sábado, 30 de enero de 2010

Las líneas comunicativas

Abramos los corazones. No neguemos la evidencia de los buenos resultados cuando partimos de sentimientos del mismo sesgo o planteamiento. Debemos creer: ayuda. Nos merecemos la oportunidad de disfrutar de lo que nos oferta la existencia. Buscaremos siempre el anhelo, a veces realizado, de dar con las máximas coincidencias en materia de comunicación. Podemos estar juntos, y lo lógico es que lo estemos. Hemos apreciado tantas posibilidades que hay un momento en el que podemos acercarnos a las realidades mismas. Esto ha de ser relevante. Nos congratulamos por ello. Viajemos, digamos, seamos, tengamos desde la moderación sin dobleces.
Se despliega un mundo de sensaciones por delante. Las distracciones son buenas, y también el hecho de que nos fijemos para solucionar algunos asuntos que siempre quedan pendientes. Nos preñamos de ilusiones que han de dar sus frutos. Recreemos lo mucho y lo poco. Vayamos adelante.
Mantengamos el tipo. Llegamos a unos ejes donde las intenciones cuadran a su manera, que debe ser la nuestra. Debemos adoptarlas. El todo es parte de un entretenimiento con el que aumentar los grados de amistad, con los que somos y seremos más y puede que hasta mejores. Nos hemos insistido con unas experiencias de batallas preñadas de caricias y de llevaderas sentencias hacia ese lugar donde la voluntad ha de destacar para que nada falle.
Felicitamos las causas con unas intenciones que se nublan con valores esenciales. No estamos para devolvernos a esos estadios que dejaron todo para apenas hacer nada. Nos convocamos para tratar de entender esas señales de amistades con las que unir esfuerzos, empeños y tareas. Debemos seguir acudiendo hasta que cuaje la cita. Nos daremos muchos momentos especiales. Hemos generado el entusiasmo suficiente para conseguir la paz de espíritu. Nos quedaremos como nuevos.
La vida es un eterno reto que hemos de procurar sobrellevar con entendimientos y complacencias de buen talante y mejor humor. Vayamos a ver lo que ocurre y seamos en la noche más dialogante. Será el hito con el que diferenciaremos lo primero de lo segundo. Nos tenemos en la convalecencia, y la defensa será descubrir que resta más tarde. No nos frustremos antes de tiempo. No seamos simples. Las convenciones no ayudarán. Pongamos fe a través de la conversación que nos promocionará como amigos. Nos hemos de detectar con consentimientos de plenitud. Tengamos influencias.
Los símbolos han de convertirse en esas líneas que podremos y deberemos seguir hasta que la cuesta no sea tan alta. No sé qué hemos hecho para que las cosas no hayan salido, de momento, como esperábamos. Debemos insistir con los intentos, hasta que demos con los instantes más honrosos y felices. Nos diremos que la convocatoria no quedará desierta, y así será. Lo cumpliremos.
No nos ignoremos. Las coincidencias nos harán más de fiar. No pasemos página. Tenemos que narrar esos sentimientos que nos dictarán lo que hemos de conocer con intereses sin interpretaciones vacías. Las ideas brillarán con sus oportunos experimentos. Nos regalaremos resultados. Los libros de nuestras existencias están por escribir. Veamos sus puntos cruciales. Poco a poco iremos detectando en la radiografía existencial una serie de efectos con estampaciones en positivo. Ahí estarán los ejes. Estemos orgullosos de la lógica de la comunicación desde líneas que han de servir de guía, nunca de límites.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 29 de enero de 2010

Creencias comunicativas útiles

Creer y comunicar desde el resultado positivo es el objetivo. Hagamos un poco de resumen de actividades que intentamos conservar. Destacamos lo que pensamos, lo que nos consigue desde la virtud y el buen fin. Pregonamos claves que han de acertar, si no a la primera, pronto, en cuanto es posible, con garantías, o puede que sin ellas, pero prestas a la devoción consecuente. La solidaridad es la base del futuro que perseguimos, con comunicación, con diálogo, con consenso. Las declaraciones han de ir firmes y sin pausa.

Nos posicionamos a menudo en la idea del equilibrio para dar con las suposiciones que, debidamente contrastadas, constituyen la inercia que nos aproxima a lo que tiene algo más que definir. Intentemos llegar a ello con carisma, con gratitud, procurando que todos estemos en el mismo lado y con la dirección hacia intereses comunes.

Nos insertamos en las ranuras para monedas dispares en las nuevas inercias con las que nos conducimos hasta venir al punto donde hemos de medir lo que tenemos, lo que no. Aprendamos que, en la diversidad, está el gusto. Hemos de vivir las emociones de cada momento con instantes de creencias útiles. No busquemos únicamente nuestro bienestar, sino el de todos. En ello daremos con el símbolo que nos invitará a nuevas iniciativas.

La existencia ha de discurrir con gratas caricias que hemos de recuperar y restaurar para que no se agoten. No nos pongamos tristes. La alegría es el cimiento para los grandes proyectos, para que sean logros de verdad. No dejemos atrás las costumbres que fueron y que serán con preferencias que hemos de sacar del ostracismo y del silencio.

Ideemos el presente con un fogoso futuro con el que intentar estar sintiendo sin alarmas, esto es, viviendo el interior con fuerza. Consultemos el reloj sólo para conocer las etapas, pero sin que éstas nos rompan el ritmo que debemos llevar a cabo. Sigamos hacia ese horizonte de colores vistosos y palpitantes.

Aprendemos de cuanto nos prefiere, de esas circunstancias que a veces deciden por nosotros. No elegimos del todo: son las variadas condiciones las que nos ponen en los bretes que nos entretienen, y puede que sea bueno que ocurra así. Iremos donde sea menester y con lo que sea menester en el objetivo de aclarar lo que anhelamos, hacia dónde nos dirigimos.

No nos cansemos. Ideemos soluciones incluso antes de tener los problemas. Tomemos esa respiración con segundos de sabor a gloria. Podremos saborear olores que creíamos olvidados de la juventud. También es deseable que la infancia no se olvide como referencia. Comuniquemos con nuestros argumentos desde el corazón.

Demos con los premios que nos invitarán a aspiraciones tan serias como joviales. En el equilibrio y en el diálogo están las virtudes de todo cuanto está por suceder. Nos hemos consolidado con relaciones que haremos eternas. Haremos del itinerario un entusiasmo constante.

Nos hemos de preferir como somos. No daremos con alarmas. Inauguremos las posturas con insistentes creencias hacia otra dimensión de la que aprenderemos muchísimo. Lo primero es respetar al otro, al tiempo que lo conocemos. De este modo pasaremos del hastío al deseo, y todo gracias a la maravillosa comunicación con la que hemos de ser más humanos, más nosotros mismos. Hoy os hago llegar mis anhelos, mis planteamientos de dulce factura. La cosecha lo será igualmente. La utilidad indeleble e inefable, la no tangible, la no material, es la que nos ha de mover.

Juan TOMÁS FRUTOS.

jueves, 28 de enero de 2010

Economía 2009

LA ECONOMÍA EN EL TRÁNSITO DEL 2009, UN BALANCE DEMOLEDOR

Si en 2008 se agotó el espejismo, en 2009 se produjo el gran batacazo, sobre todo en economías como la española, y, por ende, también la regional. Cuatro millones de parados en toda España. No fue posible frenar la caída del empleo, a pesar de las medidas de los gobiernos de España y autonómicos. Los apoyos específicos a sectores como el automóvil no surtieron todo el efecto deseado, y, por otro lado, ámbitos como el agrario se quedaron en mínimos en cuanto a producción y ventas. Es cierto que, acostumbrado como está a incertidumbres, la agricultura aguantó la situación y apenas se perdió empleo, pero la construcción y la industria, fundamentalmente la de apoyo y/o complemento, cayeron en picado con la consiguiente pérdida de empleo. La visión fue catastrófica. Una de cada cuatro familias tenía algún parado entre sus miembros.

Una de las paradojas del 2009 es que las bolsas experimentaron una recuperación en el segundo semestre del año, encabezadas por determinadas industrias como las telecomunicaciones o las primarias, como base de un regreso a situaciones más normales. El caso de España no fue una excepción. Aunque el país se ubicó en una coyuntura más complicada que la del resto de grandes economías del planeta, no olvidemos que las bolsas se mueven por mimetismo en una economía global, esto es, se dio la recuperación en otras naciones y ello incidió en la escala mayor de nuestras finanzas e inversiones.

Hubo más datos negativos. El déficit público creció extraordinariamente en el 2009. Lo hizo por el aumento en los gastos sociales y para afrontar los costes de un número de desempleados a los que había que proteger en estos tiempos de complejidad y de mayor carestía. La crisis, desde luego, puso en cuestión el sistema, y parece que los primeros envites los está aguantando bien. El horizonte, sobre todo en países donde la recuperación va más lenta, como es el caso de España, se tiñe de nubarrones. Las medidas para salir de esta espiral se hacen ya más que necesarias e inmediatas.

El sistema bancario supo afrontar la coyuntura de tránsito, e incluso algunas de las entidades financieras recuperaron parte del valor que habían perdido en los meses anteriores. No obstante, la bancarrota de alguna Caja de ámbito regional, la necesidad de fusiones de las cajas autonómicas, la caída de la producción, de la productividad y del consumo, eso sí, con el aumento del ahorro familiar (esto es positivo, al menos en parte), etc., trazaron un panorama desolador, donde la economía se redujo en un 8 por ciento. La cifra es alta. Se puede hablar de catástrofe. Es verdad que sectores como el turístico no se desmoronaron, pero, sin duda, fue a costa de bajar muchos los precios y de visitas propiciadas entre los mismos nacionales. El turismo extranjero sí cayó hasta números impensables hace unos años.

Intentar que el consumo tire

Se hace necesario, en esta tesitura, apoyar a las Pymes, a las pequeñas y medianas empresas, que son el auténtico armazón de un sistema. El 90 por ciento del empleo lo proporcionan estas sociedades. También hay que fomentar que los bancos y entidades financieras sigan prestando, vuelvan a prestar, a un ritmo mayor, con intereses ventajosos y con las máximas garantías, pero sin excedernos en el nuevo lado del péndulo al que debemos tender.

