anuncian resoluciones de las incógnitas que se producen con precisiones no escritas. Hemos de asentir con las palabras, que son prestaciones docentes, y no docencias en sí. Sigamos por los vericuetos de unas astutas transformaciones en las que el todo será la posibilidad entroncada con voluntades y pasiones con letras de intelecto. Todo junto nos da un sentido, una dirección, una bandera de compenetración y de solidaridad.

La vida tiene opciones de toda índole, que hemos de interpretar y de cuajar con lecturas entre las líneas de lo que son los caminos principales, que no siempre escogemos oportunamente. Sintamos que las apreturas son otras. No aguardemos que las paciencias nos lleven a donde queramos. Todo es a su debido tiempo, pero también hemos de tender hacia algunos riesgos que nos ayudarán, incluso errando, a dar con salidas fructíferas.

Las causas, las probabilidades y las posibilidades no siempre llegan con los entusiasmos y con las fortalezas en sus resultados que nos apetecerían, pero es que la vida es así. Aprendamos en todos los canales comunicativos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Durante cuatro vidas

Hemos asistido a nuestros corazones con más ahínco, con sueños que hemos de preservar durante cuatro vidas.

Respetemos los tiempos comunicativos

Vivamos este momento en el que las interpretaciones han de gozar de las suficientes empatías. Nos hemos dejado pasar durante mucho tiempo, y ahora es el inicio de una nueva etapa en la que hemos de procurar que las cuestiones fundamentales funcionen un poco mejor. Adecuemos los pasos con sus premisas más lindas.

Nos hemos de hermosear con granos de algodón. No vayamos más lejos de lo que somos capaces en un universo de vencimientos alocados, sellados en la misma causa que es principio de esa era que nos debe servir de congratulación a todos. Exprimamos el presente dejando huellas de lo oportuno. No separemos lo ideal y lo esencial de cuanto puede ser accesorio. Hoy nos mojaremos con la humedad comunicativa que nos puede hacer reverdecer.

Situemos las destrezas en ese campo de bellezas interiores con las que hemos de caminar en lo justo, con la medida más razonable. Las labores que van acompañadas de esfuerzo y de sugerencias estupendas nos deben llevar a ese punto de lo razonable, de lo venidero, de cuanto puede parecer querido y cierto. Sembremos de paciencias el dorado patio de la infancia que aún permanece en alguna parte.

Definamos también la importancia de los afectos y de sus consecuencias y expongamos al futuro el mejor afán, que nos debe dar precaución para adelantar las pausas que crecen como la hierba en primavera. Hoy es el momento, y, si no, lo será mañana, pero seguro que lo que tenga que ocurrir desde el conocimiento y la admiración entrañable lo será antes o después. Respetemos los tiempos comunicativos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Por la Navidad y por un mundo mejor

Llegan estas fechas navideñas, y con ellas los regalos en forma de ilusiones, de perspectivas, de futuro, de buenos deseos…

Ha sido éste un año muy complicado donde hemos de aprovecharlo desde la convicción de que juntos podremos ser mejores y más felices.

Tratemos de que las estrellas que de manera especial vemos en estas fechas sean compartidas durante todo el año con aquellos que nos necesitan en lo afectivo y en lo laboral.

Gracias por el empeño demostrado, por vuestra generosidad, y tratemos de hacer como hasta ahora, con más ahínco incluso, que el mundo comunicativo y la sociedad en su conjunto suban un escalón más en lo cualitativo y en lo cuantitativo.

¡Feliz Navidad!

