martes, 31 de agosto de 2010

Las premisas de siempre

Hechizas mi alma con todo lo que puede tener algo de sentido. No olvidemos las premisas de siempre.

Cariños muy hermosos

Llegaré para verte con ese honor que me ha de saber a victoria con regulaciones de cariños muy hermosos.

Razones tremendas

La existencia nos ofrece un momento de pasión que nos ha de alimentar con razones tremendas.

Nos tendremos que ver

Todo lo posible me llega con una voluntad que me imparte una dura doctrina. Nos tendremos que ver.

Trasteo de espíritus

Me dices el todo con ese sí que me ilumina con razones que nos adelantan el paso con un trasteo de espíritus.

Con tanta estimación

Nos lanzamos en esa búsqueda que nos ve sin que estemos. No podremos quedarnos atrás con tanta estimación como sentimos.

Pura evolución comunicativa

El progreso es vida, es una necesidad, es lo que nos permite ver que existimos con unas motivaciones ciertas. Así, pues, expandamos y exprimamos las sensaciones y los mensajes sobre los hechos, eventos y apreciaciones del contexto en el que nos movemos. Vayamos tras lo interesante con ese valor que nos ha de añadir la evolución más jovial y menos triste. Tengamos esa fiesta que nos agradece el deseo sin precipitación. No pongamos en tela de juicio ese afán que nos ha de nutrir con ese camino de esperanza que en otros tiempos se vio como vencida. Nos hemos de poner en la brecha que recoge las mejores mieles de un triunfo importante en el ámbito personal, el que más nos debe interesar.

Respondamos con los entusiasmos de anteriores separaciones que nos han de preferir en la noche de esos cuatro tiempos que nos han de dirigir el ánimo menos diferenciado. Nos hemos de divertir. Nada ha de faltar ahora que el reclamo es de pensamiento alegre. Cada cosa es en la noche de unos tiempos que se han de poner en el cruce de caminos y de pensamientos con deseos nada figurados.

Las consumaciones de años que se fueron se quedan en ese trance que es molino de viento con el humor bien gustoso. No hemos agotado los momentos, ni lo esfuerzos, ni las entradas hacia esa versión que nos recorrerá el alma con un consejo medio sencillo, conclusivo con y en sus enterezas más defendibles. Hagamos elegantes los momentos propicios de siempre.

La vida nos marca trayectorias con las que hemos de aumentar las expectativas de vidas serenas. Divisamos procedimientos con los que nos asaltan tantas dudas como podemos manifestar cuando las cosas se enseñan con sus respuestas menos graves. No hemos asumido lo que tiene directrices de perdones para asumir los tiempos que hemos de emplear para saber un poco más de las opiniones y de las experiencias de los demás.

Generemos espacios para vivir. No hemos de dejar en otra parte lo que es suposición con una verdad de deleites relativos. No vayamos donde nos hemos de quedar sin suficiente energía. La vida nos ha de convencer de los aspectos más deseables. Regalamos la calma como un objetivo básico para que todo permanezca encima de esas ruedas que nos han de defender con sus recreaciones anteriores, que eran formidables. Más lo serán con los diversos canales comunicativos. Creemos y recreemos la ilusión por lo que es el aprendizaje en estado de pura evolución, que ha de ser con las menores fricciones posibles. Vivir es transformarnos en la creencia de que podemos aportar a los otros, y que los otros nos pueden ayudar en nuestros sucesivos pasos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Periodismo: responsabilidad y soluciones

El periodismo es un oficio, una profesión que ha consolidado los mejores valores de las sociedades democráticas, en las cuales se erige como uno de sus sustentos principales. Sin su ejercicio libre no podemos hablar de la consabida pluralidad y de las libertades que precisa una sociedad autónoma y madura. Es cierto que los actuales problemas de la profesión, por la responsabilidad que alberga, por las condiciones que defiende y que vive, merecen una pronta solución, en la idea de que todos saldremos ganando, los periodistas y la ciudadanía en general. Precariedad, bajos salarios, falta de medios humanos y una transformación de las rutinas y métodos de trabajo con la incorporación de las nuevas tecnologías conviven con los tradicionales manuales que nos insisten en que hemos de tener tiempo para acudir a varias fuentes y para consolidar todos los derechos de manera ponderada. En ese tránsito nos encontramos, y sobre él debemos realizar lecturas e interpretaciones que tengan las visiones del conjunto de la sociedad, que es la depositaria primigenia del derecho a la información. La pasión no ha de faltar en esa búsqueda del fortalecimiento del papel del periodista. Hallamos en él relevancia, encontramos problemas, y, sobre todo, hemos de dar con soluciones.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 30 de agosto de 2010

Nos engatusamos

Los paños de algodón me gustan, me complacen, me enfrentan con quienes creen sin ver. Nos engatusamos.

Te fuiste

Todo es sabor a ti con un consejo que me gana con sus torturas elucubradas. Te fuiste al final.

Las noches que no tendremos

Manifiesto quién soy con un mar de dudas que se amparan en las noches que ya no tendremos.

Ni tampoco menos

Me trazas ese momento que no podemos vivir en la noche de una paz con gustos queridos. No somos más, ni tampoco menos.

En ese tránsito

Superemos los instantes de indecisión y vayamos hacia donde nos necesitamos. La vida está en ese tránsito.

Con los compromisos justos

Me miras y te veo con el sentimiento a flor de piel. Nos gustamos con los compromisos justos.

En el corazón

Pensemos en las influencias, y seamos con la sensatez de quien vuelve con el amor en el corazón. Hemos tenido mucha suerte.

Donde apunta la comunicación

Indiquemos sin rubor los aspectos más básicos de la existencia en comunicación. Seamos más fuertes con ella. Apostemos sin dudarlo por la comunicación sin ambages, sin vericuetos, auspiciando las mejores imágenes. Sorprendemos a los corazones con heridas que nos definen como lo que podría ser y no será en los cansados caminos de unas historias que no terminan de complementarse como nos gustaría. Las astucias del pasado nos colocan entre premisas que son condiciones sin temores de factura cuajada. Hemos suspendido las señas que antes fueron identidades.

Las causas son divertimentos que nos ofrecen los cálidos abrazos de quienes vuelven con el umbral pasado de rosca. No hemos callado en esos instantes que tocaba aprender, pero lo haremos ahora en un intento tardío de hallar respuestas a las dudas del corazón que antes voló. Nos tendremos que ver en el pasado. Las existencias se llenan de flores.

Las controversias de los años mozos nos divierten con esas empatías que fueron eficaces en los lances de unas etapas que dieron con los regustos más entusiastas. No perdamos las originalidades que fueron superaciones de enorme calidad. Nos consultamos con corazas que caracterizan con ausencias que no están a la orden de un día de preñadas ocasiones que no surtirán los efectos de otras veces. Vamos a ver las diversiones: con ellas somos más.

Estamos en unas etapas de soledades que nos desafían con sus lustres y brillos más estimados. No navegamos por esas aguas a las que nos habíamos acostumbrado. Los pacientes de otros hospitales nos vienen con nostalgias y romanticismos. Nos tendremos que avisar en los inicios de actitudes que hemos de consolidar. Las travesuras nos han hecho daño, y ahora nos tenemos que convencer de las tesituras que tuvieron unas corduras que finalmente nos descalabran. De ello también aprenderemos.

No hemos visto lo que sucede en un negocio que está pendiente de definir. Nos gustan los complementos más pequeños con sus atenciones más recreadas. Nos damos unos apaños que han de deleitarnos cuando menos los conozcamos. Los momentos llegan cuando son. El destino queda por alguna parte, y con buena intención lo hemos de escuchar. Sepamos lo que nos dicta el corazón, aceptando, sin tomar al pie de la letra, sus peticiones. Pongamos a continuación en marcha el crono con sus misiones. Hay direcciones que la comunicación señala, y que, cuando menos, hemos de investigar. Mucho podremos aprender si andamos con el espíritu presto a ello. Los indicativos han de ser tenidos en cuenta para que podamos decir que aprovechamos el tiempo y sus recursos. Que así sea.

Juan TOMÁS FRUTOS.

El corazón de la comunicación

La comunicación ha de tener coraje, comunión afectiva, raciocinio, ilusión. Hagamos acopio de los mensajes que nos lanza la memoria, que nos rescata recurrentemente. Desgastamos los pies esperando milagros que nos conduzcan por caminos que esperan en el punto, donde el traslado puede ser inminente. Nos aguardan las caricias con los tonos de amores intensos. No sabemos ese porqué que nos llena de un cierto orgullo por lo que pudo ser y no fue. Nos quedamos en un nuevo comienzo que nos traslada hacia donde la vida nos oculta su peor cara, que, en todo caso, hemos de mejorar.

Los comentarios de nuestros corazones nos llevan por dudas que nos ensalzan los motivos que fueron trances en otros desvelos. Hemos cuajado la existencia con un afán de superación. Nos tendremos con ese dolor que nos sacará de las sendas de otras trayectorias que fueron gozos en los tediosos momentos de la libertad que no ha sido justificada lo suficientemente. Merece la pena el esfuerzo de explicación y de defensa de una aguerrida afición por la paz.

Nos hemos intentado quedar en esa esquina que es amor por el defendido momento de una relajación sincera. Hagamos con honor lo que con honor aparece en un instante medio apasionado. Las certidumbres no lo son tanto cuando las amatorias caricias nos incluyen en la realización de catálogos que ni abrimos. Hemos amamantado situaciones que hemos de despejar con sus incógnitas maleadas.

Las versiones de otras etapas nos influyen con sus mercados e historias. Las islas se quedan sin puntos de cabotaje y de anclaje. Hemos olvidado los favores de aquellos momentos vencidos por el hastío y la memoria que no es. Las conclusiones nos ofertan cambios, muchos cambios, todos los de ese universo que discurre con un clamor por la paz.

Ganamos en responsabilidad con términos que nos dan derechos que son funciones en los casos menos apetecidos. Singularizamos los destellos que son paces en los comienzos que nos condenaron a perpetuidad. Hemos simpatizado con multitud de charlas nada convencionales. Nos hemos animado con unos clasicismos que nos disponen los papeles de las memorias. Ganaremos sin ganar, sin estar solos, que no queremos estarlo. Quedan estas sugerencias, y otras que daremos más adelante. De momento confiemos en la memoria y en optimizar aquello que hemos hallado más positivo. Comunicar con el corazón puede ser una gran ventaja, la ventaja, que hemos de saber utilizar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 29 de agosto de 2010

Causas ofertadas

Me distraes. No eres capaz de verte con la fuerza de cuanto todo podía ir un poco mejor. La vida nos oferta causas.

Milagros

Nos confundimos en esos hogares que no lo son mientras esperamos milagros que tampoco se producen.

Me lo daré

Nos podremos enamorar de la luna en cuanto quieras. Date tiempo y yo también me lo daré.

Incierto

El anhelo se convierte hoy en fundamento para no ver lo que nos ocurre, que es incierto como la vida misma.

Deseos extrapolados

La vida es un tránsito permanente hacia no se sabe bien qué. Hemos determinado gustos que nos extrapolan deseos.

Nos hemos de ver

Encajamos en esas virtudes que nos llevan a viajar con un poco de vacilación. Nos hemos de ver.

Volverán

Todo es por ti, en ti, desde consejos que no vemos. Los días nos quitan los sueños. Volverán.

Rompen la moral

Me conformo con lo que me traes entre funciones un poco cortadas por sensaciones que nos rompen la moral.

No de la espera

Nos infundimos unos respetos que saben a liderazgos con sus tormentos interiores. No hemos aprendido de la espera.

Lados que vemos

Me desgasta no verte, no mirarte, no ser entre sensaciones que nos inclinan hacia lados que vemos.

Voluntades rotas

Debemos vivir el hechizo de una fiesta que nos ha de conformar con la paz de quienes vienen con las voluntades medio rotas.

Perfectas

Creo que debe ser en las noches de unos gozos que nos sacan de quicio. Nos damos las enhorabuenas perfectas.

Comprometidos

Predecimos los instantes de esas pasiones que nos dieron un cierto liderazgo. Nos hemos comprometido.

Turbados

Nos inspiramos en sensaciones que nos recrean los grandes momentos que llegamos a vivir. La existencia nos turba un poco.

A todos

Disponemos el cansancio con una voluntad que nos predispone para no sacar adelante lo que conviene a una parte, sino a todos.

Aprender y aprender

Tendríamos que dar con los ecos de emociones simples. Lo sincero nos toca la moral. La vida es aprender y aprender.

Gustos

Te he visto con tanta ilusión que ya no sé que ofrecerte con todo lo que nos viene detrás. Hemos apalabrado gustos.

Para no ser

Tendré que ir, que volver, que tocar, que soñar, que recrearme en la misma negación. Nos esperaremos para no ser.