La deflación que se ha dado en algunos sectores y durante meses no es buena. El consumo debe tirar de la economía, y no lo hace. Con ello nos metemos en un círculo vicioso del cual es difícil salir, pues necesitamos credibilidad para hacerlo. Hay que bajar, igualmente, los gastos de algunas administraciones y modernizar el sistema de financiación de los Ayuntamientos, con tributos antiguos y quizá mal enfocados.

En situaciones de crisis se percibe, asimismo, el grado de dependencia que tenemos del exterior. Los precios de los productos que importamos, aunque a veces son más bajos que los bienes que aquí generamos, hacen que nuestro sistema se tambalee. Tiene que haber un equilibrio entre lo que producimos y lo que consumimos, entre lo que ganamos y lo que gastamos. La desproporción actual no ofrece salida. El hecho de que más de la mitad de la población que trabaja gane menos de mil euros no ayuda a salir de la crisis. La economía debe andar un poco más repartida. Nos asustaría pensar la cantidad de productos y/o servicios que nos provocan dependencias de otras naciones. Las cifras que se barajan, las que subrayan los expertos, es que no producimos más del 20 por ciento de lo que gastamos. Es una pena que no planifiquemos a medio o largo plazo.

Por lo tanto, es un año, el 2009, ha sido un año, de contradicciones, de caídas en picado, de asumir que el sistema se está destruyendo, quizá para construir otro nuevo sobre él, esperemos que más justo. La idea es que aprovechemos la experiencia, la buena y la mala, para afrontar los meses, también duros, que están por venir.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Del discípulo al maestro

Hoy hago un alto en mi trayectoria de prisas para acercarme con dulzura y tranquilidad a uno de mis maestros. En unos días, Pedro Farias García presenta un nuevo poemario. Dice que lo hará en tierras zaragozanas, donde compartimos buenos amigos. Bueno, tenemos en común mucho más: entre otras cosas, defendemos una similar convicción sobre lo que es la vida; nos conforma una tesis doctoral que él me dirigió; contamos con el apoyo de su hijo, Pedro como él, que es un gran aliado; nos gusta comer y conversar en torno a los universales griegos… Nos miramos, seguramente, como almas gemelas, a pesar de las distancias. En lo intrínseco estamos en el mismo lado.

En las últimas décadas he crecido con varias personas en mi entorno que considero muy especiales. Si pongo en un lugar prevalente a las gentes de mi familia, por obvias razones, tengo, en paralelo, en Pedro Farias un emblema sobre lo que es el espíritu universitario, acerca de lo que es una persona culta, sobre el crecimiento personal e intelectual…, y por miles de razones lo considero un amigo del que aprendo a raudales cada día.

Conecté con Pedro cuando estaba en Madrid, buscando salir adelante en una profesión que me ha dado todo. Aprendí con él, y sigo haciéndolo. Lo último es ese deseo que él manifiesta a sus más allegados de vitalidad, de compartir, de ser entre los demás, con los que continúa fomentando buenos anhelos de una manera descollante. Tiene buen humor, y mejor hablar, y mejor sentir. Lo demuestran esas poesías de las que hablo, que resumen su talento, su talante, su vocación.

Hay pocas personas en nuestras vidas a las que podamos llamar maestros. Él es una de ellas. Me considero un privilegiado cuando paso con él esas horas que me dedica cuando viene a Murcia, cuando se acerca a esta tierra donde hizo el bachiller, donde se aplicó en la Universidad, a la que supo amar como el primero. Aquí nació, y eso le hizo como es. Presume de murciano, como bien me cuentan, allá donde va.

En breve presentará también una reedición de su libro sobre las Constituciones españolas. Es un gran conocedor de la democracia, que defiende en lo teórico y con vehemencia práctica. Es peculiar, sí, mi amigo Pedro, mi maestro, toda una referencia con la que poder mejorar en lo intelectual y en lo personal, que son dos órdenes que van parejos.

No me pregunten por qué, que imagino que no hay un motivo determinado (puede, más bien, que haya cientos), pero hoy me apetecía hablar de los afectos hacia Pedro Farias, y así lo he singularizado, pues sobre su talla académica, sobre su trayectoria biográfica, ya se ha hablado recurrentemente y, aún siendo importante, no dice ni la mitad de lo que es en su biografía más íntima. Pedro, te mando un abrazo muy fuerte desde Murcia. Eres un catedrático en el sentido más extenso de la palabra. Lo sé, y te lo digo. De discípulo a maestro: con ese respeto y admiración te escribo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 27 de enero de 2010

Materia y sentimientos espirituales comunicativos

Somos en la dualidad, gracias a ella, es decir, participamos de lo físico, de la materia, y también del espíritu, de la sensibilidad. Comencemos cada día de la mejor manera que podamos. Una de ella es comunicando felicidad, dando lo mejor de nosotros mismos. Hay quien confunde la altura física con la intelectual, o incluso quien no las distingue, o quien no es capaz de ver los matices y las buenas propiedades que una y otra tiene. En teoría se complementan, no se pisan, no son incompatibles: no podemos decir que una se superponga a otra. Gracias a las dos damos con grandes ventajas, que debemos intentar que no sean excluyentes. En todo caso, sí ha de imperar una primera apreciación, y es que lo importante no es sólo lo que se ve, sino lo que experimentamos, lo que somos por dentro. La vida podría ser definida como sentimientos, hasta tal punto de que son sentimientos lo que quedan tras las grandes obras.

Por eso, para dar con el interior, hemos de comunicar con reflejos y buenas intenciones en el propósito de conseguir que la paz reine por los lugares por donde camina el corazón, que es la auténtica gema que hemos de conservar a toda costa. Con escrúpulos, con empatías, con entendimientos, con los talismanes que provienen de la espiritualidad y de la humanidad, todo es sorteable y mejorable.

Las raíces de la vida humana no se hunden en lo material, aunque lo parezca, sino en el tránsito hacia la mejor de las voluntades. El conocimiento nos reconoce y nos hace mejores personas. No fracasemos, y, si lo hacemos, nuestro deber es volverlo a intentar. Somos capaces de más cosas de las que pensamos. Además, no olvidemos que, si no fuera por determinados obstáculos, nunca podríamos demostrarnos hasta dónde podemos llegar. El legado humano no es siempre tangible. Quizá es bueno que no lo sea, para que no sea contaminado de malas vibraciones.

Valoremos, pues, los esfuerzos, los intentos, y no tanto las garantías. Nunca las hay. Hemos de procurar acercarnos a los momentos de un ímpetu lo suficientemente increíble como para enfrentarnos a controversias y carencias en los estados de ánimo y en las fortalezas. Seamos sensatos.

Rastreemos en la experiencia para ubicarnos en las señales más idóneas, entre ésas de las que aprendemos con serenidad y buenas intenciones, que han de ser suficientes para entusiasmarnos cada día con lo que tenemos, sea mucho o poco, que siempre es más de lo que posee la inmensa mayoría. Pongamos las cosas en su sitio e intentemos ver en lo relativo lo que ha de ser sustento en la mirada para auspiciarnos con gratitud de cara a resultados halagüeños, serenos, clarificadores.

Deseemos el bien cada vez que podamos, y manifestemos lo positivo como instrumento de auténtico entendimiento. Hemos de posibilitar los compromisos con insistentes dichas, que hemos de expandir por el cuerpo y por el alma. Tengamos presente también que empezar el día desayunando felicidad ayuda: nos da la altura contemplativa y comunicativa de la que hablamos. Sí. Pensemos que el día se verá de esta guisa, esto es, como un enorme regalo que hemos de cultivar para que fermente como la levadura. Los espíritus vuelan, la materia nos ancla al terreno de las cosas, y, juntos, somos más completos, nos hallamos en camino hacia le plenitud.

Juan TOMÁS FRUTOS.

martes, 26 de enero de 2010

El futuro y los recursos tecnológicos

La administración de los recursos nos ubica en una encrucijada donde el buen uso de lo disponible es crucial para los resultados que vengan después. Los progresos societarios y tecnológicos nos colocan en un umbral de enormes perspectivas. Tenemos todo el futuro del mundo. No debemos dudarlo. Las Nuevas Tecnologías, entre otros recursos, contribuyen a ello. Nos informan de todo, nos facilitan muchos procesos, nos intercomunican, y nos hacen ver lo que antes era más inescrutable o bien debían pasar muchos años antes de ser entendido y puede que hasta atendido.

El universo ha girado mucho en poco tiempo. Hemos asumido cambios de papeles, nuevos roles, deseos que van y que vuelven con nubes de algodones y, en paralelo, con reacciones a las mudanzas que tanto nos pueden. Hay una especie de pugna en la que, si respetamos los universales de bondad, solidaridad, entrega, empatía, etc., podremos conquistar cimas compartidas por la amistad y la esperanza.

No olvidemos que debemos singularizar con registros nobles. Nos hemos de regalar valentías con fines cargados de emociones ligeras de equipaje. Somos en la travesura perpetua, en el desierto que nos carga de sentimientos profundos. Podemos acercarnos a esa felicidad que hemos de repartir para que sea más amplia y más intensa.

Hemos adecuado, hasta ahora, algunos discursos, que aparecen como si los sentimientos tuvieran la suficiente fuerza para renacer. Las voluntades nos prefieren cuando son, con un poco menos, con un poco más, pero siempre desde la autenticidad. Sintamos el empeño como nuestro, como de todos, con solvencia. Hay futuro, y más con los elementos que nos ha regalado el destino del conocimiento humano, que ha de ser utilizado para claras mejorías.

El porvenir es hoy nuestro, de todos. Lo imaginamos. Sabemos que veremos la realidad de las cosas que nos han de gustar con insistentes caricias. Hemos comprendido el linaje de unas creencias que se repiten. El entusiasmo ha de venir de las diversas esencias, humanas y tecnológicas.

Nos postulamos para que nada quede al albur de un destino que no siempre ve lo que es en un destino sin fuga, aunque haya una tocata maravillosa que deberíamos saber mantener. Hagamos todo lo posible.