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

A propósito de una exposición

LA COLECCIÓN DE ARTE DEL COLEGIO DE PERIODISTAS DE LA REGIÓN DE MURCIA,
UN REPASO A LA HISTORIA DEL ÚLTIMO SIGLO

Piensa en un pintor murciano contemporáneo. Fíjate en los más diversos asuntos artísticos. Medita en torno a las técnicas, las tendencias y las interpretaciones de la pintura. Repasa vocaciones y planteamientos en el uso del color… Si quieres, asimismo, ahondar en un punto temático determinado, introdúcete en el mundo taurino, por ejemplo, y trae a tu mente cómo interpretar la genialidad… Todo eso, y más, mucho más, lo hallarás aquí, en esta muestra, que es un poco tuya también.
Definitivamente encontrarás imaginación, creatividad, voluntad, experiencia, sensaciones universales… Por eso te hemos propuesto esta cita con la Asociación de la Prensa de Murcia, con su patrimonio, ahora compartido en tu tutela con el Colegio Oficial de Periodistas de la Región de Murcia. Sabemos que lo valorarás y que lo disfrutarás.
Aquí contemplamos, entre otros, a un siempre sorprendente Muñoz Barberán, además de a un extraordinario Falgas, pasando por el emblemático Luis Garay.
Pero hay más artistas de la talla de Saura Pacheco, Sánchez Picazo, Bonafé, José Lucas, Pedro Cano, Nicolás de Maya, Hernán Sáez, Molina Sánchez, Avellaneda, Pina Nortes, Pedro Serna, Planes y Campillo: éstos son algunos de los más destacados, pero, por supuesto, tenemos muchos más.
En total se podrán admirar 71 cuadros, junto a 6 esculturas, y 16 retratos de presidentes de la Asociación de la Prensa, todos ellos -estos últimos- obras del mencionado Falgas.
Conviene que reseñemos, como no podía ser de otro modo, la generosidad de estos grandes hombres, de estos artistas excepcionales. Todos ellos encontraron tiempo para pensar en la Asociación, en sus publicaciones, en sus iniciativas, y todos derrocharon bondad para dejar su impronta y su obra en una entidad que es representativa de los principales acontecimientos de la Región a lo largo del siglo XX y en estos albores del Siglo XXI. Esta muestra es un ejemplo de ello.
Y si el contenido es magnífico, también lo es el entorno, el continente, el lugar donde se exponen estas obras de insignes autores. Me refiero a este incomparable Museo de Bellas Artes, que es una auténtica referencia del arte en la Región y una casa amiga y hermana para cuantas iniciativas emprende el Colegio de Periodistas. El altruismo de sus responsables, como el de los patrocinadores de este encuentro, no se puede encerrar en unas palabras, a menudo repetidas, de agradecimiento. Sin ellos, y así es, no habría sido posible esta exposición que podrán disfrutar a continuación.
Es un honor para los periodistas de esta Región compartir todo este Arte, que encierra las mejores esencias culturales y vocacionales del Periodismo en nuestras tierras de interior y del Mediterráneo. Pasen y vean; ¡y que les aproveche! Estamos encantados de su visita.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Esfuerzos por conocer

Comencemos por estar preparados para aprender de cualquier charla, de lo que suceda, de todo cuanto ocurra, de lo que nos comuniquen. El convencimiento ha de estar a la altura de las circunstancias que nos rodeen con sus brazos más estimulantes. No nos quejemos de los vientos que aparecen por doquier y con sombras. Intentemos sacarles partido.

Nos hemos de sobreponer a las experiencias que nos predican con modelos que no siempre surten efectos. Saquemos adelante las mejores experiencias, que nos han de poner en ese trecho del que saldremos con la voluntad más divina. Despertemos de lo que nos hace prevalecer en una inercia de consentimientos no siempre vividos. Superemos los instantes que no se han comprendido por falta de hábito o de querencias sinceras.

Nos hemos de disponer con una gratitud enorme, con una simpatía que añada base a lo que nos puede procurar una amistad que engarce las etapas que no siempre hemos experimentado en su plenitud, a veces tan sugerente. No empañemos los afanes de quienes nos quieren bien. No paremos los motores que nos pueden aplicar remedios y extensiones de los mismos. Nos hemos de poner en pie para superar los obstáculos que la existencia nos regala con sus parabienes más diferenciados.