Lugares que no reconozco

Me rodeas de palabras con unas intenciones que me ponen en lugares que ya no reconozco.

sábado, 28 de agosto de 2010

Magnificencia comunicativa

Los procesos comunicativos marcan mucho respeto, o deben, y hacen ostentación de una grandeza que debemos resaltar. El conjunto que es la comunicación admite todo, y todo muestra. Basculamos hacia las sensaciones que nos portan con objetivos diversos. Ganamos con presunciones que nos implican con unas noctámbulas conclusiones que nos invitan a adaptaciones de señales cortas. Los intereses de antaño nos ocultan las señales de un gozo que nos ha de introducir en la belleza con sus presiones, que ocultarán el todo.

Llevamos lo que nos consiente con sus reales caricias que son con unas voluntades que propician misiones que nos darán las prestaciones de inocentes suposiciones que han de dar con invenciones súper-colocadas en las conciencias de aquellos que han de ser la conjunción de una prevención con exclamaciones supremas. Garanticemos hasta donde podamos haciendo que las uniones nos aporten inteligentes dichas con sus prestaciones más señeras. Hagamos caso al corazón, que ha de saborear esa dirección que nos aporte aires de frescura.

Nos hemos de alimentar con esos egos que nos permiten llegar a donde el todo es prestación periódica con sus toques salubres. No hemos de estar siempre allanando los caminos. Hagamos que las actividades nos impriman las sensaciones suficientes para dar con las consumaciones de unas mentes abiertas y despiertas desde todo punto de vista. Separemos las partes con gallardía y galanteos.

Los procesos comunicativos se han de llevar a cabo con la magnificencia de quienes viven con la paz de unos ancestros menos mudados de piel. Superemos las astucias de quienes aparecen con las modalidades de esas propuestas que nos aligeran el destino con una convención serena y melosa. Desarrollemos la sabiduría con un “plasticismo” y con un carácter práctico que nos han de conmover. Hemos dado con los mensajes oportunos y claves. De lo que se trata ahora es de reconocer el pensamiento que totaliza y engloba a varios, a todos, y que es en la comunión planteada con suspiros y aportaciones aleccionadoras.

Lo hermoso aparece, y en ello estamos cuantos creemos y conformamos la realidad de las cosas, que superan los trances con esa maestría que acompaña a los años, con esa devoción que nos atañe con sus amargos y dulces comportamientos ante los diversos eventos de la existencia. De todo hay en este camino espléndido de la comunicación. Procuremos que descuelle lo bueno, todo lo bueno que hay. La magnificencia de la que hablamos no admite canjes inciertos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

La travesía comunicativa

Crezcamos en expectación por aprender, por saber. Descorchemos los mensajes. El conocimiento es la máxima maravilla, es lo que deja huella. Los signos son así. Bordeamos esos límites que nos llevan a otras fronteras con las que poder ir creciendo. La vida tiene lo que tiene, que es mucho o poco según se mire. No abordemos cambios que nos descolocan con emociones poco simpáticas y poco apetecibles. No obstante, las tenemos que afrontar con la idea de que todo vaya mejorando hasta que demos con las soluciones y concordias de espacios acertados. No deambulemos por lugares descolocados.

Sellemos esas puertas que nos desatan momentos poco apacibles, y singularicemos esas señales de roca viva, de espacio sideral con resultados más que estimulantes y deseosos de mejoras en tránsitos sincretistas. Aproximemos lo que somos, lo que nos confiere una cierta estancia en el limbo placentero y dichoso. Nos hemos de establecer con esos rumbos sin agotados elementos finitos.

Tengamos esos tonos que nos saben a gloria, que nos invitan a tomar ese peso que antes nos supuso ansias de libertades sugerentes. No permitamos que las cosas se queden en árboles que no resuelven las miradas sobre unos bosques que han de solucionar las conclusiones más ínfimas. Nos hemos de decir lo que nos sabía en su momento a las correcciones más lindas y conformadas con las complicidades de ánimos correlativos. Busquemos los claros.

Señalemos los objetivos con atónitas y resplandecientes enseñanzas que nos han de dibujar el pasado con un presente litigador de los establecimientos más grandes. Nos hemos de consentir esos recortes que nos han de preferir con las faltas de criterios de antaño, que fueron, desde la experiencia, unos buenos baluartes. Tengamos en cuenta lo que nos llega.

Midamos las palabras con sus versiones más reducidas y sigamos con unas hermosuras que nos han de consolidar en los instantes de apasionamientos liberados. No pongamos tratamientos antes de tiempo. No disimulemos. Los resúmenes de siempre nos dan lo definitivo. Guardemos las mejores palabras para los mejores intentos, y, entretanto, no paremos en esas ansias de dar con las proporcionalidades de un sí que llega y que es. Aproximemos las mentes con esos lazos comunicativos que nos insertarán en la maravilla del conocimiento. Para saber la mejor travesía es con la comunicación sin disgustos. Las ocasiones se tercian de oro brillante. Busquemos matices predominantes.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Segundos cruciales

Descuella la vida con sus amistades sin ataduras. Nos hemos de poner a volar en cualquier instante. Los segundos serán cruciales.

Compartamos el futuro

Dame ese trozo de amor que te puede ocasionar un poco de más alegría. Compartamos, cual simiente, el futuro.

Previsiones fugaces

Separemos los mundos con progresos que nos han de pedir limitaciones con previsiones un poco fugaces.

viernes, 27 de agosto de 2010

Ya lo pienso

Me colmas de consejos que no tienes en cuenta, y eso debería servirte para pensar. Yo ya lo hago.

El valor del Periodismo

El Periodismo es puro compromiso. El deber de informar es un deber social, esto es, no es tan sólo del profesional ni mucho menos potestativo de un grupo o gremio. Su administración sí lo puede ser, pero no su posesión. La información pertenece a todos, a cada ser humano por el hecho de su misma naturaleza y condición. De ello se deriva su carácter esencial de cara a la comunidad, a la cual se ha de ofrecer en un afán de entrega. Hay una obligación con un recorrido de enorme responsabilidad. El periodismo de servicio es el periodismo de compromiso con la sociedad, que debe ver reconocidos sus derechos a estar bien informada, así como a recibir una conveniente formación, aparejada ésta de las oportunas dosis de entretenimiento que han de brindar los diversos medios de comunicación de masas. Todo se ha de presentar en armonía y equilibrio.

No olvidemos que hasta ahora las leyes han reconocido el valor de servicio público a la sociedad que tienen las empresas periodísticas. La base de ello es que el derecho a informar es un derecho de la ciudadanía, y lo que hacen los periodistas es recibir una especie de mandato tácito, como diría el maestro José María Desantes Guanter. Precisamente por ello el deber profesional para con la sociedad es mayor. También ésta, por otro lado, debe ser exigente en su cumplimiento.

El periodismo de servicio está en la misma base de la democracia, y por eso su reconocimiento es expreso en las Constituciones. Su presencia textual es por la necesidad de establecer garantías de defensa del resto de derechos fundamentales de la ciudadanía que necesita del cumplimiento del derecho a contar lo que sucede como base de que el sistema funciona, de modo que cuando no es así, cuando algo falla, cuando hay errores, intencionados o no, éstos han de ser denunciados y relatados.

Sin duda, el Periodismo presta una extraordinaria labor de servicio a toda la sociedad. Los medios de comunicación aportan diferentes hechos y aconteceres y desde diversas perspectivas, lo cual contribuye a generar lo que se conoce como opinión pública. Como no puede ser de otro modo, lo deseable siempre es la existencia de una pluralidad de medios y de visiones sobre lo que acontece. Ése es su ingente valor.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Por las bonitas expresiones comunicativas

Utilicemos ese didactismo que prefiere y expande el cariño y el conocimiento desde la idea de la superación permanente. Prefiramos las mejores opciones, que son las que nos ofrece el conjunto de la sociedad, ésas que nos vienen de los intereses del conjunto. Nos sumergimos en un mundo de sugerencias que han de tocar esa música celestial con la que ir un poco más allá respecto de cuanto comprendemos. Las imágenes han de batir esos records de imparticiones que nos definirán con astucias sorprendentes. No nos cansemos de largas esperas ahora que todo puede solucionar, solventar, dulcificar, aspectos queridos y estimados desde consideraciones que todo lo han de implicar. La vida es entre superaciones.

Adoramos los instantes de superación, de ese brillo que se apartó de lo inocuo y de lo mate. Nos suscitamos instantes queridos con sueños sueltos de gozos que no se han de perturbar. Hemos imaginado que es posible mientras lo es con unas vertientes más o menos suspicaces ante lo que nos influye con características indomables.

Nominamos deseos con encuentros que nos han de abrigar esperanzas en instantes que nos harán subir un poco ese tendido de humor con el que hemos de poner salsa a las mismas comunicaciones que tanto nos gustaron y que tanto nos aportaron. No vivamos en interrupciones pendientes de carreras que han de tener de todo lo necesario excepto prisas. Hemos de aceptar lo que nos vaya sucediendo en la idea permanente de que podemos soslayar los obstáculos de esas fenomenologías que nos adecúan sin tener los suficientes espacios.

Pidamos imbricaciones en unas etapas de alternativas señalizadas con unas pretensiones de caricias que son, que pueden, que tienen, que propician, que otorgan y que nos invierten los procesos con insufribles peticiones que hemos de inventariar para dar con los lances novedosos. Nos hemos de contemplar todos los días.

Separemos los motivos principales de los que no lo son. Hemos avisado con resúmenes organizativos básicos con los que entroncarnos con las posibilidades que hemos de especificar con los universos más modernos como evolución, éstos, de aquellos que hemos considerado tradicionales. Podemos darnos las alas que necesitamos para transportar presencias y ausencias. Puede que las añoranzas no aporten nada, pero están ahí y nos recuerdan nuestros mejores semblantes humanos. Fomentemos las experiencias que nos dan buenas estampas con bonitas expresiones y comunicaciones. Son baluartes necesarios para todo cuanto nos ennoblece con una jovial mirada hacia dentro y hacia fuera.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Frescor comunicativo

Refresquemos las simbologías y sus contenidos. Hagamos que los mensajes sean dinámicos, vivos. La comunicación tiene muchos recorridos, de todo género, con inmensas posibilidades de ilustración y de incremento del conocimiento. Hay opciones, de todo tipo, de todo género, con vocaciones diversas, que nos llevan por senderos de posibilidades infinitas como la vida misma. Nos confundimos a menudo, pero, si tenemos el corazón abierto, hemos de ser capaces de afrontar los cambios con una serenidad dignas de encomio.

Naveguemos con el objetivo de corregir los golpes que a menudo nos da la vida y que, seguramente, tienen un carácter didáctico. No paremos. Las confluencias nos presentan ocasiones de pactos con los que abundar en los gustos, en las querencias, en lo que nos oferta sinceridades con sus volúmenes cariñosos. Miremos el agua que nos da sensaciones de frescor.

Hagamos que el honor sea sentimiento de alegría y libertad, denuncia y respuesta, con entretenidos aprendizajes que nos han de conformar como personas en sociedad. Los complementos son importantes, y el complementarse también. Ganemos sin jugar, pero no para nosotros, sino para la comunidad a la que hemos de servir sin rodeos.

Las preferencias nos han de conducir por la línea recta, para no perder el tiempo, ni los recursos, ni lo poco que justifica ese afán para y por amanecer con una cierta pro-actividad. Hay texturas, versiones, actitudes y posibilidades. Hemos de escrutarlas y pensar en positivo con la pretensión ferviente de afrontar la singladura vital desde la constancia y la persecución de pequeños éxitos. Nos debemos armar de muchos valores, que los tenemos, para utilizarlos como ejemplos diarios para nosotros y para los que nos quieren, entre los cuales hemos de ir introduciendo a más y más gente.

Los caminos son múltiples. Los hay de todas las envergaduras, de todos los tamaños, de todas las intensidades. Debemos creer en lo que realizamos y en cómo lo hacemos. No persigamos las creencias que son en la misma nada. Hemos de consolidar lo pequeño. La idea ha de ser ir despacio, que, poco a poco, nos preparemos con los recursos y elementos que justifican y explican todo cuanto somos. La nada es, lo es, cuando hay una persuasiva ilusión por medio. Demos con ella en los numerosos itinerarios que enfrentamos. De todos ellos podemos aprender mucho. Lo mejor es dejar que fluyan. Para que no caigamos en inercias incomprensibles, de vez en cuanto aconsejamos potenciar unas ciertas sensaciones de frescor.

Juan TOMÁS FRUTOS.

jueves, 26 de agosto de 2010

Llegar a la vida misma

Nos informamos con esos anuncios del pasado en los que confluyen esas actuaciones que nos han de permitir llegar a la vida misma.