Seremos en los buenos ánimos, con unas creencias repetidas, que hemos de consolidar. Nos debemos despejar. Buscaremos ideas, debemos hacerlo, con las que movernos hacia ese inicio que nos permita un punto de partida idóneo, consolidado lo suficiente para no experimentar de nuevo el abandono. Incluiremos en nuestros compromisos los menos debates posibles.

Juguemos a ver lo que podemos hacer. Nos hemos de poner en marcha hacia ese nuevo momento que nos ha de unir. No dejemos que los silencios nos hagan cómplices. Las medidas nos darán posibilidades. Están ahí: aguardan.

Corregiremos los esfuerzos comunicativos para darnos más continuidad. Nos aportaremos menos debilidades, no de las consentidas. La existencia nos ha de conducir por respetos que nos hagan ganarnos las verdades con iniciativas amorosas. El amor es todo: con él no todo basta, pero sí es suficiente para alcanzar enormes cotas de dicha. Ésta sí es el sustento para justificar y explicar nuestro paso por tantos episodios y anhelos. Hay mucho futuro en la Red. Todo el que queramos. Dependerá de nosotros, de la dosificación que hagamos de los recursos, de la voluntad que pongamos. No olvidemos que el uso de los elementos condiciona el resultado y/o la experiencia con los mismos. Hemos de aprender de los errores, y también de los aciertos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 25 de enero de 2010

Los senderos de la comunicación

Hay muchas vías por las que podemos circular en muchas esferas vitales, y, por supuesto, más aún cuando hablamos de procesos comunicativos, que hemos de imaginar y defender abiertos. La fe mueve montañas, y probablemente todo lo demás. Hablamos de esa fe que supone convicción, buenas finalidades, propósitos que van más allá de una religión determinada. Nos referimos a la fe que es igual a confianza. Hay un futuro en la comunicación que nos determina para ser felices en la noche y puede que también en el día. No sabemos qué hacer en algunas ocasiones, pero debemos afrontar los retos con la máxima convicción. Nos hemos rodear de las mejores vibraciones, que nos deben proteger y arropar para lo que sea menester, en el aire de los albores de un nuevo día, que nos hace entender de todo, y puede que casi de nada, desde la fe en el presente y, sobre todo, en el porvenir. De vez en cuando caemos en esa sima que nos hace vivir el anochecer que nos regala la palabra con la quietud de quienes vuelven con la novedad más incierta. La superamos gracias a la comunicación, que ha de imponer el criterio del aprendizaje conjunto.

Hemos de estar en ese tono que nos ha de mitigar cualquier dolor, que surcará los efectos de unos rayos no contemplados desde el éxito fungible. Puede que lo mejor sea advertir nuevos propósitos en el afán de abandonar los instantes de otras batallas no escritas. Caminemos desde el máximo pacifismo buscando luchas y entregas que nos han de dar las salidas más correctas. Nos hemos de tener para lo que sea preciso, aunque sea para conservar la confianza, que no es poco. Busquemos las insistentes solvencias en las que nos hemos de mover todos, o casi todos.

El futuro es comunicación, es la comunicación, es lo que es, y seguirá siéndolo desde el objetivo loable de compartir a base de sensaciones nuevas, flamantes, buscadas en un eterno buceo a las esencias desde las cuales compartir con alegrías medio iniciadas, o absolutamente reales. Estaremos en ese bullicio, prestos a lo que suceda. La vida no nos ha de ahorrar consultas. Pensemos en hablar siempre que sea posible. La astucia ha de caminar por los senderos más lindos. Nos tenemos. Eso nos ha de regalar fuerza. La claridad nos ha de colmar de dichas. Seamos una y otra vez.

Añoremos los momentos de dicha, fundamentalmente aquellos que hemos sido capaces de compartir. Miremos a lo alto y digamos que las verdades son, que han de ser, que con ellas seremos, siempre seremos. Es una bendición el poder dialogar y compartir lo que pensamos, lo que hacemos, lo que nos proponemos realizar. Lo abstracto se traduce en amistad, en buenos ratos, o hemos de contribuir a ello. Somos en la voluntad que todo lo señala. Hemos de converger en las necesidades que nos hacen a todos humanos, porque lo somos en las mismas indicaciones de la Naturaleza.

Nos debemos permitir sensaciones de las cuales ir escudriñando nuevos anhelos y mejores caricias hacia la voluntad de ser y de estar con las inquietudes de lo que tiene algo de sentido. No todo es saber. La vida es un tránsito hacia muchas partes, y en ese caminar todos hemos de aprender con humildad y con perspectiva de futuro, que lo tendremos juntos, si sabemos estar en el tono de las cosas. Hemos sido, y más que seremos, desde el convencimiento de que, cuando hablamos, no sólo damos, sino que también recibimos. Hay futuro, todo el que precisamos para ser felices, que es la más legítima de las aspiraciones. Intentemos ir por él. La confianza en la comunicación nos reportará una alegría impagable con la que abundaremos en más bienestar. Seguro. Las sendas y opciones comunicativas aguardan sin complejos por un campo abierto y más que abonado.

Juan TOMÁS FRUTOS.

sábado, 23 de enero de 2010

Los aliados de la comunicación

Es una suerte el poder comunicar, una suerte que hay que procurar cada jornada en el intento sólido de seguir con garantías basadas en alianzas. La radiografía bien puede ser la que señalamos en este escrito. Permanecemos en defensa de las virtudes de la comunicación. Nos sentimos plenos con ella. Amanece con sencillos y esenciales rayos de Sol que nos salvan el nuevo día. No es poco. Sin la rutina no habría vida. Hemos de ascender por las mismas costumbres para poder llegar a la cima que representa cada jornada, que, para que no se colme de hastío, hemos de llenar de paciencias, de cambios, de largas listas de caricias con descansos incluidos. No nos alcemos por vericuetos que nos detengan en un momento dado por falta de camino o por demasiada pendiente. La estrategia ha de llevarnos al sí convergente.

Hagamos reiteradas reflexiones. Acarreamos, a menudo, pesadas cargas que hemos de dejar en alguna parte lo antes posible. Debemos llamar al buen deseo, que nos ha de proteger de las insensateces que nos meten en un mundo de soledades oscuras, largas. Salgamos al campo abierto donde escucharemos sonidos de gran amistad. Cabalguemos por llanuras que no nos cansen tanto. Nos debemos una jovialidad razonable. Sin ella, no seremos, no estaremos, no podremos. No nos expongamos a esos instantes que nos pueden romper la estructura que precisamos.

Cabalguemos hasta la cumbre que nos invitará a contemplar las circunstancias de otro modo. El alba nos trae directrices que hemos de aprender y cumplir. La vida tiene muchas direcciones que debemos comprender en los albores de cada etapa. Nos identificamos con el tiempo que no llama a ninguna puerta. Nos preparamos para abrirla con sorpresa y buenos fines, que nos determinarán para hacer de los besos aves de gloria. No retornaremos a la infancia que fue base y sustento para caracterizar lo que pretendemos.

Somos amigos. Nos planteamos algunas protecciones con las que conseguir que las eras no sean consecuencia de secretos que no podemos escrutar. Gustamos de acuerdos para tomar las palabras coloreadas, vibrantes también. Las velas iluminan los tránsitos que nos descubrirán con versiones queridas. Nos vendremos con el afán de añorar y de dar con las claves más jugosas. Iremos cualquier día a nuestra Luna particular para obtener flamantes pretensiones con las alas hacia el infinito. No pensaremos en las cifras de antaño ni en porcentajes que nos impulsen a una alegría nominada por personas a las que no interesamos. Debemos elegir bien.

El tiempo y la comunicación se convierten en aliados hacia esa esperanza que nos compensará con turnos de preferencias novísimas. Hemos encallado. Las consultas serán contestadas con una cautela que favorecerá las realidades. Dividiremos los sentimientos para multiplicarlos. La belleza proviene de ti. Lo sé: me lo has demostrado. Te has convertido en esa guía a la que seguiré hasta el final de una etapa que procuraré que sea sempiterna. Las esencias sencillas que precisamos seguirán ahí. Intentaremos no olvidarlo. El aprendizaje no tiene tiempo, no debe, o no lo sería.

Es el día. Después de todo lo que ha ocurrido ha llegado el momento de despertar. Nos daremos más ocurrencias. Es cuestión de comunicar sin marcarnos plazos cerrados. El tiempo es un intangible que hemos de aprovechar a favor y nunca en contra. En la medida de lo posible, claro. Mantengamos las constantes vitales para precisar los límites que hemos de superar para expandir el buen humor. Aquí, sin tiempo. Ilustraremos con modelos en positivo las esencias de una comunicación que es, o ha de ser, emocionante, sustantiva y cimiento existencial. Hay muchos aliados de la comunicación. Nos hemos de alimentar de ellos sin extinguirlos, procurando netos beneficios.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 22 de enero de 2010

Eternidades comunicativas por descubrir

La eternidad está ahí, a la vuelta de la esquina, en cualquier rincón, en el resquicio de cada actividad. El afán de cualquier camino u opción ha de ser el dar con las llaves que nos abran las puertas de los sueños para que, de algún modo, se hagan realidad. Hagamos unas meditaciones que, al mismo tiempo, cerraremos en primera persona, y por ello nos decimos así:

“Te pienso con otras claves, con los mejores propósitos y deseos, con la voluntad de una llegada a punto hasta el cielo de los intereses no materiales ni formalmente escritos. Prefiero quererte con lo poco o lo mucho que tienes, con las fórmulas no escritas. Eres ese gozo con el que crezco en la vida que es todo y algo más. Nos sumamos. Hemos sido con la adicción de pretensiones que fraguan en forma de comunicación, con la divisa del cambio y del pacto.

Medito en las series de intenciones con las que hemos de crecer. No embarguemos las soluciones ahora que todo es empezar, o algo así. Preñemos las iniciativas de más anhelos, de recetas no mágicas que permitan surtir sus brillantes efectos en el presente que puede ser futuro. Estamos listos para ser en la magia que nos recorre con fermentos en positivo. Ahí estamos para lo que sea menester.