La virtud viene de la moderación, y ésta aparece de manera espontánea cuando creemos en los demás, en sus verdades, en lo que nos distrae. No sabemos ni mucho ni poco. Sabemos lo que sabemos: lo importante es poderlo aplicar en tiempo y forma. Permitamos que las intenciones funcionen desde la convicción de que querer es poder, eso sí, haciendo el bien, no dañando nada ni a nadie.

Soslayemos los menesteres de quienes pierden la existencia y la hacen perder de manera innecesaria; y apostemos, paralelamente, por contar lo que nos puede implementar con sinceridad desde la valía de criterios y mediante los entendimientos de quienes están y aspiran a compartir el viaje y el acomodo. Las conversaciones en los entreactos también serán edificantes, si lo procuramos así. Separemos el trigo de la paja y seamos con esfuerzos por conocer y por dar a conocer. Eso es.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Derivaciones del proceso comunicativo

Buceamos en los momentos más íntimos, y en ellos nos vemos como esa parte que nos complace y nos insiste en los verdaderos valores. No nos ceguemos con plazos, que las cosas llegan a su paso, con su propio ritmo.

Venzamos ese pudor a dar con el genuino cariño que nos puede endulzar las estrellas que nos guían cada mañana. Seamos porque sí con una vertiente cautelosa.

Invirtamos en los procesos comunicativos, que nos han de enseñar las pausas, los silencios, los instantes de conversaciones sin resoluciones a priori, los tanteos de causas con sus rastros de sendas sensacionales. No pongamos obstáculos a la misma vida, que nos ayuda con ese vehículo de sueños que hemos de conformar en realidad.

Lo que fue idéntico tiene todos los visos de exponer aspectos de validez interiorizada en los mismos actos que nos rodean. Intentemos ser personas aprendiendo de todos cuantos nos rodean: no olvidemos que cada cual tiene su propia verdad. No hay una sola.

Tengamos presentes los afectos. Los sentimientos nos deben ayudar con sus previsiones y creencias más lindas. No apaguemos el fuego que tanto nos debe enseñar. La existencia nos consuela con sus deseos fabulosos. Tengamos en cuenta lo que nos puede contribuir como fases de grata experiencia. Nos debemos mucho tiempo, y buenos fines también. Sus consecuencias y derivaciones, en todo el proceso comunicativo, son magníficas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Nos rodean

Nos mostramos con una voluntad que es valentía silente. Hemos averiguado quiénes somos. Las destrezas nos rodean.

En nosotros

Tendremos que estar donde la vida tiene algo más de sentido. Hemos promovido deseos y fortalezas. La cuestión está en nosotros. No vacilemos más.

Se escapa

Resolvemos algunas incógnitas con más vacilaciones por un camino que no es de rosas. Lo preciso se escapa.

Con las amistades sinceras

Complicamos y complacemos casi a partes iguales, pero hemos de decantarnos con las amistades más sinceras.

Ya somos

Resisto con lo que nos declara el gran amor. Hemos aburrido a los tiempos de antes. Ya somos.

Nos atiende el viento

Me influyes con tus reglas que ahora no entiendo, pero estoy para que me alegres y yo te de toda la bondad de la que sea capaz. El viento nos atiende.

Empeñados en el amor

Tendremos que estar donde el todo es origen de los tiempos. Nos hemos empeñado en enamorarnos.

Otros mundos

Aligeramos ese paso que tanto nos da alegría para dar con el todo que nos comprende. Hemos arreglado otros mundos.

Comulgaremos ahora y siempre

Nos hemos enamorado de esa empatía que nos caracterizó con rayas de colores con las que comulgaremos ahora y siempre.

Aprender desde el entretenimiento

Saboreamos esos procesos que nos conectan con insustituibles impresiones, que nos mantienen en un permanente aprendizaje. Hemos de proseguir con empaque y buenas visiones. No hemos de vivir en permanentes consecuciones. Paremos para analizar y para interpretar quiénes somos.