Sin lamentos

Me instas para un amor que ha de venir voluntariamente. Nos hemos emplazado con rescates sin lamentos.

Mutuamente

Todo me distrae. Nos parecemos con posibilidades de todo tipo. Nos hemos originado mutuamente.

Con otro sí

Superamos ese sí que nos abre las carnes. No hemos dado con los aspectos que apuestan con otro sí.

Cada día nos recordamos

Me fío de ese amor que me explica cuáles son los valores no estacionales. Nos recordamos cada día.

Grandes coherencias

Nos salvamos las maneras con más modales. Todo se alimenta al fin. Nos hemos dado grandes coherencias.

Hábiles

No hemos sido. Nos lesionamos. Perdemos las creencias. No hemos visto las razones de antaño. Nos encontramos hábiles.

Señales complicadas

Comenzamos en lo primero. Llevamos un orden establecido. Nos mostramos precavidos. Hemos complicado las señales.

Con tus gestos

Superamos la vida misma. Ascendemos con respiraciones vagas. No te puedo decir que no. Me comprendes con tus gestos.

Ondas que nos reconocen

Te tengo que confesar que te amo. No lo puedo negar. Tampoco quiero. Llegan esas ondas que nos reconocen.

Responsabilidad que eleva

Vivimos obediencias que nos responden con una responsabilidad que nos eleva donde somos y seremos.

Son las señales

Decidimos que los ahorros nos olviden. No podemos dividir todo lo que realizamos. Las señales son.

No todo para el final

Subrayamos los anhelos que nos piensan con sus compuestas estimaciones. No vamos a dejarlo todo para el final.

Me envuelve el vacío

Me valoras con un cansancio que me insiste con unas ofertas que son proyectos en el duro vacío que me envuelve.

Grandes ocurrencias

Iré a ver lo que no ocurre ahora que los momentos son los que son. Las vidas nos dejan grandes ocurrencias.

Penitencias queridas

Tendré que verte, que oírte, que devorar esos sentimientos con ofertas de penitencias queridas.

No lo merezco

Me entreno con ese amor que me hace liberarme de todo cuanto siento. Me ofreces mucho, y creo que no lo merezco.

Apenas se esconden

Tendremos que ser y que estar con la naturaleza de las cosas, que apenas se esconden las afirmamos.

Beneficios sin dudas

Resistimos con todo ese ideario que nos conmueve con sus dádivas y queridos deseos. Nos contemplamos con luces que otorgan beneficios sin dudas.

Verte un día

Tengo que verte un día de éstos con todo el cariño que soy capaz de mostrarte. Nos miraremos en otra etapa.

Señalados deseos

Eres ese gran tesoro con el que anhelo poder convivir. Nos hemos visto en un lugar de señalados deseos.

Nos vemos bien

Dejemos la altivez para los momentos más queridos con sombras de paciencias finitas. Nos miramos y nos vemos bien.

Apuntes de amor

Todo te diré ahora que apenas te digo nada. Nos hemos vuelto a enamorar con esos apuntes de puro amor.

Candiles y besos

Nos hemos vestido con esas ideas que nos amparan. Nos contemplamos con candiles y besos.

Ambiente celestial

Respiro con tu mismo ser, y con él soy yo por ti y en ti, dándome, recibiendo lo que me impulsa a un ambiente celestial.

La distinción comunicativa

Distingamos la comunicación con paciencia, con espera, con esmero y mimo, con serenidad. Nos dará visión, lo que se llama altura. El considerar la comunicación como un tránsito, como un camino, como una vía hacia algo mejor ayuda a su confección. Aboguemos por esas solvencias que nos saquen de dudas y de esas prisiones intelectuales que nos previenen de lo que podría ser. Las astucias bien llevadas, para conseguir bienes y servicios para la sociedad al completo, son unos buenos instrumentos de labor. Nos miramos con dulzura.

Mantengamos el nivel más correlativo con los intereses del conjunto de la sociedad, que ha de ser nuestra complaciente prioridad. No la abandonemos. No separemos lo importante, y tratemos de darle el tono que se merece. Nos hemos de unir en todo lo que nos parezca con sentido. Los broches han de ser de oro.

La existencia se compone de lucimientos de pensamientos en su sitio, de pesares que nos han de trasladar las cautivas entidades con las que nos introduciremos en un universo bendito. No paremos en las noches noveladas, que nos han de poner en el umbral de la pasión.

Sintamos que lo roto ha de superar los desgarros de una sociedad supuesta con sus calladas respuestas. El todo colmado de buenas atenciones y actuaciones nos ha de aguardar con sus inclinaciones más sugerentes. Los retos han de ser entretenidos con sus planos más favorables y favorecedores. Salgamos de los tópicos para adentrarnos en las verdades y en esas ocasiones que serán algo más que un desafío.

Dilatemos los empeños con sus explicaciones ante los eventos que nos inmiscuyen en todo lo que puede tener un sentido idealista y conformador de la realidad. Vayamos en el tren en el que el valor de la conjunción, de la suma, será la superación más noble. Soslayemos los elementos que hallemos por esos caminos en los que no podremos con todo cuanto nos sucede. Miremos más allá con las previsiones de transformaciones interesantes. Convengamos, sí, y comuniquemos mejor. Transformemos la realidad, consigamos que sea y que esté donde sea menester, y seamos también en ese tránsito que es contribución a las posibilidades que nos ayudan, que son, que nos tienen. Diferenciemos y distingamos en todas las acepciones de esos dos términos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

El positivismo en comunicación

Operemos con lo positivo en todas las ramas y esferas vitales. Ello nos permite salir adelante más resolutivamente. Apostemos y abundemos siempre por lo más idóneo y adecuado de la comunicación, por sus más óptimas aportaciones. Mandemos lo mejor de nosotros mismos en forma de conversaciones que se amparen en aquellos aprendizajes de cuando éramos niños y adolescentes. Todo ha de tener interés, y así se ha de mostrar. La gracia, el talento, las explicaciones bien sencillas, la admiración, el brillante deseo en los ojos... Todo nos ha de gustar, y con deleite lo hemos de transmitir. El mundo es como es, y hemos de optimizarlo en todos sus avatares.

Giremos hacia esos momentos en los que cualquier cosa era digna de aprendizaje. No neguemos las intenciones de las complacencias que venían con el anhelo de entregarnos a una solidaridad máxima. Nos hemos de juntar cada día con unas cuantas palabras que nos aporten positivismo y buen hacer. La alegría aparece del buen comportamiento, de ahí, de lo sencillo. No esperemos grandes respuestas cuando las más pequeñas nos aportan mucho más.

Cubramos las espaldas con ese entusiasmo sin el cual no podemos afrontar el día a día. No nos despidamos antes de la cuenta. Enumeremos los hechos gloriosos con las objetividades de quienes nos consuelan con sus tanteos más subrayados. Escribamos con los ojos brillantes y traslademos las estampas más hermosas a quienes nos regalan cada jornada sus mejores semblantes. No se trata de devolver, sino de multiplicar.

Los calores nos han de empujar lo suficiente para mantener el tipo, así como contribuirán los momentos más fríos, que hemos de ir alternando para valorar lo que es estar, sencillamente, bien. Las imposiciones no nos valen, pues alteran en exceso los motivos y sus consecuencias. Variemos las contemplaciones para obtener licencias con respuestas abiertas, donde todos podremos entrar con la misma naturaleza y con igualdad de derechos.

La libertad en las expresiones y opiniones, con respeto por encima de todo, es la gran apuesta. Limemos los elementos extraños y tardíos y hagamos que resuenen las melodías más dulces y bonitas. Las cúpulas del aprendizaje se han de ver con la perspectiva del tiempo y con la altura que sea precisa para que nada escape a lo que advertimos. Contemos esas formas que nos han de preferir con medidas particulares. Hagamos caso a los sentimientos de convencida pluralidad comunicativa. Funcionará. Lo más idóneo y conveniente en ésta y en otras materias tiene en cuenta el saber de los convecinos. Seamos optimistas y positivos, y lo demás será cuestión de tiempo. Además, es obvio que seremos más felices.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Recreación

Nos enriquecemos con esos aspectos espirituales que recrean lo que pensamos de ese amor en ciernes.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Propulsar fines

Vivimos con proyectos que nos han de dar esos fundamentos con los que propulsar los fines que no relatamos.

Ordenamos ser

Te busco y te veo con una fortuna que te devolveré con todo tipo de facilidades.
Nos ordenamos ser.

Con más querencias

Tenemos que asumir los costes con volúmenes de noches sin lunas. Nos reponemos con más querencias.

Operaciones que servirán

Comentamos lo que nos gustaría hacer. Nos ponemos a actuar con operaciones que nos servirán.

Una realidad que hiere

Analizamos qué podemos hacer para que las suspensiones del amor no sean una realidad que hiere.

Competimos por ser

Hemos medido los momentos y los pasos con unos segundos que se traducen en eternos. Competimos por ser y estar.

Prometen todo

Existimos con noches que se realizan con abrazos que prometen todo. Nos aumentamos las expectativas.

Aspectos supremos

Se colapsa ese amor que podría estar en una expansión creíble. Nos determinamos con aspectos supremos.

Sentidos de la orientación

Nos aconsejamos vueltas con reglas que nos invitan a superaciones permanentes. Nos hemos comunicado certeros sentidos de la orientación.

Amor universal

Inicio la vida por el mismo lugar que añoro. No podemos compartir lo que no es nuestro. El amor es universal.

Replanteamientos

Consideramos que las voluntades son. Hemos indicado que las vidas se nutren de pensamientos con replanteamientos.

Nocturnas finalidades

Sentimos que los amores pueden llegar mucho más allá con el entusiasmo de quienes vuelven con unas nocturnas finalidades.

Alarma

Vivimos la velocidad del tiempo con unas miradas que se quedan en mínimas. Subimos al todo que nos alarma.

EL SECTOR PERIODÍSTICO

Resumen:

Un sector joven, necesitado de un permanente reciclaje, pero desmotivado en ocasiones para ello por la falta de tiempo, de recursos y de incentivos con los que poder afrontar una adaptación que, por otro lado, es necesaria y se está llevando a cabo en el ámbito de las Nuevas Tecnologías. Éste es parte del retrato que se hace de los profesionales del Periodismo, que también es significado por sus problemas de conciliación de la vida laboral y familiar y por las carencias de visibilidad sobre sus propias circunstancias, a la par que posee una imagen social un tanto deteriorada, de la cual es consciente. Todo ello nos plantea la necesidad de una mayor unión y el consejo de una cierta idea de pacto o de autorregulación sobre el ejercicio profesional y acerca de ciertos aspectos deontológicos. Sin duda, la labor de las entidades profesionales para esta mejora es sustancial.

Palabras clave: Periodismo, Ética, Problemas, Formación, Nuevas Tecnologías.

Abstract:

A young sector, needed from a permanent recycling, but not motivated in occasions for it due to the lack of time, of resources and of incentives with which to be able to confront an adjustment that, on the other hand, is necessary and is carried out in the area of the New Technologies. This one is a part of the portrait that is made of the professionals of the Journalism, which also is meant by their problems of conciliation of the labor and familiar life and by the lacks of visibility on their own circumstances, at the same time that possesses a social rather damaged image, of which it is conscious. All this raises the need of a major union and the advice of a certain idea of agreement or auto-regulation on the professional exercise and brings over of certain ethical aspects. Undoubtedly, the labor of the professional entities for this improvement is substantial.

Key words: Journalism, Ethics, Problems, Formation, New Technologies.

Distantes

No eliminados las razones, y por eso seguimos distantes de lo que podría ser auténtica solución.

Ánimos y porvenir

Perseguimos ese grado de experiencia que nos ha de adelantar hasta llegar a la cima de un amor generador de ánimos y de porvenir.

Un poco de más sentido

Esperamos para ver y entender. Las consecuencias nos llevan hasta donde todo tiene un poco de más sentido.

Nos entrega la vida

Saldremos con una voluntad que pasará de vernos. No hemos cultivado lo suficiente. La vida nos entrega.

Firmamento de posibilidades comunicativas

Hay un sinfín de posibilidades en los procesos comunicativos que asumimos o que nos llegan cada jornada. Analicemos lo que hacemos, cómo lo comunicamos. Saquemos ese zumo que nos explica muchas cuestiones. Tengamos el paladar comunicativo fino. Nos empeñamos con un sí casi eterno en secuencias que nos parecen básicas con todo lo que es umbral amparado con dichas de muchos retornos. Las señales han de dirigirnos por las líneas rectas que nos ubican con sus intereses de variada multiplicidad. Hagamos que el territorio del corazón no falle.

Hemos apalabrado los anhelos de una juventud que nos indicó todo cuanto le apetecía hacer. No sembremos en lugares extraños y seamos pura sensatez en los comienzos y en los finales, como meras y necesitadas coherencias.