Olvidemos los instantes más fatigosos para recorrer un espacio que ha de ser soporte para el bienestar futuro, sustentado en el presente. Guiñemos el ojo del amor para dar con más solvencia con las aperturas a años de júbilo permanente. No hemos indicado lo que queríamos hacer, pero la intuición ya conoce algo de lo que se ha de llevar a término. Juramos en su día cariño eterno: es normal, pues genera más amor.

Agotamos en adelante los puestos que habíamos reservado para emplearlos en los momentos de cierto trasiego. Nos medimos con razones que serán los argumentos de creencias divinas, ahora convertidas en sensaciones mágicas, pendientes de ser elucubradas. Pagamos por adelantado las intenciones, que no objetivos, para aplicar remedios que tienen que ver con la negociación sin resultados “a priori”.

Divagamos en algunas etapas, pero no en ésta. Ahora debemos apretar el acelerador para acercarnos a las conclusiones de un universo en permanente reciclaje. Empezaremos de nuevo, pronto, pero con las experiencias conocidas de siempre. Hemos estado en ese orden que nos da consecuencias. Debemos tratar de sentirnos orgullosos hasta de lo que es pequeño y fútil.

Los sueños nos transportan a realidades compuestas de imágenes que se han dado solo a medias, o que quizá nunca han existido. Mezclamos en ellos los bordes de estructuras y de coyunturas y tropezamos en cuestiones que quedan sin la suficiente textura. Puede que con la narración le demos una cierta envergadura. Todo está en los dos lados, y en los dos es, y ahí continúa. Es lo que tiene lo virtual: no siempre damos con todas las claves. Puede que tengamos que buscarlas para comprender lo que comunican, y lo que no, esos sueños que todos tenemos”.

Imagino que queda todo un mundo de eternidades sencillas por descubrir. Con decoro lo iremos haciendo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Responsabilidad en ser buenos para una buena comunicación

Comunicar entraña una enorme responsabilidad, incluso cuando pensamos que se trata de procesos más o menos nimios. En ella, la bondad es el punto de referencia, o, su equivalente, los buenos propósitos. Así debería ser. Los baluartes comunicativos han de ser, esencialmente, la búsqueda de la verdad desde la buena intención procurando servir de la mejor manera posible a los interlocutores, enseñando desde la humildad, pero también desde la firmeza, yendo hacia delante con paso entregado y sin prisa. La voluntad ha de ser básica. La bondad, la solidaridad, las creencias en positivo, las actuaciones correctoras cuando sea menester, los anhelos en función de todos, de los demás, de la sociedad misma, han de ser ejes vertebradores de la actividad en la que nos incardinemos cada jornada.

Hablemos siempre con responsabilidad, buscando el contexto, dando las explicaciones necesarias para que el mensaje llegue y llegue bien. La vida es eso: una entrega absoluta para que las cosas tengan su efecto, el fin deseado. Miremos a los demás, tengamos en cuenta sus gestos, sus ademanes, sus maneras de hacer y de percibir. Estemos tranquilos, sosegados, procurando que las cosas salgan de manera natural, sin resortes delgados que a menudo apenas se ven.

Oteemos en estos elementos, circunstancias, momentos o actitudes las necesarias bases para que todo el procedimiento que se sigue, consciente o inconscientemente, en materia comunicativa llegue a un buen puerto y con estupendos resultados. Seamos sensatos, aunque eso no quiere decir que no podamos arriesgar, que seguramente debemos. Hemos de insistir para dar con las válidas intenciones y atenciones que un intercambio de ideas y de opiniones ha de albergar.

La vida es un compendio de acontecimientos que vamos encajando gracias a la comunicación. Pensemos en ellos desde la ternura, desde la consideración más idónea y puede que también más espontánea. La frescura en el quehacer cotidiano, la persecución de una instantánea actualización, el afán por mejorar desde la inquietud tranquila son bases para construir la realidad comunicativa que, en éste y en otros casos, equivale a realidad en las relaciones y en el encuentro diario.

Hagámonos caso, tengamos en cuenta las tareas y los intentos de los otros desde la sensación tenue de que juntos podemos llegar con unas extraordinarias galas. Vistamos los mejores hábitos. Miremos, intentemos escudriñar lo que acontece, contemplemos las emociones desde el distingo de lo preciso, de lo necesario, de lo que puede ser insistentemente bueno. Generemos emociones con unas gracias que nos han de portar a la amistad suprema, y siempre basada en una idónea, que no ideal, comunicación.

Nos debemos agarrar, pues, a las pretensiones más universalmente bondadosas, en el afán de búsqueda de la credibilidad, de los amables fines de paz, amor y entendimiento, que también añaden, sin duda, un poco de salud, por las actitudes que entrañan. Hagamos caso a cuanto es, a lo que es, a lo que viene, a lo que podría ser, con garbo y buenas señales. Miremos, seamos, hablemos. Las aptitudes y actitudes han de coaligarse desde la mirada más hermosa para llegar al paraíso del entendimiento, de la compresión. No hay nada, no, no hay nada más bello. No olvidemos que tenemos la responsabilidad de ser buenos para conseguir una buena comunicación. Ahora y siempre.

Juan TOMÁS FRUTOS.

jueves, 21 de enero de 2010

La apuesta en común de la profesión periodística

La profesión de periodista es uno de los soportes de cualquier sociedad democrática y en evolución. La apuesta de este escrito es a favor del quehacer que considero más maravilloso y gratificante. Damos un poco de contexto. La existencia humana es un viaje lleno de hitos y de eventos más o menos importantes que hemos de tratar de optimizar desde la experiencia y la mejor de las intenciones. Nos fijamos ahora en la comunicación y, concretamente, en el ámbito periodístico. Celebramos este 24 de Enero el patrón de los periodistas, San Francisco de Sales. Parece ser que se trató de un santo que trasladó la palabra de Dios utilizando lo que entonces se denominaban avisos o volantes con los que daba la buena nueva de su fe. Fue, en este sentido, práctico, al usar medios mucho más visibles y populares que los libros que, entonces, estaban en manos de una reducida minoría.

Esta efeméride es una ocasión perfecta para felicitar a los compañeros y compañeras y para alentarles en el ejercicio de una profesión que, como dice el maestro colombiano Gabriel García Márquez, es “la más hermosa del mundo”. Lo es, claro que sí, a pesar de la complejidad de un universo que gira demasiado deprisa y que se entretiene en el “corto-plazo” para buscar soluciones que seguro que han de mirar más allá, a un futuro tan señero como necesitado por todos/as.

Los problemas de la profesión son conocidos, pero no por ello debemos dejar de enumerarlos: precariedad laboral, bajos salarios, intrusismo, reducciones de plantillas, crisis económica, necesidades formativas, falta de tiempo en algunas ocasiones para hacer la labor bien, etc. No son excusas: son explicaciones de lo que sucede, que nos han de motivar para ir buscando sendas que nos conjuguen a todos, a empresarios, a directivos, a Administraciones Públicas, a los profesionales, a las entidades que los representan, etc. en el afán y en el deseo de ir mejorando lo que hacemos y cómo lo realizamos.

También es preciso que incidamos en puntos como el siguiente: el último informe sobre la situación periodística que ha realizado el profesor Pedro Farias para la Asociación de la Prensa de Madrid nos dice que nada ha hecho tanto daño a la profesión como la mala prensa del corazón, esto es, ésa que no consulta fuentes y que conculca conscientemente derechos fundamentales de las personas como son el derecho a la dignidad y al decoro en la imagen, por poner unos ejemplos. Frente a ello debemos hablar y decir que todas las prácticas comunicativas no son periodísticas.

La solución, sin duda, está en la concordia, en esa unión que hace la fuerza, en esas puestas en común que nos subrayan que los foros han de ser los ejes sobre los que construyamos las salidas y posibles soluciones a los problemas que hay planteados. Juntos podemos. Seguro. En esto hemos de predicar con esfuerzo, con voluntad y utilizando nuestro instrumento básico: la comunicación misma. No es posible que no hagamos del diálogo la base de nuestro futuro, que pasa por poner sobre la mesa esos puntos intermedios (la autorregulación es uno de ellos) con los que podemos ir corrigiendo esa visibilidad deteriorada de la profesión. Recordemos que, cuando preguntamos a la ciudadanía, este oficio no suele salir bien parado en la ponderación.

No debemos tener prisa, pero tampoco debemos demorarnos a la hora de asumir el desafío de afrontar los problemas profesionales. Como dijo el propio patrón, San Francisco de Sales, “lo que se hace con precipitación nunca se hace bien; obrar siempre con tranquilidad y calma”. Ése puede ser el consejo, la recomendación que nos hemos de dar entre todos. La crisis actual no deja de ser una puesta en cuestión de la situación conocida hasta ahora. Seguro que, en esos vaivenes, hallamos el tren para partir hacia otra realidad mucho mejor. Claro que para ello hemos de apuntar una cierta valentía. Ese periplo está lleno de hermosura y de buen hacer. No faltemos a la cita. La profesión más linda del mundo nos aguarda con mucha fe. La formulación de este oficio ha de recabar un panorama con todos los sectores involucrados e interesados en él.

Juan TOMÁS FRUTOS.

miércoles, 20 de enero de 2010

De la manera que no comprendo

Te echo de menos en este escenario que me prefiere de la manera que no logro comprender.

Diversidad y actitudes en los procesos de comunicación

Todo es una cuestión de actitud, y de mirada, y de ponderación, claro. La variedad alberga más esencia de lo que podemos pensar a primera vista. En la diversidad se encuentra el gusto, y puede que también el deseo, y, en todo caso, los buenos resultados. La comunicación necesita escenarios, momentos, deseos, posibilidades, querencias y estimaciones que nos lleven a ese punto intermedio donde podamos entendernos todos con la mejor de las consideraciones. Para ver las luces precisamos de algunas tonalidades, de perspectivas, de análisis, de comprensiones desde distintos lados y con posturas diferentes. Para ser ecuánimes hemos de advertir intenciones, preferencias, opciones, todo lo que puede tener un cierto sentido dentro de la “macro-comunicación”.