Nos dispersamos para no caer en la voluntad nihilista. Hay algo de pavor en la actividad diaria. Hagamos caso a lo que sentimos con préstamos de intereses sin suposiciones. Apostemos con valentía.

No estamos ni en lo alto ni en lo bajo: buscamos el punto intermedio que nos previene con repasos que nos aconsejan consultar lo que podría ser rectitud en grado supremo. Simpaticemos.

Nos hemos de subir a esa onda que nos ha de plantear vientos con alegrías con las que nos mostraremos más y más accesibles. Nos subimos al carro de lo universal. En él estamos a gusto y complacientes. Nos hemos de promocionar en los valores más valiosos. Accedamos a lo más correcto.

Nos hemos de dar partes que completen el cartel anunciador de esos cariños que nos han de propulsar hacia la cima de los sentimientos y de las voluntades que nos convertirán en imágenes serenas. Nos vendremos sin dudarlo a los mismos orígenes.

Debemos integrarnos en ese anuncio que nos dará la imagen más amable y gustosa, a la vez que complementadora, para aprender de la mejor manera posible, esto es, desde el entretenimiento. La vida son opciones, un número al menos, y se trata de aprovechar alguna. Tampoco tienen que ser todas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Las que quedan

Nos recogemos en esos planos de deseos que nos gustan como son. Nos hemos enamorado varias veces, y las que quedan.

En la misma nave

Nos hemos empeñado en que todo funcione, y así será ahora y siempre. Nos embarcamos en la misma nave del amor.

Con todo amor

Aplicas remedios en los que somos parte de la solución a cualquier envite de la vida, que hemos de superar con amor, con todo amor.

La mejor naturaleza

Dibujamos un arco de deseos que se convierte en aproximaciones al cariño mismo, que parece tener la mejor naturaleza.

Palabra del amor

Tendremos que ofrecer la mejor cara de una pugna en la que nos rendiremos a la palabra del amor, que renacerá de cualquier ceniza.

Parece triunfar

Todo sigue la directriz que nos pudo parecer inocua. No lo es ahora: el amor parece triunfar.

La experiencia de la vida

Vivimos en sombras que hemos de iluminar desde la ternura y la experiencia. Para ello está la comunicación. Sembremos de buenos fines todo el panorama que nos rodea, y seguro que éste nos devolverá los mejores entusiasmos.

Sigamos las más óptimas estelas con sus introducciones más señeras y simpáticas. Continuemos hacia el más atinado afán, que hemos de compartir con todo lo nuestro. Situemos los intereses en su justa medida. Las versiones han de ser compartidas con el quehacer más bondadoso.

Hagamos caso al corazón con ese menester que ha de ser liberalizador. Intentemos lo que nos puede permitir que las sociedades sean más fuertes y que también nosotros seamos entre brillos que han de alimentar los propósitos más bondadosos.

Las premisas con las que hemos de movernos con constancia y buenas determinaciones nos han de permitir aparecer en los instantes más ventajosos. Lo bonito ha de surtir el mejor de los efectos. No prestemos apariencias que no nos hacen vivir con constancia en la dignidad de otras etapas.

Volvamos a esos recovecos donde podemos hallar de nuevo la franqueza y la fuerza para compulsarnos hacia el mérito más definitorio de lo que somos y de cómo somos. Nos hemos de quedar con el mejor valor de la palabra, que hemos de convertir en acción. Convengamos.

Las impresiones de cuanto nos gusta han de aplicarse con las destrezas más fortalecidas, con esa previsión que nos debe consentir buenas apariencias. Digamos y seamos con el compromiso de avanzar y de no cometer los mismos errores. Si acaso, que sean otros, y que sean menos. Salgamos adelante con el deseo de encontrar amigos por el camino, unos conocidos y otros por conocer. Ésa es la experiencia de la vida. Te tengo como divisa máxima.