No dejemos en el otro lado de las intenciones esos quehaceres que nos han de alumbrar como paciencias que consideraremos infinitas. Sugerimos cada día, y más que deberemos ofrecer. La constancia nos aporta un grado con el que hemos de incrementar las voluntades y sus resultados.

No brindemos con cosechas ajenas lo que debería ser nuestro. Los énfasis han de poner esa guinda en un pastel que deberemos saborear entre todos. Sigamos las mejores señales hasta dar con el firmamento de posibilidades. Las posturas de otros instantes nos han de colocar ese cartel de peticiones sumidas en la misma base de la autoridad.

Las vertientes de esas realidades que tanto complacen nos han de colmar de experiencias dichosas con sus entusiasmos correspondientes. Nos hemos de quedar en ese lado de la virtud, con el fin de ver, de superar las heridas menos “disgustantes”. Aunque sea difícil, seamos positivos. Nos hemos de hacer caso con las sombras de unas luces que nos deberán indicar los caminos sin pausa. Interpretemos, por favor, los sabores. Cada uno tiene su mensaje, y lo hemos de saber destapar con el mejor colchón y con el mejor entendimiento posible. Estemos listos para poder enumerar las estrellas que en cada ocasión podemos divisar. Son muchas, y nos aportan más de lo que pensamos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Otras han surgido

Ya estamos bien. Hemos soñado con detenernos en otro lugar. La vida nos ha resuelto muchas incógnitas, pero han surgido otras.

Con todo el amor

Maduremos en esta relación que nos ha de abrigar con mucho cariño. Nos hemos de insistir con todo el amor que tenemos.

Enseres que no necesitamos

Nos divertimos entre pasatiempos que nos anulan con sus deseos maravillosos de paces que tranquilizan entre enseres que no necesitamos.

Elementos espontáneos

Cabalguemos por un grupo de estrellas que nos han de dar los elementos de juicio más espontáneos.

Ese refresco

Cambiamos las premisas con sus toques más o menos señalizados. Hagamos que el honor sea la bandera de este cariño que nos envuelve. Nos tomaremos ese refresco.

Divisas de otros

Presumamos de esos caprichos que nos han de analizar con todo cuanto tenemos. No hagamos caso a las divisas de otros corazones.

Peldaños comunicativos

La escalera de la comunicación ha de ser subida cada día y en la medida de lo posible. No nos cansemos, al menos, de intentarlo. La dicha es el mejor regalo que nos pueden dar o que podemos compartir con los demás. Vivimos el prólogo de una vida que se ha de sustentar en la misma trayectoria con su evolución y todo. Tentamos, una y otra vez, la suerte con más suerte aún, y vivimos en la requisitoria que busca espacios para contrastar lo que ocurre por unos lugares de sentimientos vencidos de antemano. Nos hemos consultado las apariencias con sus glorias más recias, y en adelante daremos con las travesías de indicadores más tardíos. Nos hemos superado, y eso quiere decir que tenemos propuestas de generaciones espontáneas para continuar con lo mejor, o con lo que nos parece que lo es.

No hagamos caso a cuanto nos viene dado con unas panorámicas de divertimentos en el más puro estilo del vacío existencial, que nos ha de confrontar con las ideas de antaño en la búsqueda ornamental de cuanto nos viene ofrecido con aficiones y gustos complejos. Saquemos intereses de donde pensamos que no los había. Entremos en esa considerada visión que nos ha de hacer escapar de cuanto nos sucede en negativo para adentrarnos en un buen número de sueños por experimentar. Sobrellevemos las caídas y aprendamos de ellas.

Las seguridades nos han de expresar los requisitos más sombríos con esos planteamientos de gracias que nos han de ayudar en todo cuanto hagamos. Poco a poco las ideas irán triunfando entre todos, y eso será señal de consejos que nos portarán muy comprometidos con lo que nos gusta y complace en el tono y en el mismo deseo. Las heridas de años que ya se consideran atrasados deben ser adecuaciones a las realidades más interesantes, que hemos de defender. Aprendamos, y para ello comuniquemos.

Las premisas de las viejas guardias nos han de conducir por sendas de buenas y queridas pasiones, que han de alimentar lo mejor de nosotros mismos para que se incrementen los niveles de bienestar a través de la propia comunicación de flujos experimentados y secuenciados en tiempo y forma. Hagamos caso con honor, con empatía, con todo lo que nos merece la pena. La vida es templanza y consideración de los triunfos como relativos porque lo son.

Insistamos con el corazón en la mano en todo lo que nos puede otorgar beneficios simpáticos y entrañables con los que socorrer cuanto será expresión de amor y de amistad. No paremos en esas iniciativas que nos han de regalar felicidad con grandes dosis de fortunas. Sigamos, siempre sigamos, y no nos cansemos: no nos cansemos nunca. Comuniquemos esa dicha sin pausa. Poco a poco, y también sin prisa, nos iremos dando otros semblantes. Subamos cada día un peldaño en esa escala de valores que hemos de sustentar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Muchos y buenos

Me razonas en momentos donde debemos ser sujetos con nuestra carga de idealismo. Nos convencemos de muchos y buenos amores.

Caricias que se esfuerzan

Me elevo con emociones que son gratitudes entre bellas caricias que se esfuerzan con el pan de cada día.

Contexto olvidado

Dame fuerzas para ser yo mismo ahora que no comprendo nada de lo que ocurre en un contexto que creía olvidado.

Por el paso de los años

Eres esa llave que sabe conservar de la mejor manera ese corazón herido por el paso de los años.

Las que quedan

Todo es en ese espacio que parece que compartimos, pero que no es así. Nos hemos enamorado varias veces, y las que quedan.

En el puro comienzo

Sugerimos una libertad que alimenta con razones que no siempre podemos computar. Hemos saldado algunas cuentas que nos dejarán en el más puro comienzo.

Para no ver nada

Vamos, venimos, nos alimentamos con amores, señalizamos los caminos, y de nuevo volvemos para no ver nada.

martes, 24 de agosto de 2010

Otras etapas

Me has visto con emociones que cansan. No hemos dado con los resortes de otras etapas queridas.

En estilos diversos

Nos rodeamos con ideas que se han de traducir en buenas intenciones con conclusiones que nos pongan en estilos diversos.

Son y están

Debemos querernos con el máximo poder en las manos que han de asumir que las causas son y están.

Ser, poder

Nos disponemos con memorias que nos sacan de futuros fracasos. Mientras volvemos tratamos de entender, de ser, de poder.

Recuperar la ilusión

Venzo mis temores y llego hasta ti con las memorias desgastadas, pero dispuesto a recuperar la ilusión.

“El hermoso duende"

Pregón del XXXI Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro

“El hermoso duende del flamenco ferreño”

Heme aquí, compañeros del alma, amigos muchos, conocidos otros, enamorados del flamenco la gran mayoría, dispuesto de corazón y con toda mi alma para dar el pistoletazo de salida en una nueva edición del Festival de Cante Flamenco de lo Ferro.
Confieso que me llena de orgullo estar en esta atalaya, en este altar del arte para significar su importancia, sus valores, sus tesoros intangibles. Reconozco también que me da un poco de pavor caer en el tópico, el no dejar huella entre aquellos que sois la muestra viva del sentimiento en estado puro. Es una oportunidad única, pero también un riesgo.
De momento os lanzo una pregunta que traigo con mucha humildad: ¿Dónde están los duendes flamencos de Lo Ferro? He preguntado en la misma puerta, y alguien me dice que apenas queda testimonio de una casa que, al parecer, los albergó, a los duendes, muy cerca de aquí. La cuestión es que quizá hablamos de otros duendes.
Bueno, que no quiero perderme, no tan pronto. Así, pues, con sentimientos ambivalentes y con la petición de una cierta benevolencia me dirijo a todos vosotros con el sabor de mis ancestros, con la pasión por ese “quejío” que es amor y encuentro, que es, sin duda, el flamenco, que sois todos vosotros.
Definir el alma no es fácil. Uno la experimenta, y ya está, ya vale. Los sentidos son los que son, e incluso son numerables en sus aspectos externos, pero internamente no hay dos iguales, porque no hay dos personas iguales. He ahí la dificultad de expresar qué es el arte, qué es el arte flamenco, qué es el sentimiento flamenco, definido, en una forma, como la exaltación y la agonía por los éxitos, por los fracasos, por los amores, por los desamores, por las voluntades que van y vienen.
Me es más sencillo hablar de lo visible, del escenario, de las gentes que han puesto en marcha, con una impecable organización, un certamen que sabe a gloria. Estáis ahí, y no quiero nombraros porque no quiero dejarme a ninguno sin mencionar.
Lo Ferro es pasión, Lo Ferro es fortaleza, Lo Ferro es silencio y parlamento, es todo eso en tonos diversos, apetecibles, entre sigilos y posturas que ennoblecen a quienes trabajaron las tierras, y con ellas cantaron y soñaron, y vivieron y se encerraron con finitas querencias que se plasman en su buen hacer, en su apertura al visitante. Tanto es así que recogieron las mieles de la historia para dar con este festival, que es familiar, que es salubre, que es cercano, que sabe a lo conocido. Por eso es un poco de todos.
Para mí, Lo Ferro es recordar mi infancia, a mis familiares, que vivían y viven muy cerca de aquí. Lo Ferro forma parte de esa geografía que indica cuáles fueron mis primeros sueños, que permanecen en los recovecos del corazón, que es bruma y deseo incluso con el paso de los años. Creo que me siento como en casa respirando los mismos átomos de familiares que trabajaron y lloraron la tierra, que se endulzaron con ella en los buenos años, que se apegaron a sus sentidos, a sus sequedades, a sus durezas, también a sus intermitentes destellos. Esta panorámica parece tener incluso las mismas caras del flamenco, que se duele y se alegra del paso ligero de una vida que tiene aristas cortantes y prendas magníficas que vestir.

Lo Ferro para mí

¡Ay, sí! Para mí, Lo Ferro es recordar a amigos que me enseñaron mucho, todo, que me hablaron cuando aprendía de mozo, que me consolidaron sus destrezas más estupendas. Vienen esas patrullas a menudo que nos aplican sus dones de excelencia. Siento la ternura de sus ojos conmigo, esta noche, con sus estrellas más o menos ocultas, con el dulzor de la Luna, con la belleza serena de quienes incluso no se hallan físicamente entre nosotros. El concepto tiempo y espacio no existe con la lógica matemática cuando hablamos de genuina amistad. Lo mismo le pasa al flamenco.
Y en esto me pregunto de nuevo por los duendes, los de Lo Ferro, sí. Confío en que alguien me indique. Hace años en unas fiestas locales conocí el duende de alguien que cantaba como la gloria. Los recuerdos se diluyen. Uno no quiere aferrarse a ellos.
Le preguntó el discípulo al maestro cuál era el camino. “No te referirás”, le contestó, “al que tienes ahí mismo”. Es la vida, señoras y señores, la que te enseña. Sólo con el tiempo, como el pececito, sabes qué es el océano. Lo que es el todo del principio se muda en el principio del todo, en el todo mismo, en lo que somos en definitiva. El agua, como el camino, como el aire, como los elementos fundamentales, los tenemos desde que llegamos al mundo, a esta dimensión, y es con el tiempo que los comprendemos.
El camino, sí, ése que emprendieron esos enamorados del flamenco hace 150 años cuando empezó a cerrarse como tal. Existió desde siempre, desde tiempos inmemoriales, pero fue hace un siglo y medio cuando empezó a crearse una escuela no escrita de palos y talentos, de escenarios en los salones de aquellos que, por nacimiento, por afición, por arraigo o desarraigo, se enfrentaron con la nobleza de un arte espontáneo, surgido del sentimiento en estado puro.
Décadas de idas y venidas, de palos de todo tipo, de cante hondo, de seguiriyas, de jaleos, de bulerías, de tarantas, de levantinas, de “soleás”, de dimes y diretes, de cantes de vuelta, de mineras, de saetas, de farrucas, de malagueñas, de sevillanas, de cartageneras, de sentimientos, de suspiros que han evolucionado en todas partes, más en donde el trabajador se enfrentaba con cierta melancolía y “cansera” a su menester de cada día.
Y en todo esto han aparecido unos locos que han consagrado sus carreras de cantaores, de bailaores, de guitarristas, de acompañantes de un cante que es gozo en un pozo de diversas densidades, que es navegación con un rumbo intuitivo que llamamos “duende”. ¡Ah, el duende! ¿Dónde estará?
No sé si los habitantes durante más de 300.000 años en la Sima de las Palomas advirtieron el valor del cante, de lo que es singularidad mayúscula venida desde lo más recóndito del corazón. Sí sé que lo Ferro se ha ganado un espacio, que ya no es humilde como sus gentes, que apunta unas señas de identidad como pocos certámenes en el mundo flamenco. Apenas sus cientos de habitantes aciertan cada año en lo que es una labor titánica. Son muy pocos para remar en la misma dirección y hacer algo grande, pero lo hacen.