La prontitud comunicación ha de ser admirada siempre como un complejo múltiple con muchos vectores de influencia, con muchos elementos que hemos de tener en cuenta. Las superficies planas, que facilitan en todo momento las cosas, han de ser divisadas con el afán de dar con picos de interés, con objetivos complementariamente diversos, con quehaceres dirigidos a dar con respuestas más o menos sólidas, flexibles en definitiva, aunque luego generen nuevas preguntas. Estemos atentos a realidades distinguibles con visiones dispares, que siempre nos dan alternativas a lo objetivamente conocido.

Viajemos con el deseo de conseguir pequeñas victorias, que son las mejores, que son las que invitan a seguir cada día con más empeño, con más fuerza, con la felicidad suficiente para ser y estar en las condiciones más oportunas e idóneas. En el término intermedio está la virtud, y, probablemente, en el contraste también lo esté. Es necesario que sepamos, que tengamos en cuenta, las opiniones de los otros, de los demás.

Los caminos unívocos no nos enseñan. Tenemos que mirar otros, advertir las distintas vías por las que podemos transitar. No olvidemos que, como dijo Aristóteles, tenemos derecho incluso a equivocarnos. Si anduviéramos con el vértigo o el pavor a no hacer las cosas bien, nunca haríamos nada. Lo que debemos defender es la buena intención, la buena fe, la confianza y el anhelo de realizar todas las actividades y/o consultas de manera conveniente.

Si en el afán de dar más opciones o de introducirnos en un universo de ciertas mudanzas erramos, lo que hemos de hacer (y no pasa nada por ello) es que debemos rectificar en tiempo y forma. Ésa es la dinámica del quehacer humano. Nadie puede decir que una persona no se equivoca, o que no puede hablar o entender o realizar algo mal. Quizá no lo hacen, esto es, no llegan a errar, aquellos que no realizan nada, pero ésa no es la pretensión, o no debe serlo.

Busquemos, por lo tanto, los planteamientos de todos y cada uno de los que forman o formamos sociedad. En todas partes, en la complementación de éstas, en las diversas ópticas o visiones hallamos las huellas de toda esa conformación de la realidad a la que hemos de aspirar. Todos tenemos algo que decir, y lo lógico es que lo digamos, y que se nos atienda, y que se considere lo que hemos de definir para llevarlo a término. Templanza, moderación, equilibrio, buenas formas, anhelos de rectificar cuando sea el caso, afanes de escuchar y de solidarizarnos con los demás… Todas estas actitudes, desde la controversia y el contraste, producen un bien para todos y cada uno, y eso siempre es un acierto. Pensar en el futuro, pensar en comunicación, meditar sobre el compartir opiniones y sentimientos da intensidad a la vida, y, probablemente, también razones. La diversidad, las divergencias y las posturas que interpretan variados ángulos son la esencia misma de la existencia, que, seguramente, crece gracias a ellas.

Juan TOMÁS FRUTOS.

martes, 19 de enero de 2010

Los vecinos utilizan la comunicación

Partamos del hecho de que en la vida nada se hace en solitario, al menos nada de valor continuado. La concepción comunitaria y grupal es la base sólida de que ocurran las cosas y de que se mantengan con el paso del tiempo. En todo proceso o actividad hay elementos o circunstancias que contribuyen más que otras a que éste se produzca verdaderamente. La comunicación es un proceso que equivale a determinadas posturas, tendencias, actitudes, comportamientos, deseos, resultados, intenciones, realidades y pretensiones… Es verdad: tiene muchos vectores, muchas maneras de comprenderla, de aprehenderla, de interpretarla. No obstante, hay una visión que siempre es correcta: la comunicación es igual a cercanía, a llaneza, a proximidad, a empatía, a simpatía y a ilusión por lo que ocurre en nuestro entorno, que lo es más, más entorno, más ecosistema, gracias a los procesos de intercambio de datos y/o de información.

La comunicación es una cuestión de vecindad, de tenerla, de perseguirla, de fomentarla, de sustentarla. No se puede pretender que haya una clara y buena comunicación si no interpretamos al vecino, si no lo vemos como tal, si no lo tratamos en ese sentido, con plenos deseos de que nos entienda, de entenderlo igualmente, de brindarle la pasión por nuestras cosas, de entusiasmarnos por las suyas.

Comunicación es divisar los gestos, es saber lo que se quiere manifestar con el lenguaje no verbal, es otear la cara de los otros y decirle un sí a la comprensión, o un sí, cuando menos, a que intentamos saber lo que se nos quiere subrayar. La vida es un eterno ciclo de objetivos en los fines e intentos de caminar con los demás, que son -no pensemos otra cosa- tan aptos como nosotros para hacer ese itinerario que nos regala experiencia que hemos de perseguir en positivo.

No podemos hablar de vecinos, si no los conocemos, si no hablamos con ellos, si no sabemos de sus conquistas y fracasos, si no sabemos de sus aspiraciones, de sus tareas, si no somos capaces de dialogar sobre lo que son y lo que piensan. Los italianos utilizan el mismo vocablo para aludir a sus vecinos y a los que están cerca, juntos, próximos. Ahí reside la diferencia respecto a los conocidos, que no están tan unidos, no lo están intelectual y espiritualmente.

Por lo tanto, un símil que nos vale, que nos puede ser útil, para analizar y validar, y hasta para comprobar si se da la auténtica comunicación, es el de vecindad, que es toda una relación pro-activa (o así hay que contemplarla) entre iguales, con independencia de las circunstancias de cada cual. Comunicar, pues, es ser vecinos, es establecer lazos de amistad duradera, de camaradería, de vecindad para lo que haga falta (ya sea un poco de sal, que también es vida, o un poco de conversación, que justifica todo). Movamos, en consecuencia, el dial de nuestras interpretaciones y hagamos que capte un amplio espectro de significados, entre los cuales no puede faltar el de vecino, el de cercanía, porque, sin esa proximidad, la comunicación es fría, esto es, menor, o, sencillamente, no se da. Lejos de querer dar axiomas absolutos, tengamos presente que la cercanía ayuda en todo, quizá más en la comunicación. Sí. Los que se llaman y consideran vecinos en sentido pleno utilizan el diálogo, la conversación y el compromiso en el hablar.

Juan TOMÁS FRUTOS.

lunes, 18 de enero de 2010

Los ojos internacionales de la inocencia

Son ojos grandes, saltones, hechos a la medida de las catástrofes que contemplan, que les superan, porque no comprenden, por que les matan, porque les mutilan, porque les roban las infancias que nunca tendrán, porque les condenan al ostracismo, a la ignorancia, a la enfermedad, a la muerte prematura, a no vivir…

Miran con inocencia, con una melancolía saltona que nos previene, pero a la que no hacemos caso. Asistimos con un dolor transitorio -eso es lo malo, que es pasajero- a las desgracias de los más desfavorecidos, que tienen ojos rotos, hurtados, malqueridos, inundados, ya impacientes, demolidos, cansados, ya silentes, consumidos…

Todos los años se suceden las ruinas -más aún- en los países del Tercer, Cuarto o Quinto Mundo. Los terremotos, los volcanes, los huracanes, el hambre, la codicia de unos pocos, el desequilibrio en el reparto, las cruentas guerras -¿cuándo no lo son?-, la maldición de una era y de una Humanidad que parece condenada a repetir errores, a pesar de hallarnos en una etapa de conocimiento y de Nuevas Tecnologías.

Miro, sí, esos ojos saltones, los de todos, los de nadie, y me derrumbo ante la miseria que somos capaces de provocar o de no evitar. Ojalá que el próximo año tengan más brillo e ilusión. Sí, me refiero a esos ojos que precisan más motivos para una inocente alegría.

Juan TOMÁS FRUTOS.

Comunicación, conocimiento y felicidad

Esbocemos los ejes que nos funcionan y tratemos de acercarlos a la existencia cotidiana. Asumamos con simpatía, con el mejor humor posible, y con ganas de aprender y de mejorar todo cuanto nos regala la Naturaleza. Hagamos un poco de recapitulación. Nos planteamos el gozo de un nuevo día, de una nueva semana, de la voluntad de una caricia en forma de palabras que nos hagan sanar con una posibilidad de ser y de estar entre tonos de calmas sensacionales. Podemos, si verdaderamente queremos. Nos hemos de enamorar de las convenciones y de las coyunturas intentando sacar el máximo provecho a todo cuanto sucede, que ha de ser contemplado con altura de miras, con ese positivismo que nos ha de adiestrar en los inicios, en las mitades de los procesos y hasta en los finales.

La vida, nos dijo aquel cantante, es el puro directo, las intenciones que nos regala, las adivinanzas que nos hacen, en paralelo, comparecer en sitios angostos, las posturas que nos distraen, aquellas en las que somos más nosotros, aquellas otras que se nos escapan… Por ello, las rutinas no deben encorsetar lo que hacemos. Busquemos resoluciones a conflictos que no nos dan ningún tipo de resultado en positivo. Vayamos más allá, y tengamos en cuenta rescates de corazones solitarios, entre ellos el nuestro, que ha de huir de las penitencias y de los trabajos forzados. Intentemos dar con las claves que nos hacen felices de verdad, que son pocas y sencillas.

Persigamos a golpe de segundo lo que nos puede construir como personas. No hagamos daño, no conscientemente, y seamos capaces de pedir perdón y de enmendar la plana cuando nos equivoquemos. Es una virtud el reconocer los errores, que nos han de encauzar las existencias con los oportunos movimientos de perdón y de rectificación. Hagamos ese bien que siempre repercute en nosotros mismos. No paremos. Las segundas oportunidades las hemos de aprovechar.

Recordemos los instantes que nos hicieron felices, y tratemos de fomentarlos. Hemos de convenir resoluciones. Las directrices han de ser reclamar consejos, y, cuando sean buenos, tomarlos, y seguirlos en el tiempo, y trasladarlos a los demás, que han de recoger las mieles de un quehacer compartido, que es el que ha de complacer en la misma sinceridad. No hagamos que las conquistas sean solitarias. Serán más débiles, en ese caso, y tendrán menos continuidad.