Juan TOMÁS FRUTOS.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Lo mejor posible

Ya me dirás, ya te diré, ya te soñaré en este nuevo trance que tendrá lo mejor posible en sus resultados.

Espacios no explorados

Fusionamos los aires que nos dieron ese canje de verdad que nos recorre el universo de espacios no explorados.

Tan lejos

Consolidamos los planes con unas fermentaciones de espacios que fueron tan lejos como quisimos.

No terminamos de ver

Te puedo contar todo y de todo en este escenario que brilla por ausencias que no terminamos de ver.

Crecer sin cesar

Nos prestamos un deseo que hemos de sumar a las expectativas de una vida que debe crecer sin cesar.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Garantías comunes

Superemos los bloqueos de esas comunicaciones que no terminan de fraguar por falta de convicción, de interés o de objetivos claros. Nos hemos de animar cada día a ser entre voluntades de consecuciones compartidas, donde podemos hallar las emociones más intensas. Hemos de dar con los toques de antaño, que serán, que procurarán las verdades más estimadas. No seré, no podré ser.

Las conclusiones de las previsiones gustosas nos han de añadir los espacios más tenues en forma de palabras con las que nos aportaremos unas verdades de intensidades relativas. No gastemos el tiempo. Las situaciones son. Hemos de presentar las causas con sus contextos más interpretativos.

Gustemos de enseñar y de aprender todos los días. No pasemos del tiempo, no seamos en la insensatez de malgastar energías. Identifiquemos los pronósticos con intenciones y atenciones de pura paz. Presentemos respetos por doquier con unas atenciones que nos regalen brillo para comprender más y mejor lo que no debe ser entendido desde la distancia. Nos podemos prestar más espacio, que lo hemos de tener como sea para vivir entre acercamientos lindos.

Demos con esos libramientos de encorsetamientos que no propician las libertades de movimientos de otras etapas menos reseñables. Hagamos que todo funcione. La vida surge en todas partes. De lo que se trata es de optimizarla en la medida de lo posible. Las garantías han de ser comunes, y gozarse entre todos. Hagamos caso a esos menesteres que contribuyen a sumar, y dejemos a larga distancia aquellos otros que restan.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

De las esencias comunicativas

Reclamemos el justo propósito de estar en la cuna de esa versión en la que todos hemos de comprender y ajustar deseos, pareceres y razones. La voluntad y el equilibrio, desde la justicia y la paz, nos procuran resultados que hemos de perseguir y expandir sin más afán que ser felices y procurar que los demás también lo sean.

Juntemos las piezas de ese pronóstico donde nadie debe sobrar. Han de aflorar las palabras que nos complementen y que se ajusten con sus vertientes más silenciosas y calladas. Nos debemos poner en ese lado que nos permita aprender de todo y de todos. Nos hemos de poner manos a la obra con el fin determinante de dar con los términos más enjuiciables. Determinemos el amor con más amor aún.

Los olvidos han de ser cosa del pasado. Saquemos partido a la experiencia en el mejor de sus quehaceres. No debemos lastimar las determinaciones que, por buenas, se han de ajustar a las consideraciones más lindas y hermosas. Hagamos caso a lo que portamos en el corazón, que siempre aconseja estupendamente si nos abriga esperanzas y nos estimula a abrirnos interiormente.

Seamos en la conformación de una realidad refrescada y refrescante. Nos hemos de dar unas ciertas garantías de futuro desde la base del cariño y la consideración respecto a las opiniones de los demás. Unamos esos menesteres que nos deben hacer entroncar con las mejores y mayores garantías de hermandad. Juntos somos más dichosos. Probemos, y, antes que eso, miremos nuestro pasado y seguro que hallaremos situaciones con claras opciones en este campo.

No nos separemos de esas esencias comunicativas que todo nos pueden aportar. Podemos vivir de un modo más integral dando cuenta de lo que nos permite avanzar societariamente gracias a los procesos comunicativos.

Juan TOMÁS FRUTOS.