Vitalidad del Festival

Y por eso, en esta edición en concreto, podemos destacar sus más de 50 aspirantes, que son la media de cada año, dispuestos a ganar el Melón de Oro. Por cierto, cada vez lo obtienen artistas más jóvenes, que luego ganan en otros festivales de igual reputación, o incluso de más solera (son apenas dos o tres más). Y aquí no sólo se descubren jóvenes: también se destaca como en ningún otro lugar el papel de la mujer que canta y que baila y que aquí, en lo Ferro, con siglos de pasión a sus espaldas, saben interpretar como en pocos lugares. Será, indudablemente, el duende, que vive aquí. Lo vemos cada noche, como lo veremos en sucesivas noches, durante toda esta semana, en las capacidades de los 12 cantaores que han quedado finalistas.
La ilusión está aquí, aunque suene a tópico, en estado puro. Como anticipo de ella tienen esta noche, con el permiso de los demás, a Victoria Cava, una alumna aventajada y que supera al maestro en todo y que nos hará un regalo muy especial con interpretaciones cargadas de garganta, de técnica y de brillo y presencia. Un don para los sentidos, para los aficionados. Es uno de esos jóvenes talentos que defiende Lo Ferro a capa y espada.
Ella también nos acompañará en Octubre en el segundo encuentro dedicado al flamenco y a los medios de comunicación, un curso, un taller donde vendrán reconocidos expertos y teóricos del flamenco, pero también artistas que, en el día a día, nos ofrecen un cante tan ancestral como en plena ebullición y evolución. Hasta en eso Lo Ferro, Torre Pacheco, ha sido una adelantada, pues fue la primera en ofertar un curso de este género, el que se dio hace dos años, y ya le han salido imitadores, lo cual quiere decir que vamos por el buen camino. Este año el curso tendrá créditos europeos de libre configuración, como un incentivo más para el ambiente universitario.
Más dudas. ¿Qué os puedo contar yo sobre el flamenco que no sepáis? Estoy aquí por mi cercanía con los que saben, por el amor que les profeso. Ellos son testigos de mi devoción, y por eso me han colocado esta noche ante vosotros, ante ustedes. Reconozco que el orgullo por poder venir a continuar aprendiendo me embarga y me ubica en una nave especial donde la comunión en lo personal y en lo espiritual es el todo.
Para mí, el flamenco es perfecto, es el “summun” en la búsqueda de las raíces de unos ancestros que vinieron de los cuatro costados de la piel de toro, encontrando en este campo de Cartagena las razones de un crisol histórico donde no faltan ni razas, ni credos, ni pareceres, integrados todos ellos con lo mejor para entenderse: la palabra, y, más que eso, la palabra cantada. A ello unimos la sencillez de los términos, de las rimas, junto con el esfuerzo para pronunciar la queja o la alegría, para ese “quejío” interno que saca el duende y la naturaleza de unos seres humanos curtidos en la esperanza, en el dolor, en la entrega, en el afán de superación, en el anhelo por vivir, por sobrevivir, por dejar sus huellas.

Arte del pueblo

Todos sabéis tan bien como yo que nos hallamos ante un arte que reconoce como pocos el valor del pueblo llano, el valor de los que se quitan el hierro pesado de un destino que destapa el peso del trabajo, de los valores, de los sentimientos, y resuena como ningún otro a lo largo de la historia, superando barreras y organizando un destino universal en forma de cánticos que se entienden en toda época y lugar. Tanto es así que, en esta época de Internet, es uno de los cantes más conocidos en el planeta Tierra.
Además, sus diversos palos nos recuerdan su capacidad para adaptarse, para amoldarse, a estados de ánimo, a interpretaciones y a momentos. Tan versátil es que, hoy en día, se entrega a mestizajes y maridajes con la naturalidad de los grandes géneros musicales, y lo hace con una hermosura que es difícil de superar.
Hablaban Unamuno y Pío Baroja, en su ámbito literario, de una cierta escritura intuitiva y sin una técnica determinada. En el fondo, aunque ellos no fueran conscientes, había mucha técnica en sus obras. Lo mismo ocurre en el flamenco, que tiene reminiscencias con cánticos de diversos puntos africanos, que se encuentra en diversos períodos históricos de nuestra España más universal, que golpea instrumentos y corazones como lo hacen otros géneros, como el propio Jazz, y que se ha nutrido en sus idas y sus vueltas entre fronteras escritas o no definidas con el continente americano. El reto desde siempre ha sido bello, extraordinario, ingente. La cosecha lo ha sido igualmente.
Lo que sí está claro es que ha tomado, el flamenco, lo mejor de los sentimientos de los últimos, de lo que iban a ser olvidados por la pobreza o por las desigualdades que fomentamos o consentimos los seres humanos. La solidaridad del cante flamenco ha sacado, desde sus orígenes, del ostracismo a quienes estaban condenados al olvido, en el cual no cayeron por unos cantes que recuperaron la dignidad que quiso robarles un destino cruel, superado gracias a los golpeteos de una música que superó la desesperanza y sacó rabia contenida direccionándola hacia un estado de mejoría singular. La receta, la mejor receta, fue el flamenco.
La vida es transformación. Nada queda quieto. Eso decía Heráclito, quien nos recordaba que “no podemos bañarnos dos veces en el mismo río”. Aunque nada permanece, en Lo Ferro sí quedan las raíces de quienes lo hicieron posible, de los Escudero, de los Rocas, de los anónimos, de los Juanito Valderrama, de los que mostraron talento artístico con unos carteles extraordinarios, como lo es este año el realizado por mi amiga Joaquina Illán, a la que adoro. ¡Cómo le baila a la Luna querida!

Pasión flamenca

Bebamos en su honor el mejor elixir. Seamos sensaciones y puros sentidos en este negociado que abrimos esta noche, en esta 31 edición. Comenzamos la cuarta década de un certamen que abriga sinceras y genuinas esperanzas, más que fortalecidas ellas, sobre el futuro del arte flamenco, de su salubridad, de su diseño y expansión. Suenan campanas, escribí para Victoria, que está predestinada por su nombre a llevar con letras bien altas y bonitas un arte que alberga, como sus padres y hermana, bien adentro, marcado por la pasión y el afán de superación.
El duende del flamenco -me dicen ahora- deambula estas noches por lo Ferro, donde ha venido a recitar palabras llenas de encuentro y de amor, así como de música celestial de la mano de palmeros y guitarristas, y de otros acompañantes instrumentales. Todo, esta noche, es fruto de la casualidad, de ésa que no existe, por la que durante treinta años llevan laborando ferreños y entusiastas de Torre Pacheco, e incluso de otros lugares, para que este certamen lleve el mejor cuño posible, que lo porta, como han podido constatar.
Flamenco es unión, es familia. En Lo Ferro, lo saben, y lo practican. Por eso, este año rinde homenaje al certamen mayor del flamenco, a su hermano mayor, a La Unión, con sus 50 años de festival a cuestas, con 150 de municipio, y con siglos de historia que conmueven y sirven de crisol, como hace el propio arte flamenco. Es un buen referente.
Prueba de que los ferreños son una familia, es que una familia, y luego otra, y más tarde, otras, y, hoy en día, otras, todas juntas, con sus apellidos, con sus fuerzas, con su tiempo, con su dedicación, han hecho y hacen posible un certamen que ha crecido con reconocimientos y con un arte extraordinario, con mucho arte. En varias ocasiones han descubierto el talento que luego se ha corroborado en otros festivales flamencos, como ya se ha dicho. Es que, en Lo Ferro, tienen alma de pioneros.
Aquí, creen, como pocos, en las generaciones más jóvenes, y por esto tienen su propia escuela, que miman, que cultivan, y por eso llegan muy lejos con todo lo que saben hacer. El reconocimiento internacional ya no es algo excepcional.
Y son solidarios: ningún otro certamen tiene la patente reconocida con la leyenda flamenco solidario. Lo han demostrado en todos sus años de historia, recabando fondos para ONG´s y para numerosas organizaciones y entidades entregadas a la sociedad. Este mismo año han organizado una gala a favor de Haití, y esta semana dirigirán sus desvelos, sus voces y el dinero que se obtenga para el fomento de buenos menesteres.
El Festival tuvo acierto en los comienzos, acierto para continuar, acierto para los nombres de los premios, acierto para los presentadores y los jurados que por aquí han pasado. Son, han sido, y serán magníficos. Además, el gran premio, el melón de oro, es un galardón de gran reputación que da sabia a quienes lo ganan y que muestra el orgullo que sienten los paisanos del lugar por uno de sus productos emblemáticos, el melón, con una denominación de origen tan especial como el sello de los cantes que por aquí surgen y resurgen, y se expanden.

Muchos triunfadores

Los nombres de quienes han triunfado son numerosos. Y de quienes los han contemplado también. Hay nombres con mayúsculas sociales, esto es, de esos conocidos, como la Duquesa de Alba, pero destacan, fundamentalmente, los anónimos, los desconocidos, aquellos que hacen que la intrahistoria se desarrolle y sea del nivel tan alto como hallamos por estos lares. No podía imaginar Vicente Ferro cuando fundó el paraje que esta localidad iba a tener la altura de miras y la proyección de la que ahora hacemos gala. Es cierto que la historia hunde profundas y profusas raíces en este emplazamiento, donde ya hubo asentamientos romanos y de otra índole antes y después. La cercanía del mar y la riqueza de estas tierras siempre fueron focos de atracción y de deseo. Sin embargo, es en la actualidad cuando adquiere un fulgor especial por el paso del arte y el tronío de especiales estrellas de una expresión que no tiene, por fortuna, fronteras que le detenga.
Y qué me dicen de su palo flamenco que ha maravillado hasta al propio Juanito Valderrama, quien se subraya como su inventor. Tiene tono, tiene talento, tiene duende, de todo un poco, y así, con humildad llega a quien escucha.
Y, en el final, vuelve la pregunta: ¿Dónde se hallarán los dichosos duendes? Ustedes saben, como yo, que están en cada uno de cuantos nos visitan, de cuantos han hecho posible que el cante siga, que estos cantaores y bailaores continúen adelante. Ustedes tienen el duende, ustedes son el duende, y yo, humildemente, en este pregón que será lo que tenga que ser, he venido, con el corazón en la mano, para darles las gracias por descubrírmelo cada vez que vengo a este lugar, que, con su permiso, considero un poco mío.
¡Que comience, pues, la música, que suenen las voces, que se oigan los corazones! Se inicia la 31 edición del Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro. Que todos lo sepan. Buenas noches.

Juan TOMÁS FRUTOS.

El peso de la vida

Hemos suspirado por lo que se marcha, y ahora debemos afrontar la vida con el peso que ello supone.

Visión grande

La fiesta nos viene con la paz de antaño, que nos gusta como es. Nos hemos acertado. La visión es grande.

Suprema dicha

Todo me mejora con esas ideas que nos hacen asumir cuestiones de diverso calado. Nos amamos. Aquí está la suprema dicha.

En su sitio

Hemos medio efectos con palabras de puro comodín. Nos separamos de los buenos anhelos, que ponemos en su sitio.

Efecto secundario

Gestionamos con emociones que nos gustan con recreos de señales llevadas a efecto secundario.

Egos sinceros

Prestamos apoyos sinceros a los elementos que fueron dulces en bucles de escapada. Nos alimentaremos de egos sinceros.

Trances de empatía

Todo me hace caso en este último caldo de cultivo que es amor y deseos de trances de pura empatía.

Con lo que no sucederá

Mi corazón sigue herido con todo lo que está pasando, y con lo que nunca podrá suceder... Es una lástima.

Aportarnos mucho

Enfatizas lo que te gusta con una versión un poco desestimada. Deberemos aportarnos mucho.

Generosas visiones de la realidad

Miremos con abundancia de ideas, con apertura de mente y de espíritu. Todo es posible cuando nos mueve un buen fin. Debe ser así. Lo que aparece al principio marca entendimientos con los que hemos de crecer en simpatía y entendimiento. Planteamos las evoluciones con actividades que nos conducen muy lejos de aquí. Nos hemos llenado de preferencias con las que nos iremos marchando de verdad todo lo lejos que podamos. Hagamos caso a esos corazones que nos han de ablandar las señales para dar, más pronto o más tarde, con esos fundamentos que nos deben permitir ultimar las sensaciones más queridas.

Hagamos todo cuanto podamos con el corazón y separemos motivos de todo tipo con indicios más o menos estimables. Nos hemos de enamorar de lo que sucede con unos entusiasmos más o menos sinceros. No sigamos por estelas que apenas nos dejan ver los mares de zonas sureñas. Signifiquemos todo con unas miradas que han de socorrer los espacios en los que nos trasladaremos entre diestras posibilidades.