Comuniquemos lo que sabemos, lo que hemos conocido, lo que nos ha dado resultado, lo que no… Pretendamos que los demás se suban al carro de nuestros intereses y, si puede ser, de cuanto nos ilusiona. No nos confundamos: no pensemos que nosotros somos los ejes, pues los cimientos los constituimos todos. Nunca sobra nadie, nadie es redundante. Todos podemos aportar nuestro granito de arena.

La cosecha de la vida no se obtiene de las grandes temporadas, al menos no únicamente de éstas. Hemos de sumar cada segundo, cada día, por anodino que sea. Si añadimos cada paso, seguro que haremos, con la superación de las etapas que van transcurriendo, un camino extenso, enriquecedor, magnífico. ¿Lo seguimos intentando? Debemos hacerlo, pues ése es el periplo de las cosas, lo que son, lo que nos ofrecen. ¿Acaso vivir es otra cosa distinta a seguir procurando el conocimiento y la felicidad? Pensemos que estos conceptos no se acumulan, sino que se expansionan hacia el mismo universo, lo cual constituye una herencia maravillosa.

Juan TOMÁS FRUTOS.

domingo, 17 de enero de 2010

Panorama Internacional en 2009

BARACK OBAMA CONSIGUIÓ EL PREMIO NOBEL DE UN MUNDO CON UNA PAZ FRÁGIL

La vida está llena de oportunidades, si bien no siempre son aprovechadas del modo y manera que esperamos. Como suele ocurrir, en el año que nos ocupa no todo fueron aciertos. Algunas ocasiones, como las resultantes de actuaciones y actividades, y, por qué no decirlo, de políticas determinadas, para reducir el hambre, las pandemias, el número de conflictos, etc., siguieron sin llevarse a cabo, sin acontecer, sin aprovecharse, y, en ese sentido, es una pena, y un fracaso, que hemos de manifestar primigeniamente. No fueron auténticas oportunidades, pues, o bien no se dieron o bien se produjeron con escasa efectividad o intención.
2009 fue un año variopinto, marcado por la crisis, por la ilusión, por los conflictos y por los buenos deseos. Las organizaciones supranacionales mostraron, un año más, que no cuentan con los suficientes recursos, y que, además, no tienen el crédito suficiente para sacar adelante proyectos globales de emancipación. No salieron las cuentas para afrontar problemas como la falta de alimentos en la mayor parte del Planeta, las enfermedades, las desigualdades, etc. El cambio climático fue uno de los grandes caballos de batalla que se dilucidó en sedes como Copenhague (Dinamarca). Se demostró, también en este ámbito, que es imposible, o casi, ponerse de acuerdo.

A falta de un liderazgo en Europa, el presidente estadounidense, Barack Obama, se convirtió en una referencia mundial, si bien la política de su país siguió teniendo algunas de las contradicciones de antaño. Los conflictos de Irak, de Israel, de Afganistán, sin olvidar las guerras civiles no declaradas en países como Las Filipinas o Colombia, siguieron de forma clara y arrolladora, e, igualmente, devastadora.

Fueron también meses de conformación de una conciencia social en torno a la evidencia de que el modelo económico había fracasado. Las reuniones del G-8 no terminaron de mostrar acuerdos en asuntos esenciales, como la educación, la reducción de los niveles de contaminación o el apoyo a las economías más necesitadas. Advertimos el fracaso de un sistema que estaba hecho para la bonanza, con todas sus contradicciones incluso, pero no para etapas de recesión como la que se empezó a vivir, al menos de manera intensa, a partir de 2009.
El pánico generado por la Gripe A
La Gripe A llenó páginas y páginas de los periódicos de todo el mundo. También colmó los informativos de Radio y de Televisión. Desde su aparición en México en forma de pandemia hasta su extensión más o menos paulatina por todo el planeta azul, ríos de tinta se derramaron para hablar de una enfermedad que todo parece indicar que enriqueció a la industria farmacéutica. Hubo mucha alarma, a la cual también la Prensa contribuyó como correa de transmisión. Se cambiaron nombres a la hora de aludir a esta enfermedad y se jugó, no precisamente fríamente, con las cifras, lo cual quizá generó una alarma innecesaria (no confundir alarma con alerta) y un afán de tomar medidas que no siempre se llevaron a término y que no fueron tan efectivas como se pensó. En todo caso, sí parece demostrado que la enfermedad atacó a los más jóvenes y, sobre todo, a aquellos que tenían alguna faceta de vulnerabilidad. Ello quiere decir que las imágenes de pánico que se generaron en muchos países del mundo no tenían ninguna razón de ser (o no tenían tanta base como se dijo).
Las enfermedades ignoradas
Quizá conviene una reflexión más sobre el asunto de las enfermedades. Cada segundo muere un niño como consecuencia de una enfermedad que podría ser evitable, si las vacunas fueran un bien universal, si la Organización Mundial de la Salud operara con la justicia que su ideario dice tener, si las industrias farmacéuticas no tuvieran tantos intereses económicos, si los conflictos armados no fueran el gran negocio de los siglos XX y XXI, si la coherencia fuera el instrumento de participación política… No es así, y un mundo se derrumba a las puertas y ante los ojos de otro mundo, mucho menor en número de población y mucho más sobrado de todo, hasta el punto de que necesitamos grandes centros de basura y de reciclaje de residuos. Deberíamos empeñarnos en cambiar esta estampa, pues no es posible que la naturaleza de las cosas la permita muchos años más.
A Obama le dieron el Premio Nobel
Si el 2008 fue el año del surgimiento de Obama, el 2009 fue el de la consolidación de su presidencia al frente del país más poderoso del mundo. El 20 de Enero, apenas comenzado el año tomó posesión de su cargo, que se extendió con intensidad a partir de entonces, con viajes por todo el planeta, y con decisiones para aminorar la tensión bélica, aunque siguieron todas las guerras del año anterior. Hemos de destacar su propósito firme y férreo de iniciar el cierre de la cárcel de Guantánamo, en Cuba. Todas sus gestiones, todavía en los albores, le supusieron la consecución del Premio Nobel de la Paz, que generó, como suele ocurrir en estos casos, numerosos partidarios y detractores.
Sin duda, Barack Obama fue la personalidad más importante del 2009 por la fuerza de su cargo, por la visibilidad que él mismo le dio, y, fundamentalmente, porque cambió el estilo de la Presidencia, una mudanza que va mucho más allá del mero relevo de un republicano como fue George Bush por parte de un demócrata.
Un poco más arriba, Canadá continuó siendo una de las grandes economías de la Tierra, con un modelo abierto a cambios, a mejoras y a solidaridades con todas las naciones, y, además, todo ello con unos índices de delincuencia que son de los más bajos del mundo. Quizá es un ejemplo callado que deberíamos tener más presente de lo que lo hacemos. Alguien dirá que con las riquezas económicas que posee y con una baja cifra de población es normal este nivel de riqueza. Aquí preferimos subrayarlo como un logro de esta nación y, por supuesto, de sus ciudadanos.
El carnicero Karadzic
La guerra en la antigua Yugoslavia fue uno de los episodios más duros de la historia Europea reciente. De vez en cuando conviene hacer memoria y recordar las barbaridades cometidas. La década de los 90 fue especialmente tensa por un conflicto que nunca se debió producir. Las ansias de construir una Gran Serbia llevaron a Radovan Karadzic a promover un genocidio que, según los expertos, se pudo elevar a más de 11.000 personas asesinadas. El juicio contra este verdugo se inició este año 2009, en La Haya, ante un Tribunal que el propio Karadzic dijo no reconocer, y en un proceso que generó una cierta controversia en su país entre defensores de su ideología nazi y los que reclamaban justicia. Durante una década y media, este asesino ejerció como curandero en la capital de Serbia, en Belgrado. Se había dejado barba y peluca para no ser reconocido. Lo cierto es que la imagen altiva y soberbia de Radovan Karadzic que conocimos en el período bélico no tiene nada que ver con la estampa deteriorada de la persona que detuvieron los servicios de seguridad serbios. Todavía estamos pendientes de que se haga una justicia modélica por parte del Tribunal Internacional.
Europa y sus Presidencias
España también comenzó a preparar su presidencia de 2010, sobre todo durante el mandato semestral de Suecia (últimos seis meses), que estuvo caracterizado, desgraciadamente, por la crisis y por la lucha, parece que infructuosa, contra el cambio climático. La reunión de Copenhague no terminó de colocar las cosas en su sitio, y sigue habiendo divergencias importantes entre los países ricos y los más pobres. Es lo de siempre, aunque la mentalización ciudadana parece haber avanzando mucho.
La Europa de los 27 se vio inmersa durante estos meses en la misma crisis que arrastró al resto del planeta, si bien es posible que, con ligeras excepciones en cuanto al comienzo de su recuperación, en el caso de algunos países la situación fuera extremadamente grave. Con casi 5 millones de parados, la coyuntura económica española fue muy compleja. Sectores como la construcción o el del automóvil vivieron momentos muy difíciles, si bien el turismo o la agricultura pudieron aguantar el tipo. Las ayudas públicas no surtieron el efecto esperado, pero fueron, en alguna medida, paliativas.
La presidencia de Suecia, aunque correcta en su factura, estuvo marcada, como decimos, por la falta de recursos y por un Tratado de Lisboa que no cuaja al ritmo que sería deseable. La presidencia del primer semestre de la República Checa, en manos de euro-escépticos, tampoco fue brillante, ni mucho menos. Hay todo un impulso necesario que hemos de plantearnos todos los países miembros de la UE.
Todo igual de mal en Oriente
Todo pareció seguir igual por una de las zonas más conflictivas del mundo: Oriente Medio/Oriente Próximo. Los esfuerzos, y eso debe constar, fueron imponentes e importantes, pero no fructificaron. Los intereses geopolíticos, económicos o de pura venta de armamento parece que se siguen superponiendo. Las grandes empresas son más fuertes que los propios Estados. Los conflictos, la presencia de fuerzas armadas extranjeras en países como el Líbano, o la existencia de pactos militares con otras naciones como Turquía o Egipto, sin olvidar los conflictos iraquí o en Afganistán, suponen una radiografía compleja de una zona que está siempre en las conversaciones internacionales sin que se llegue a la resolución de los problemas allí planteados.
Las conversaciones entre israelíes y palestinos siguieron en un tiempo muerto y sin vías de salida. Centenares de muertos se contabilizaron entre atentados y redadas en una nación que sigue separada por muros y alambradas de vergüenza para los dirigentes políticos no sólo de aquella zona, sino de todo el mundo. Animamos a que se produzcan reuniones y encuentros con ánimos renovados. La paz debe ser la única meta.
Un avión de Air France cae al océano
Hubo, igualmente, relevantes sobresaltos. Los aviones también dieron unos cuantos sustos, todos dignos de mención, pero nos vamos a fijar en dos. En Junio desaparece un avión de Air France con 231 pasajeros a bordo (228 pasajeros y la tripulación). Se le dio por desaparecido cuando se esperaba el reporte de su situación a las costas marroquíes. Cuando no lo hizo cundió la alarma sobre la situación del vuelo AF447. Finalmente se concluyó que había caído al mar y se inició una búsqueda que fructificó en el descubrimiento de algunos restos y de algunos de los fallecidos. Todo parece indicar que pudo tratarse de un rayo que afectó a uno de los motores y precipitó al mar a la aeronave. El vuelo hacia el trayecto entre Río de Janeiro y Paris (tenía previsto aterrizar en el aeropuerto Charles De Gaulle). Las búsquedas estuvieron protagonizadas por barcos y aeronaves de Francia y Brasil. Fue noticia de portada durante semanas en el verano. La desgracia se cebó, de nuevo, con los vuelos intercontinentales.
No fue el único accidente aéreo mortal. Los países del Este protagonizaron más de un susto. Estos hechos vinieron a demostrar que la flota de aviones no estaba en las mejores circunstancias. Todo parece indicar que precisan cambios de aeronaves y mantenimientos en condiciones. No obstante, el incidente aéreo con más fortuna fue en el mes de enero, en las aguas frías del Río Hudson, en Nueva York, en los Estados Unidos de América. El aparato era un Airbus, que en el momento del despegue se vio afectado en sus motores por unos gansos que chocaron y los inutilizaron. La pericia del comandante permitió que el avión amerizara en el río, salvando a los 115 pasajeros que viajaban a bordo. Seguro que los tripulantes y las 155 personas que viajaban en el avión no olvidarán el nombre de su héroe particular: Chesley Sullenberger, quien, por cierto, había superado la edad de jubilación.
La seguridad aérea
El mantener la seguridad aérea internacional ha sido una de las constantes por las que más han laborado todos los países, sea cual fuere su ideología, su ubicación geográfica u otro tipo de ideario. El objetivo ha sido evitar el terrorismo internacional basado en secuestros aéreos para luego utilizar los aviones como monedas de cambio o incluso como bombas móviles. Esencialmente se ha conseguido. Es verdad que, en aras de esa seguridad, los inconvenientes para poder viajar son mayores, pero todo parece indicar que es el coste que debemos pagar en el fin y el deseo más grande de evitar desgracias personales es asumible y hasta defendible.
Italia y su particular Berlusconi
La situación en la Italia de Silvio Berlusconi fue similar a la de años anteriores. Con un dominio atroz de los medios de la comunicación, Berlusconi siguió siendo un personaje controvertido con un fuerte apoyo social y con una recia oposición en algunas esferas sociales. Más de 70 años tiene este líder político, lo que no es normal dentro del elenco de primeros ministros europeos, pero prosigue con una vitalidad incombustible. La fama de mujeriego, la recreación de sus actividades y de sus ideologías, más propias de otras etapas, así como un variado periplo por situaciones pintorescas, hicieron de Berlusconi un personaje de peso y de obligada mención en programas serios y en otros que no lo son tanto. La mafia y la dependencia del sur respecto del norte, en lo económico y en lo político, marcaron, un año más, la situación política del país, que continúa siendo una de las primeras economías del mundo (no lo olvidemos).
Los Juegos Olímpicos, a Río de Janeiro
Llegamos al ámbito deportivo, donde hubo luces y sombras, como en todas las esferas de la vida a lo largo de toda nuestra historia. Lo cierto es que hubo más éxitos que fracasos, en lo que concierne a España, o, al menos, ésa es nuestra interpretación personal. Empecemos señalando que el ciclismo siguió cosechando conquistas personales y por equipos. La más sobresaliente fue la gesta protagonizada por Alberto Contador, que se hizo con el Maillot Amarillo del Tour de Francia, en una ronda en la que el murciano de Las Lumbreras Alejandro Valverde hizo una intervención impresionante. De nuevo, se puso de manifiesto el buen nivel español en este deporte, que cuenta con un gran número de aficionados, y, en el momento actual, con algunos de los más óptimos deportistas.
Por otro lado, y eso ya no es tan bueno, Río de Janeiro se hizo con los Juegos Olímpicos del 2016, después de que Madrid hiciera una intensa y atractiva campaña para ser la sede de estos encuentros deportivos. El papel de Madrid fue tan digno como anónimo a la postre, pues quedó como un segundón que coloca a los capitalinos en una amarga eternidad. También compitieron por estos Juegos Chicago y Tokio. Pese al apoyo ciudadano, los brasileños ganaron, y ahora tienen por delante un sinfín de inversiones y de obras que, en el caso de Madrid, ya existían. Madrid volverá a plantearse el presentar su candidatura, y así lo manifestó su alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón.
Otro punto positivo es que España manifestó, otra vez, una vez más, su buen nivel en baloncesto, al hacerse con el Campeonato de Europa de este deporte en un ciclo de encuentros que iniciaron con mal pie, perdiendo los primeros partidos. Poco a poco, la selección fue de menos a más, y se hizo con el liderazgo y la copa. Fue en Septiembre y ganó en un contundente y trepidante partido ante la selección de Serbia, que, en todo momento, manifestó tener un nivel excelente. Los españoles fueron capaces de demostrar que son buenos profesionales individualmente y que pueden funcionar como un equipo perfectamente engranado.
Secuestros somalíes
En el lado de noticias negativas están dos asuntos en los que España se colocó en el territorio internacional: el secuestro del Alakrana y la huelga de hambre de Haidar a favor de un Sahara independiente. Los dos sucesos acabaron bien, pese las incertidumbres y tensiones, y eso, ante todo, es lo importante.
Recordemos. Frente a las costas somalíes fue secuestrado el barco español llamado Alakrana, con casi 40 tripulantes a bordo, un episodio que supuso un auténtico quebradero de cabeza para el gobierno hispano y un agotamiento mental y físico para las familias de los tripulantes, que temieron por sus vidas. Fueron muchas las negociaciones, incluso en torno a un supuesto menor de edad que fue detenido por la Armada española y enviado a nuestro país para su oportuno enjuiciamiento.
Los más de 30 tripulantes de este barco fueron, finalmente, liberados, después de que las amenazas se fueran reiterando y repitiendo para reclamar el pago de un rescate. Tras la liberación se intensificaron las medidas de protección de los pesqueros que faenan en los caladeros de atún de la zona. Asimismo, el gobierno español autorizó que las embarcaciones españolas llevaran seguridad privada con armamento sofisticado y, a menudo, de gran calado y envergadura, como el que utilizan los militares.
Este episodio puso, igualmente, sobre el tapete la delicada situación de Somalia. Además, conviene que destaquemos que, tras los secuestros de barcos europeos que faenan en aquellos caladeros, está la mala situación económica de un país sin gobierno y sin las suficientes medidas de seguridad, ni siquiera para preservar los intereses propios y externos de sus costas.
La huelga de hambre de Haidar
Por otro lado, Aminatu Haidar, como hemos señalado, protagonizó otro de los incidentes más complejos que tuvo que afrontar el gobierno español. La inmigrante del antiguo Sáhara español fue detenida en Lanzarote al entrar sin pasaporte, y se quedó en una especie de limbo, de zona de nadie en el sector internacional del aeropuerto. Se negó en ese momento a pedir un pasaporte marroquí, Estado que no reconocía como propio, y también se negó a aceptar una acreditación del gobierno español, a la que tenía derecho al ser nieta de españoles. Así, durante varias semanas vivió una huelga de hambre que se saldó en tablas, pues volvió al Aaiún tras las conversaciones que mantuvieron los gobiernos español y marroquí, con todas las intensas negociaciones y valoraciones de unos sectores sociales y otros. Con este acto de protesta, que fue portada en cientos de diarios y portales de internet, así como en los informativos de radio y de televisión, se puso de nuevo en valor la situación de los refugiados saharauis en los campos de Tinduf, en Argelia. Se supone que las conversaciones en torno al futuro de este territorio están en marcha, pero todo parece ir muy despacio.
Mil millones de hambrientos
Es una locura que sigan las desigualdades en un mundo con tanta información, con tantos recursos, con tantas posibilidades. Una de las peores noticias fue la pervivencia del hambre. De los 6.500 millones de habitantes del planeta Tierra, más de mil padecen hambre severa y mueren por su causa. Fue un problema que no se solventó en 2009, que heredó el régimen de desigualdades de las décadas anteriores. Los datos de la ONU hablan de pandemias, de hambre, de desigualdades, de pérdida de respeto de lo humano, de carencias mínimas, de falta de educación, de muertes por perjuicios evitables, etc. Es lamentable que, en la etapa de la opulencia, 5 de cada 6 personas no tengan lo fundamental para vivir con dignidad.
El hambre, pues, continuó siendo la imagen de partida de una sociedad manifiestamente insolidaria, que no es capaz de ver soluciones sencillas a los problemas actuales, unas soluciones que tienen que ver con la corrección de las desigualdades y con el reequilibrio de las fuerzas y de los recursos sociales.
A vueltas para repasar lo que fue
Hagamos un poco de balance. El año 2009 fue, de nuevo, sorprendentemente de nuevo, el año de Obama. Ha batido todos los “records”. Se ha convertido, sigue siéndolo, en la gran esperanza no sólo para su continente, sino para todo el mundo, para todas las naciones democráticas. Su desparpajo, su oratoria, su presencia de buena persona, sus discursos de cambio… todo en él induce a la fe y a la confianza en un mundo mejor.