Prediquemos con esos trigos que nos han de señalizar los buenos momentos con los que construir las redes de unas sociedades que han de alimentar las preferencias más divinas. Vayamos hacia esas sombras que hemos de iluminar con las causas menos entendibles, pero que definirán bien lo que somos. Los cansados deseos nos deben dar las gracias con unas miradas más que sorprendentes. Simulemos con las gratitudes que han de extenderse con espontaneidad.

Cubramos con experiencias dichosas las etapas de conformaciones más o menos reales y simpáticas. Nos hemos de quedar entre aboliciones de tristezas. Gestemos los pasos idóneos para abocarnos a la felicidad con las versiones de antaño. Prefiramos ser con unas consistencias de palabras elevadas y con unas consultas que nos dirán si podemos, que seguro que así será. Vayamos despacio para vestirnos sin prisas. Nos hemos de insistir con unas consistentes figuraciones de transmisiones de genuinas paces.

La existencia se colma de anticipos con los que poder navegar un día y otro todo lo lejos que podamos. Nos hemos de tomar esa calma que nos aparte de los precipicios de esos tiempos más o menos tempestuosos, de los que también hemos de aprender. Seamos con esa bondad más o menos manifiesta. Los elementos que intervienen en los procesos comunicativos son numerosos. Se trata de gestionarlos bien. Los anticipos en la comunicación plasman grandes y generosas visiones de la realidad. Éstas se adquieren, no lo dudemos, con mucha práctica y con toda la paciencia que podamos sostener.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 23 de agosto de 2010

Clarividencias comunicativas

Seamos en misión solidaria, sobre todo cuando nos hablamos de comunicaciones posibles, que todas lo son si hay buenos fines. Montemos guardia para que no caigamos en ese hastío que nos produce distancias. Las mentes y corazones han de apuntalar los buenos anhelos. Hacemos repaso de y a lo que hacemos cada día. Perdura mucho, lo cual quiere decir que aún queda bueno en esa defensa que nos hemos de efectuar de cuanto merece la pena. Eres todo para mí. Te has convertido en ese repaso permanente que nos pone con dudas que nos ubican regularmente.

Nos mostramos con unas fantasías que nos recrean los mundos que hemos elucubrado y que todavía pueden ser emblemas dentro del muestrario de referentes que persisten con el intenso trayecto vital que nos toca experimentar con constancia y en ambientes cerrados. Hemos de abrir las expresiones a otros modales, tan educados como siempre, y tan didácticos como precisamos para abundar en lo exacto, en lo que nos previene. Vivimos con justificaciones variadas.

Nos debemos dedicar a entendernos, que ha de ser casi como un deber. La necesidad viene de diversos palos, con los que hemos de crecer en intensidad y con unos planteamientos poco absurdos. Nos hemos de disponer con los gritos de soledad que no oímos ni nosotros. Los tiempos no corren como queremos: van despacio o deprisa en función de lo que sucede. Contemplemos con perspectiva.

Nos contamos lo más clarividente con unas astucias que nos ponen en bretes con los que nos entrometemos en las causas de quienes vienen con las sombras de heridas que tardan en mejorar. Nos debemos armar de paciencia, de lustre, de sabiduría en función de la lógica de las cosas, que son como son, y como pensamos. Al menos, no siempre daremos con fracasos, y así lo debemos entender.

Lo bueno ha de ser mejorado, y lo que no exista portarlo a esa atmósfera de leves caricias que han de ser potenciadas como baluartes de la felicidad a la que tenemos derecho. No pensemos en el pasado, que ya no se puede cambiar, y, si lo hacemos, que sea para aprender, para no repetir los fallos. Empatizar ayuda a que las cosas se entiendan, y, con su conocimiento, podemos hacer más averiguaciones respecto de lo que son y de cómo solventarlas, si es el caso. Nos debemos poner en las circunstancias ajenas. Así los otros nos verán como todos queremos, con la suficiente amplitud; y, de este modo, sabremos también como llegar a sus mentes y corazones. No nos fallemos: la dicha anda en juego. Las clarividencias comunicativas pasan por tener en cuenta todo lo que sucede con visiones compartidas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

sábado, 21 de agosto de 2010

Cada uno en su ventana

Supongo que todo vale, pero no es así. No llegaremos tarde porque no llegaremos. Hoy lo sé. Sigue mirando desde tu ventana, que yo miro desde la mía. Soñemos al menos.

En su cuerda floja

Pasamos de premisas a esperas que nos hacen llorar por melancólicas precisiones que no están en su cuerda floja.

Todo tarde

Eres mi consuelo nuevo, y, si lo pienso, el de siempre. Pasó el tiempo. Nos enamoramos con cuestionamientos que fueron demasiado periódicos. Ya no sé qué hacer. Imagino todo tarde.

Con solvencia comunicativa

La salubridad tiene que ver con el intelecto, y éste crece con el estudio, con el entusiasmo, con el conocimiento en comunicación. Los problemas han de procurar más talento. Mezclemos con naturalidad para salir con bien de los obstáculos que vayan surgiendo. Hablamos y hablamos, y sacamos en claro penumbras que hemos de alumbrar en la medida que podamos. Tomemos tiempo para ello. Seamos sensatos entre sesgos que nos han de permitir tener unas carencias con las que crecer en lo intelectual y en lo personal. Hagamos caso al corazón, que ha de estar atento a lo que es y que ha de tener un planteamiento que podremos definir con las grandezas de espíritus anteriores. Salgamos con consecuencias controladas y conformadas a las ilusiones cotidianas.

Nos hemos de aportar lo mejor de lo mejor con el alma henchida por las circunstancias que nos pueden, que nos son queridas y estimadas desde las admiraciones que nos imprimen los mejores fines con las querencias más nobles. No seamos insensatos para no poseer el valor de parar donde nos gustaría. Las previsiones han de tenerse en cuenta con las presentaciones más lindas. No nos ceguemos con miradas que no invitan a secuenciar lo que nos merece la pena y hasta el deseo.

Hemos de acolchar el corazón con las separaciones que podrán ser circunstancias sin atenuantes. Nos debemos presentar los anhelos con sencillas apuestas que serán y no serán con cautelas sencillas en instantes prometedores que no quedarán más que en eso. Todo en la vida tiene aportaciones que penden de nosotros. Las lástimas de otras ligas nos han de traducir las confianzas con unos movimientos de caricias auténticas. Lo más relevante es la justicia a la que llegamos como consecuencia de la paz y de la amistad que nos procuramos.

No cercenemos las actividades que nos van llegando como regalos de unos dioses que creen en el día a día con toda la naturalidad y normalidad del mundo. Necesitamos tiempo para ser en la gratitud más hermosa. Nos complace lo que tenemos. Pensemos también en aquello que no ha de modificarse para que todos tengamos las opciones que nos rescaten del hastío. Respiremos hondo y prosigamos con valor.

Las bravuras de otros oficios con los que nos unimos desde las buenas maneras nos han de prevenir frente a las fantasías con las que podremos recorrer los espacios más llenos de posibilidades, que hemos de optimizar, de aprovechar cuando menos. Hablemos con tesón de la belleza con la que nos gustamos cuando la ida es regreso sin que sepamos muy bien lo que queremos hacer. Lo importante es que dediquemos tiempo a conocernos, y, a partir de ahí, que hablemos, que nos hablemos. El diálogo da finitud a los problemas. Tengamos paciencia para comprobarlo. No hay situaciones malas, si recordamos el refrán, que puedan durar eternamente. Sanemos una y otra vez con el hechizo de la comunicación y con la realidad que nos aporta.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Aplicaciones comunicativas

Apliquemos los recursos más óptimos a los procesos de interrelación. Demos con la base para proyectar una buena altura. Lo simple, lo sencillo, lo que no es complejo ayuda a que la comunicación funcione bastante mejor. Utilicemos las sonrisas, el buen humor, el contento, para comunicar estados de ánimo de pura corrección, de empatías que nos llevarán donde el todo sea el regocijo máximo con el que buscar y pretender, y consolidar, la plenitud que nos rodea. Tengamos la fiesta en esa paz que nos saca de una nube que antes pudo ser pequeña, pero que, cuando no la afrontamos, se hace muy grande, quizá en exceso. Midamos las fuerzas y no dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy.

Nos conformamos cada día con las prisas que nos hacen corregir los términos que aguardan con unas bromas que serán voluntades en el vacío. No sesguemos las preferencias, que han de anunciar los pasos con los que nos moveremos un día y otro. Las ideas han de figurar en los pasatiempos más mediáticos, en los frentes de nubes altas, en los extraordinarios planteamientos que han de arreglar los pasatiempos con más minutos de los desmenuzados en otros instantes.

Hagamos que los aspectos cromáticos tengan las singularidades de aquellos que nos pretenden con las voluntades que enfadan, con las cautelas que son preferentes dichas en lugares de tranquilidades más o menos cordiales. No premeditemos los escenarios. No es bueno que todo se calcule. Si acaso primero en aspectos mínimos, y luego en el todo, nos hemos de preferir con insistentes dificultades, que nos pondrán en nuestro sitio más o menos ideal.

No demos los tantos con consultorías que no aplicamos. Las energías se han de traducir en las mejores transformaciones posibles, sacando tiempo para esa bondad que nos ha de alimentar con intenciones no descompensadas. Nos alegramos cuando las cosas salen bien, y por ello hemos de buscar que sea el caso para todos, y no sólo para nosotros. Nos podemos poner en ese sitio que nos prefiere con sus indicaciones más lustrosas. Nos hemos de enamorar cada día de cuanto hacemos, de cómo lo realizamos, de lo que vemos en la noria de una vida que posee imágenes que hemos de saber interpretar con el debido contexto.

Lo fácil ha de manifestarse como tal, y lo dificultoso ha de mostrarse con un poco de sencillez, que contribuye, indudablemente, a que las versiones no sean tan aparatosas. Nos hemos atribuido tiempos y espacios que no son lo que eran, que no lo serán, pero que han de servir para que haya trechos mejores y mejorables y para que las sensaciones agradables llenen de buena subjetividad lo que habría de ser objetivo. Las sonrisas, no lo olvidemos, comunican, siempre comunican. Además, dan placer y alegría, que son síntomas y acicates para que las relaciones sean estupendas. Seamos aplicados y, con el tiempo, estaremos en el nivel deseado. Por lo tanto, vayamos sin prisa y afrontemos lo que tengamos que hacer teniendo en cuenta los parámetros de la labor estupendamente confeccionada.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Nunca es tarde

Nos hemos visto y nos hemos querido. Creo que hemos recordado pensamientos del pasado. Nos involucramos ahora. Nunca es tarde.

Sensaciones reforzadas

Gracias por ese montón de voces de amor que me indican que el deseo aún queda. Nos abrazaremos con sensaciones reforzadas.

Nos dan la mano

Lucimos con negaciones que nos plantean qué hacer. Nos bendecimos con respuestas que nos dan la mano.

Cada segundo

Eres esa bendición con la que cuento para salir adelante cada día, a cada hora, cada segundo.

Por miedo

Sólo me consuela tu aroma. Las flores que me regalaste aún sigue. Nos las miro por miedo.

Negaciones que aclaran

Eres mi amor, mi devoción, mis sensaciones más serenas. Nos hemos visto con negaciones que ahora aclaran todo.

Caen

Eres todo para mí. Continuamos con estiramientos que adivinan lo que no seremos. Las inocencias caen.

No en un vendaval

La voz es con boca rota. Nos declaramos sin controles necesarios para no caer en un vendaval.

No lo puedo significar

Cantas gentes de antaño con el corazón de raíces profundas en lo que pudo ser y ya no será. Me hace falta lo que no puedo significar.

Lo siento

Hoy te miro a los ojos de una foto y creo que reconozco la oportunidad que no aprovechamos. Lo siento.

viernes, 20 de agosto de 2010

Ajustes comunicativos

Debemos armarnos de coraje para usar cuantos enseres comunicativos tengamos en nuestro entorno. Utilicemos las energías. Hagamos que los instrumentos tengan algo más que virtualidad. Repongamos esos momentos que nos han de acelerar los corazones vencidos con los que agradecer los instantes de puras pasiones que nos liberan con sus gracias consideradas. Nos damos, una y otra vez, con realeza, espacios que pudieron ser empeños con sus gustos y sus formas más o menos formalizadas. Echemos mano de la docencia. Hagamos caso a los honores de quienes vienen con sus palabras encarecidas desde sensaciones que podemos estimar extraordinarias.

Veamos cuanto ocurre por un universo sincero que nos regala aperturas de ánimos con los que recorrer los momentos que la imaginación, puede que la memoria, aún arbitra en alguna parte. Demos gracias a esa fortuna. Consultemos algo más que la almohada para tomar decisiones que nos han de liberar de los trasiegos que nos placen.

Anunciemos con desparpajo y el mejor humor esos instantes de gozo que nos han de perpetuar con unos contentos que hemos de extender algo más que segundos. Defendamos a capa y espada los tonos de unas vidas que han de ser todo lo eternas que podamos sin exigencias ni malos entendimientos, que, cuando menos, hemos de evitar.

Los años que ya pasaron han de dejar el mejor rastro y el mejor rostro. Tomemos medidas para sanar las heridas que aún nos quedan. Signifiquemos todos esos trámites que nos han de derivar hasta esas metas que completarán los balances de alegrías a perpetuidad. Nos pondremos a hablar cada vez que podamos para alentar lo que fueron expresiones de valores sentidos.

No ubiquemos en el fuego esa jornada de querida pasión con la que nos entenderemos durante horas. Las habitualidades de otras temporadas se han de convertir en estructuras en positivo que han de arreglar lo que sea, como sea, con las pretensiones de unir, de juntar claras experiencias dichosas. La felicidad está ahí, moviéndose, y, sin perseguirla, hemos de dar con ella.

Las promesas hoy se cumplen. Será así. No las dejemos para mañana. Podemos conseguir arreglos comunicativos. Si los ajustes son oportunos, nuestro estado de bienestar también será más conveniente y estará más convencido. Ir brazo con brazo con los demás es una señal, es un consejo, es un empuje cierto hacia la sensación más agradable por los resultados de la comunicación misma.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Resistencias pasivas

Me has destrozado el alma con demasiadas esperas. Nos hemos consultado con resistencias pasivas.

Comunicar con intereses multiplicados

Hagamos que la comunicación tenga visibilidad y que albergue los objetivos e intereses más contrastados y plurales. La idea de comunidad ayuda en los procesos comunicativos, que hemos de dotar de contenidos. Descendemos a esos niveles que nos sacan de condicionamientos de antaño, y somos en la misma ignorancia que nos predispone con sus normas más o menos entendibles. Hemos adecuado escenas y actuaciones, y ahora queda que les saquemos un tanto de partido, sin que nos demoremos en demasía. Volemos un poco, un poco más.

Aglutinemos los esfuerzos para que la comunicación sea amplia y eficaz. No debemos predisponernos ante las desganas de quienes vuelven con las sensaciones de suficiencia un poco deterioradas. Empecemos y terminemos con el mismo plan, que siempre nos ayuda a seguir. La evolución, en todo caso, ha de ser tranquila, presta a devociones de conjunto.

Disponemos cada jornada, con mucha asiduidad, atenciones con unas separaciones que nos harán olvidar todo cuanto nos oferta un sentido con una amistad más que beneficiosa. No pongamos sensaciones donde no las hay y procuremos que las cuestiones que son positivas vayan dando lustre a lo que ha sido alarma sin consecuencias hasta ahora. Debe vencer lo óptimo, pero no para nosotros, para todos.

Los procesos interactivos nos han de dar unas variables con las que alimentar las actividades con las que podremos asimilar cada cosa que nos vaya sucediendo. Nos hemos de animar una y otra vez. No dejemos para momentos postreros lo que podamos hacer hoy mismo. Sinceros somos, y más que seremos en materia de ese amor que se manifiesta con la comunicación misma.

No seamos tremendistas. Hagamos caso de nuestras intuiciones a partir de eventos pasados. El gran partido no se juega al final: se juega desde el principio con atenciones más o menos visibles. Nos hemos de colocar, en la medida que sepamos, entre intenciones y atenciones consistentes. Pisemos fuerte sin hacer aspavientos y procuremos que la senda se pueda transitar con amistades de considerable factura. La comunicación se demuestra comunicando y con dosis de flexibilidad. Hagamos caso a intereses múltiples con el deseo de contentar, no a todos, sino al conjunto. Hay mucho más futuro en ello que en visiones más restrictivas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Anhelos ocultos

Me has señalado qué hacer ahora que no sé ni por dónde empezar. Separamos heridas. Las voluntades nos ocultan anhelos de siempre.

Las mejores sensaciones

Respondemos con intenciones más que ciertas. Nos preñamos de nuevos cariños que tranmitirán las mejores sensaciones.

Anhelos apalabrados

Señalamos por dónde ir. Nos hemos agotado. Los esfuerzos nos llevan donde deben. Hemos apalabrado anhelos.

Con sus dones superlativos

Tenemos que reconocer los valores de quienes nos hacen vivir en las noches que se ocultan con sus dones más superlativos.

Con empatías maravillosas

Las bellezas son serenas, y nos hacen felices, pero deben aportarnos algo más. La vida nos insiste con empatías maravillosas.

No el que nos dijimos

Conformamos la realidad con empatías maravillosas. No hemos tenido el tiempo que nos dijimos.

En un altar medio nuevo

Lo extraños nos inunda con sus palabras de terminaciones que son inicios en un altar medio nuevo.

Caso al corazón

Tenemos que manifestar una intensidad que será respuesta a numerosas preguntas. Hagamos caso al corazón.

Continuar con sencillez

Todo es con un poco de regocijo. Nos hemos enamorado con planteamientos sencillos, y por ahí debemos continuar.

Donde deberíamos estar

Concluimos con amistades que se han de manifestar con normalizaciones que nos ubican donde deberíamos estar.

No a la de antaño

Manifestamos con rodeos amores que nos habrían de centrar. No llegamos a la capacidad de antaño.

Lógico

Prestamos emociones que nos hacen sincerarnos con las causas que nos unen. Parece lógico, aunque no siempre lo veamos.

jueves, 19 de agosto de 2010

Sentimientos inocuos

Extraemos conclusiones que, por presurosas, nos olvidan en sus sentimientos más inocuos.

Con exceso de temor

Aleteas hacia ese mundo que nos sorprende muy mucho. Las sugerencias nos pueden. Hemos vivido con exceso de temor.

Frustraciones

Todo en ti me vale para sacar esa existencia anodina de unas implicaciones que nos frustraron.

Lo que está por suceder

Los olvidos nos han de dirigir la mirada hacia ese terreno en el que nos asombraremos por todo lo que está por suceder.

Sensaciones de pertenencia

Predicamos con esa eterna mirada que nos hace cómplices de un destino secular. Nos entregamos a las sensaciones de pertenencia total.

Delimitar espacios

Prestamos atenciones que nos sirven con reclamaciones de unos espacios que hemos de delimitar.

Con igualdad

Llenamos los paisanajes de emblemas que nos hacen recorrer experiencias lejanas, que no vemos con igualdad. Deberíamos.

Deseos de querernos

Las invitaciones nos llegan en esos momentos oportunos que nos comunican los claros deseos de querernos.

Las que deberían ser

Militamos entre deseos que nos nublan las vistas cansadas. No contemplamos esas luces que deberían ser.

Adecuados al amor

Me cobijas en tus antesalas, en esos lugares donde el todo es mejorable. Nos adecuamos al amor.

Felicidad a proteger

Nos convendrá que nos veamos con un azul de mar que nos incluya donde sea mejor para esa felicidad que hemos de proteger.

Algo que no sabemos

Convencemos a esos anhelos de antaño para que no resuman las asperezas de otros instantes considerados emocionados. Nos consideramos algo, pero no sabemos qué.

Donde no deben

Tendremos que exponer motivos con sus reposiciones de enterezas que están donde no deben.

Planteamientos crecidos

Todo me enseña con tu amor. No hemos separado en exceso, y con excesos estamos entre planteamientos crecidos.

El fin, el entendimiento

La idea principal que tenemos que cristalizar con la comunicación es el entendimiento. Hagamos edificios comunicativos salubres y plurales. Convengamos con los demás. Nos enganchamos a unas reales caricias que nos han de subir el tono con la moral en su sitio, con las veleidades de una recia función que nos señala con sus invitaciones de amor que nos conducen a más conformaciones de las coyunturas que nos dicen, una y otra vez, de todo y de nada con tonos ocupados. Iremos a los sitios donde las esperas nos comentarán lo mejor de lo mejor. Hemos tenido mucha suerte de conocernos. Las visiones nos darán óptimas consolidaciones de todo lo que nos merece la pena. Nos fallan algunos momentos vitales, que nos sirven de acicate para lo diverso.

Marquemos las situaciones con unos intereses más o menos señalados desde las curvas preparadas que nos han de adecuar los discursos con certezas. Saquemos todo lo que podamos con esas significaciones que nos daremos con egos que se concentrarán para compartir con los que significan alteridad complementaria y solidaria. Tenemos que significar lo más importante.

No seccionemos las frases que nos pueden ayudar. Situemos lo que sentimos en esa justa medida que nos atañe y que nos conforma como aquello que nos gustaría ser. No apliquemos remedios extraños. Las organizaciones se pueden advertir con los hechos que son aplicaciones de retroalimentación maravillosa. Hemos sentido mucho deseo. Las preguntas admiten algunas respuestas. No hemos sellado lo que podría ser paso con pactos que aparecen.

Las conversaciones han de ser constructivas de una realidad que nos ha de consolidar como lo que nos da una misión que dará con las frugales experiencias que nos aclamarán con esas personalidades con las que nos permitiremos subir por las escaleras de sendas serenas. De todas ellas sacaremos algo de provecho. Los instantes de prevención nos sirven para analizar las palabras y sus interpretaciones teniendo en cuenta el contexto.

Hemos aglutinado las consultas con sus tonalidades más consolidadas desde las significadas expresiones con las que nos añadiremos a los cambios más duros. De todo podremos aprender con las consecuencias más destacadas. Nos hablaremos con las suposiciones que nos dirán si podemos y hasta dónde. No hagamos que las gracias se queden en reconocimientos sin ir al origen de las voluntades que nos han de aplaudir los mejores deseos de mutación. Tengamos en cuenta los avisos comunicativos. Nos sirven para saber por dónde caminar. El fin máximo ha de ser el entendimiento con ingentes y sólidas construcciones comunicativas. Tratemos de comprendernos sin rivalidades hostiles y poco válidas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Siempre pendientes de comunicar

Estemos siempre preparados para narrar cuanto ocurre. Las confluencias de visiones han de contribuir a un conocimiento mayor. La comunicación es aprendizaje. Nos ayuda a comprender la vida en la que nos hallamos. Mostremos las razones. Pensemos en las formas, en las opciones que nos llevan por conductos diversos y con entretenimientos y educaciones que plantean reconocimientos de ásperas directrices con las que iremos creciendo. Aumentaremos los tonos con cosas que serán en las negaciones más consolidadas. Hemos atendido las razones que nos van desmenuzando quienes son en las puras noches que nos sienten partes de las creencias más consolidadas. No hemos apuntado hacia el sitio más correcto.

Los mandamientos de años de siempre nos incluyen en los instantes de pasiones tremendas que nos catalogan con partidas de comienzos y finales con las que nos incrementamos los anhelos de aprendizaje en libertad. Seamos genuinos con todo lo que nos llega con fortalecimientos y quehaceres de recia factura. Los aconteceres de abolengo nos fertilizan con conceptos que son y que están. Hemos subrayado las empatías con unos misticismos que nos juntan hasta dar con un crisol de ponderaciones. Nos confundimos.

Los deseos nos hacen confluir en lo más grande. Los derechos se convierten en libertades que dan garantías de conformidades con espejos en los que nos vemos reflejados. Nos tomamos esas comidas de conocimientos con las que nos reclaman tranquilidades que son. Nos pedimos tiempo. Hemos planeado con suertes que condicionan lo que es.

Dejamos pendientes cuestiones de mandatos largos que nos perfilan lo mejor de antaño con novedades que están entre ligeras aventuras que son sabiduría entre constantes frivolidades que hemos de marginar para hablar en serio y cortar por lo sano los obstáculos mentales que nos puedan regalar. No queremos perder el tiempo. Hemos de abundar en una mentalización que nos sugiera previsiones y modificaciones para mejorías perennes.

Las construcciones con otras tipologías nos llevan a fenómenos que se convierten en divisas con banderas de colores que descuellan con subjetividades con las que confluir en los aciertos que nos harán parecidos, semejantes, con las propiedades de cada cual, en las comunidades en las que creemos desde la más mínima pulgada hasta acercarnos a los aspectos más grandilocuentes. No solucionemos sin conocer. Tengamos el talento de regalarnos horas básicas para que el aprendizaje sea completo, en todo, también en la comunicación. La existencia se presenta según los estilos. Intentemos que a cada uno se le pueda saca partido. Las docencias en las que nos queremos ver involucrados han de buscar la premisa del conocimiento compartido. Procuremos que cada día pueda ser.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Coherencia y corrección

Hago balance. Oriento las reflexiones hacia la comunicación correcta y coherente. Trataremos de dar con lo más simpático y aleccionador. No te diré todo hoy. Lo haré mañana, cuando no quede nadie, cuando nadie me vea, cuando las cosas que me importan vuelen hacia una levedad que me producirá ansias de volver a la misma nada. No me dejes, por favor, en un lado sin visita. Intenta darme eso que me convence de un amor que me supera. Hablo de comunicar, de contarnos esos eventos influyentes, de caracterizar los intereses, de compartir…

Nos hemos liberado, en esta ocasión, con una cierta gracia que hoy me sabe a todo lo que supone algo de valor para mí. Nos presentamos con todos esos honores que gustan y complacen en la misma distancia. Nos salen esos lapsus que nos contravienen con sus costumbres más densas. Tendremos que hablar en la medida que sea menester.

Nos hemos recordado en las visiones que nos acallan con sus vestigios más sinceros. Las simpatías de otras caricias leves nos han de ayudar con sus criterios mundanos. Nos hemos de presentar con esas formas que nos imprimen inversiones trastocadas. Nos veremos en esos momentos menos fugaces y más estelares. No presumamos de aspectos que no tenemos en su sitio. La vida es sitio común para constatar lo que ha de ser visión medio nueva. Hagamos que no falte de nada mientras nos hacemos caso con unas trayectorias que nos insisten con sus telas que serán juicios de palabras no encalladas.

Las suspicacias nos han de corregir con actividades de tremendas conclusiones que nos han de advertir con presunciones sin inocentes dichas. No vayamos más allá de donde la divisa es un norte con sus cautelas más o menos vencidas. Nos ponemos a divisar itinerarios que nos alcanzan con sus manifiestos fines de concordia y de amistad. Aseguramos los procedimientos con una tranquilidad que nos invita a superar los daños que nos envuelven.

Valen los aspectos más positivos. Dejemos aparte los nocivos. Las premisas nos han de señalizar las inversiones de querencias consideradas extraordinarias que se han de mover entre el tipismo y ese afecto que nos nutre con vestigios supremos. Tendremos que volver con procesos nuevos que nos insuflen la suficiente adrenalina. Calmemos los ánimos con trances diversos.

La vida es, y comunicando más. Ahí reside el quid de la existencia. Corrijamos todo cuanto podamos. Todos los pareceres coherentes cuentan.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Barqueros

Aportamos ansias, que no deseos, para dar con las verdades de otros barqueros que se acercaron al bien.

Indiferente

Rastreo en tus ojos y veo que ya no me amas. Es indiferente, o eso creo, lo cual es ya indicativo de hasta dónde no hemos llegado. Suerte para los dos.

Pura armonía

Visualizamos las razones para irnos un poco más a ese lugar donde seremos pura armonía.

Como encuentros

Tomamos esas galletas que nos dan un vigor que nos aleja de los puntos que pudieron ser algo así como encuentros. Nos hemos mofado del destino.

Tormentas que asolan

Hemos enamorado esos fines que ahora se transforman. Nos dedicamos a buscar cauces con tormentas que asolan.

Tú misma

Me pongo a contarte lo que llevo en el corazón, y en él, con tu reflejo, me veo lindo por ti, en ti, siendo tú misma.

Parece que llega

Vivimos una vertiente que nos condiciona en todo cuanto tiene un poco de más sentimiento. Nos llega, o eso parece.

Como la vida misma

Hemos adivinado algunos anhelos que ahora nos presentan fines efímeros como la vida misma.

El conjunto comunicativo

El conjunto nos une, nos hace vivir en comunicación, en conexión y en comandita los elementos más plurales y esenciales. Busquemos la modernidad, que ha de trazar esos parámetros que nos sirvan para avanzar con todos al unísono. Al menos debe ser el intento. Tiramos a menudo para cada lado con una versión que nos propone una idea justa. No podemos quejarnos. Ni debemos. Hemos señalado los motivos de unas existencias que nos vienen con sus carnes abiertas de par en par.

Las ideas nos distraen. Hemos considerado muchos vaivenes con el propósito de dar con las conclusiones a unos procesos de los que todos podemos aprender. Nos debemos hacer caso entre consideraciones de principios corregidos desde el mar de sensaciones que nos llevan. Hemos sido, y más que podremos ser.

Las convenciones nos ultiman con sus noches que son frecuentes dichas con las que podremos acelerar los buenos pasos por los que nos movemos. De todos ellos nos sentimos orgullosos. Las notas nos las daremos con avisos de preferentes competencias. No hemos dado con las señales del gozo eterno.

Hemos previsto un sí. Las antesalas nos olvidan con sus complicaciones menos sabrosas. Nos hemos gustado con sus previsiones que invitan a lo más significativo. Agradecemos las esperanzas con las que nos trasladamos a un mundo de sueños.

Hemos colaborado con razones que están con arranques que son dificultades con sus volúmenes intelectuales más conocidos. Las amistades nos ofrecen unas reales sensaciones que son. Nos confiamos. Es bueno que seamos diligentes con los días que se nos presentan cargados de actividades y de pasiones.

Hemos aplicado posibilidades que son distracciones que nos ocultan sus itinerarios más o menos normalizados. Juntamos las piezas de otras afirmaciones que nos hacen seguir con sus intenciones más lindas.

Tenemos que hablar con esos formalismos que nos dejan con premios de conocimientos. Nos hemos puesto a planear para aguantar los envites y para señalizar las opciones con las que nos queremos mover entre torrentes que nos ubican con aquellas recuperaciones que nos superan. No nos hacen caso. Es bueno que así sea.

Tendremos que vernos entre parcialidades que nos intensificarán sus muestras de solidaridad comunicativa con esas consecuencias que se viven con distracciones que nos arreglarán el todo con unas vacilaciones que nos propondrán seguir hacia la creencia más nueva. Estamos en una dinámica que no ha de ser fugaz. Toda ella nos debe inducir al máximo respeto. Con él vamos a construir la comunicación menos clásica. Ésta nos ha de permitir que los progresos sean para la dicha en primer término y para la sociedad en segunda instancia. Todo forma un conjunto. Siendo en él, todos somos un poco más, porque los beneficios se interpretan como solidarios, como cosa de cada uno de los ciudadanos y de cada una de las ciudadanas. Nos parece que por ahí va la hermosura.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Aligerar el equipaje comunicativo

La sencillez es un instrumento fundamental para transmitir claridad y brillo en todo lo que hacemos y relatamos. La constancia es un baluarte esencial en la comunicación que practicamos cada día. Valoramos lo que somos con intereses vacilantes que nos hacen oscilar de un lugar a otro. Debemos comunicar para saber, para conocer lo que ocurre, que se traduce con aspectos marcados por vectores posibles. Las similitudes siguen ahí. Nos hemos preparado para lo más óptimo, pero lo interesante es compartirlo. Nos pondremos de acuerdo como base de lo que nos ha de complacer.

Nos debemos sincerar con la empatía que nos predispone con sus transformaciones más loables. Vayamos donde podamos. La vida nos insiste con sus requerimientos más deseosos. No somos en los instantes más sobrados. Tenemos que asumir las directrices con sus momentos más estelares, que son y que serán con bondades de intermitencias serenas.

Hemos de aligerar el equipaje, que nos ha de destacar todo aquello que merezca un poco de nuestro tiempo, o un mucho, que nunca se sabe. Hemos de adiestrarnos en las creencias más señalizadas, y distinguirnos con las consecuencias que son en las luminosas autopistas de informaciones de todo tipo. Nos debemos poner en esa brecha que nos regalará espacios que hemos visitado con anterioridad y que ahora nos deben decir qué podemos hacer.

Las alimentaciones han de ser variadas con sus toques más o menos sinceros y simpáticos con los que nutrir las confianzas que se traducen, o deben, en esperanzas sin ver aspectos marchitos. Tengamos esas flores que nos señalizarán las medidas más formidables. Presentamos las sensaciones que nos han de decir las notas que son daños en los seculares caminos por donde nos gustaría transitar. Aprendamos de todos los oficios, y de todos los tiempos.

Las separaciones de otras eras nos han de conducir con expertas intenciones por donde nos complace ser nosotros mismos en compañía de quienes nos quieren de verdad. Vayamos por esas sendas que nos adecúan los instantes para optimizarlos sin dudas.

Las controversias nos distancian de lo que sucede. Suele pasar. Hacen mucho ruido, y es mejor evitarlas, aunque no siempre será posible. Hagamos que los discursos sean constructivos y teniendo en cuenta muchos pareceres. Todos son defendibles, aunque los porcentajes varíen. Hagamos caso al corazón y a la mente casi a partes iguales, y, en caso de empate, que predominen los sentimientos. Lo importante, en todo caso, es comunicar sin descanso. Aunque haya equívocos, si hay buena voluntad y constante comunicación, saldremos adelante. Ya se sabe que, en la vida, lo relevante es perseverar en las buenas actitudes. Si vamos con la maleta llena de ilusiones y con los elementos básicos, todo será mucho más sencillo y fructífero.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Por tu presencia

Me has indicado que podrá ser, y seguramente será con esos brillos que nos hacen más hermosos por tu mera presencia. Eres tú, claro que sí.

Soluciones demoradas

Todo nos parece con errores que no están donde nos gustaría. Hemos sido con prevenciones que han demorado las soluciones de antes.

Fuera de las palabras

Tendremos que regocijarnos en los destellos de unas luces que nos quedarán fuera de las mismas palabras.

No hay visitas

Prevenimos esos sonidos que nos llevan un poco más a ese camino donde no hay visitas posibles.

Vemos sin pretensiones

Resumimos lo que somos, lo que apuntamos para dar con las alturas que nos regalan esas caras con las que vemos sin pretensiones.

Marcados caminos

Hemos ajustado lo que tenemos para que no falten abrazos entre marcados caminos que nos definirán lo mejor.

Con un sí eterno

Vivimos un alivio que es con esfuerzos que nos proponen reposiciones de jornadas que nos pueden con un sí eterno.

Con las destrezas anteriores

Nos detenemos ahora que apenas vemos cuanto ocurre. Pedimos una prórroga para dar con las destrezas anteriores.

martes, 17 de agosto de 2010

Agudezas comunicativas

El entusiasmo es fundamental en los intercambios comunicativos. Contemplarlos con agudeza es también muy resolutivo. Reconozcamos los valores de la comunicación y cómo expandirlos con los mejores intereses sociales. Recibimos algunos consejos que nos animan a vivir en la paz de algunos momentos que han de explicarse con extensiones de periodicidad resaltada en la misma noche de los tiempos que tanto resaltamos con aprendizajes decisivos. Nos hemos de ubicar en ese lado que nos previene con sus toques más excelentes. Nos complacen, y hemos de constatarlo para que prosigan de la mejor guisa posible.

Los ambientes nos responden con sus hechos. No hemos de dejar atrás las simpatías de quienes se ponen en ese brete que nos inclina con balanza y todo hacia ese momento tan espectacular que nos añade triunfos no escritos en el origen mismo de las actitudes surgidas de una relación nada convencional. No paremos cuando las cosas ya parecen funcionar. Parlamentemos.

Los beneficios han de colocarse como apósitos en el trayecto sincero de una presunción de creencias nobles que nos ubicarán como puedan, donde puedan, con diestras caricias que nos sabrán a puras ternuras. Consumamos cada cierto tiempo mercancías visibles e indelebles bajo la premisa de unas aficiones que nos han de permitir volar con aprendizajes sinceros. Nos hemos de animar con las conservaciones y consentimientos que nos llevan donde sea menester. Los ojos miran, y han de ver un poco más allá. El cansancio nos puede a veces.

No bajemos la guardia, ni tampoco estemos más atentos de lo necesario para abundar en el vacío que nos previene con sus rozamientos más salubres. Hemos de vernos bien, mejor, con sensaciones de manifiestas caricias que nos han de alumbrar todo el pasaje por el que querremos ir con la idea de fomentar la información, sus procesos de intercambio y las formaciones que les acompañan. Simulemos con procesos de indicios nobles que todo lo han de apañar. Las previsiones nos subrayan los juicios más sabios, que apuestan por el consenso y el brillo de todas las partes.

Fortalecemos las mentes con unas agudezas que nos hacen visualizar todo cuanto queremos ver entre entendimientos de aplicaciones hacia la diversidad misma. Conectemos con lo posible y con unas adquisiciones que han de superar los anhelos inaccesibles para dar con esos reconocimientos que anónimamente deben funcionar. Las convenciones son un punto de partida para que las auténticas comunicaciones se adviertan con complicidad. En ella hemos de estar todos y cada uno de quienes creemos en los procesos convergentes de la información, que ha de servir a la sociedad en pleno. Dediquemos el tiempo preciso para que los menesteres comunicativos tengan toda la agudeza que precisamos para salir adelante sin prejuicios y con beneficios entusiastas.

Juan TOMÁS FRUTOS.