Los retos que tiene por delante son muchos, y complejos. Conviene que los tengamos níveos. Está la crisis económica, los derrumbes de los consumos, y, por lo tanto, de las producciones, el paro, la falta de liquidez, la carencia del suficiente entusiasmo para recuperar la ilusión perdida… Es verdad, y conviene señalarlo, que parece que las cosas han ido mejorando, sobre todo en el segundo semestre. Los mismos mercados bursátiles son exponentes de que la recuperación, al menos en algunas naciones, está iniciándose. Seguramente éste es el itinerario que podemos esperar.

La contradicción de la falta de dinero en algunos sectores se une a las fuertes ayudas a la banca y a las grandes empresas, que parecen no perder en ninguna coyuntura económica. Obama es la imagen de la confianza, del cambio, de la mudanza tranquila, y, en ese sentido, es un emblema, un símbolo para su país y para el resto del mundo. Su carácter conciliador es un buen punto de partida en esta situación actual. Creemos que en los próximos años continuará como guía internacional.
No obstante, hoy en día, los conflictos económicos se unen a los militares, a los enfrentamientos civiles o entre naciones, a la pervivencia de líderes que actúan como dictadores y hacen que no aflore la justicia en sus respectivos ámbitos de influencia. Las instituciones internacionales como la OTAN o la ONU no terminan de ser referencias para solventar, y, si es posible, evitar, conflictos mundiales o regionales. Hay que llevar cuidado con las zonas más deprimidas o con aquellas otras como en algunas repúblicas rusas donde el terrorismo sigue tan fuerte como hace décadas, o eso nos parece. El freno de la economía también ha llegado a una Unión Europea que, por basarse tanto en las finanzas, no logra afianzarse en algunas conquistas sociales y políticas. El ritmo pausado debe ser acelerado en cuanto sea posible. Hemos de contemplar el futuro en positivo.

África ha seguido el mismo destino que conocemos hasta ahora de ignorada, de vilipendiada, de saqueada, de olvidada para las mejoras mundiales. Los conflictos civiles, y las desigualdades y las injusticias, siguen presentes, y eso debería avergonzar al mal llamado “Primer Mundo”, que tiene mucho que ver, todo, con lo que pasa en ese Continente, que fue el origen de la Humanidad. La “vieja guardia” que gobierna en algunos países de Sudamérica y de América del Sur tampoco parece que permita cambios y mejorías sustanciales para aquel ámbito territorial.
Hemos de buscar alianzas intelectuales positivas, así como esperanzas y actuaciones claras, brillantes y fuertes para que las zonas más empobrecidas mejoren, y para que lo hagan de forma real, a través de la educación, de la salud, de una explotación razonable de sus recursos naturales, al tiempo que hemos de compartir lo que sabemos y lo que tenemos. No es posible que la paz se sostenga en la injusticia internacional.
Debemos evitar, en la medida de lo posible, que las catástrofes naturales se ceben en determinadas áreas, y que sólo vayamos a ellas para ver qué podemos obtener o para hacer turismo. Es el momento de corregir desniveles.

El modelo económico necesita cambios. La crisis los demanda. Además tienen que ser mudanzas tranquilas, consensuadas, hechas para todos y entre todos, buscando que los desajustes se corrijan y que el acceso a la dignidad sea un derecho de todos. Podemos. Claro que sí.

Juan TOMÁS FRUTOS.

*Fuentes utilizadas: La Opinión de Murcia, La Verdad, El País, El Mundo, Wikipedia.

sábado, 16 de enero de 2010

Querer saber

Lo importante es querer saber, estar dispuestos a llegar a nuevos modelos y ejemplos. El anhelo es el cimiento. El universo del aprendizaje tiene todo que ver con la comunicación y la sapiencia en grados y maneras que sean integradoras y globalizadoras. Recomendamos el regreso al mundo de los vivos con el consuelo de una comunicación que nos ponga en contacto y que nos haga libres, casi como hemos soñado durante siglos, aún antes de tener conciencia de ello. Por eso, seguimos la estela de quienes nos han precedido. Nos hacemos caso con términos que confinan y acotan lo que es sentido y sensibilidad en el clamor de los tiempos primigenios que tratamos de conservar en su diligencia.
Viajamos con pormenores que nos protegen con diálogos que nos contemplan con hermosuras que podemos catalogar en un nuevo proceso. Nos sentimos en plenitud y con la aquiescencia de quienes vienen en ese son que nos define con lo poco y puede que con lo mucho también. Nos figuramos expresiones que hemos de perfilar con acotaciones que den las suficientes explicaciones. Nos complacerá tocar ese lado que nos ha de endulzar las miradas apuestas. Hacemos comprobaciones.
Las conversaciones nos deben dar sin tapujos las querencias, las destrezas, los suficientes datos con descubrimientos de pensamientos sin suposiciones. No queremos dar calladas locuras a lo que deberían ser respuestas aladas hacia el momento de la clara disposición.
Nos enamoramos del regreso de un destierro que, según reconozco, fue voluntario. Nos sabemos hechizados por las palabras que ya no asustan. Nos ponemos en disposición de legítimas defensas para brindar solventes dichas con las que nos gustaremos más, sobre todo nosotros mismos.
Pidamos cuentas para ser sin exponer lo que no es nuestro. La idea es perseguir el conocimiento para dar, cuando menos, con sus envoltorios, con las líneas que lo rodean. Hemos crecido con templanzas de improvisaciones que nos darán buenos ratos, pues nos regalarán las mejores fortunas en forma de ser, de estar, de poder conocer.
El diálogo lo soluciona todo. Nos acomodamos con él, y ganamos con él, y también perdemos. Lo podemos interpretar como una forma de obtener el beneficio de una duda que es suposición contrastada con tipologías y lecciones en base a admiraciones contemplativas y conversadas. Nos hemos de dar una base para guarecernos con algo más que detalles.
Nos recordamos, nos damos avisos y asomos de solventes experiencias, además de finalidades y criterios, a través de los agradecimientos más nobles. Si nos hacemos caso, formulamos el mismo camino que nos ha de conducir a la necesidad de un consenso, de un pacto, de un acercamiento desde la nostalgia a los elementos cruciales de un pasado que ha de incardinarse en el futuro con iniciativas abstractas y reales.
Seamos buenos con apuestas buenas que se han de cosechar mirando los cambios con toda la naturalidad del mundo. Nos hemos de empujar para conocer lo que sucede. Seamos diestros con las causas que nos rodean, que nos son, que nos incluyen en esa vereda del aprendizaje que causa sensación, ilusión y anhelo.
La apuesta decidida por la comunicación ha de ser la tilde que ubique el acento en su sitio y que nos ubique con una fuerza singular para saber que el todo encierra partes y que éstas se comprenden con diferentes ópticas. Recomendamos querer saber, desear comunicar. Si seguimos el consejo, daremos con aliados en el camino emocionado. En todas sus fases y estadios daremos con lo bueno, con lo mejorable, con lo ideal, con lo gustoso, con lo que es garantía de la ilusión que lucirá en nuestros corazones.

Juan TOMÁS FRUTOS.

viernes, 15 de enero de 2010

La Universidad de Murcia

UMU: OBJETIVOS, CONVERGENCIA EUROPEA E INVESTIGACIÓN

Uno de los procesos en los que se ha embarcado la Universidad de Murcia con más ahínco es en la convergencia europea procurando cumplir lo establecido en Bolonia. Esta casi centenaria institución (en el año 2015 cumplirá los cien años) está acelerando las gestiones y adaptando sus planes de estudio, así como homologando todas su actuaciones y actividades con el fin de cumplir con todos los cánones pactados por la Unión Europea. Ese afán mueve buena parte de su actividad, así como su fijación por cumplir con los trámites y criterios en materia de investigación. Precisamente en este ámbito se halla entre las primeras de España por cantidad de trabajos analíticos y por la calidad de los mismos.
Debemos recordar que la Asociación de la Prensa de Murcia siempre ha tenido una relación entrañable con la Universidad desde sus mismos orígenes, en el año 1915, cuando su propio presidente, José Martínez Tornel, uno de los hombres más formados de su tiempo, se esforzó en una campaña personal en reclamar la puesta en marcha de esta institución académica superior cuando apenas había algo más de una docena de universidades en toda España. La campaña que hizo en la Prensa fue fantástica. El propio filósofo José Ortega y Gasset se opuso a su creación, pensando, y diciendo, que se mermaba la calidad de lo que representaban estas entidades formativas, olvidando que los territorios y sus ciudadanos y ciudadanas tienen derecho a un aprendizaje libre, amplio y plural. Ahora que esta Universidad, como otras, son realidades indiscutibles, tendríamos que pensar lo que supuso en aquel contexto la labor de personajes como Martínez Tornel.
Por otro lado, la vocación europea de la Universidad de Murcia se advierte en sus investigadores, en el intercambio de experiencias, en la cantidad de profesores que viajan a otras entidades similares europeas, en la pertenencia y vinculación a grupos de investigación y de trabajo de otras universidades, y, sobre todo, en los centenares de alumnos y alumnas que vienen con Becas Eramus y de otra índole que permiten una vinculación y una frescura intelectual en sus dos campus actuales.
Precisamente conviene que reseñemos que el de la Merced sigue siendo un símbolo de la Universidad, pues ahí se albergaba en sus orígenes, y aún se imparten algunas titulaciones en él, si bien debemos destacar el enorme crecimiento que ha experimentado y sigue protagonizando el Campus de Espinardo, surgido en los años 80 y que ha ido aglutinando la mayoría de las titulaciones que se ofertan, que han incrementado su número y su calidad. El ritmo vertiginoso de crecimiento de investigaciones, de departamentos, de facultades, incluso de servicios en el propio Campus, que tiene unas instalaciones deportivas impresionantes, alojamientos para estudiantes, aulas de idiomas, centros de ocio, emisora de radio, paseos para practicar deporte, servicio de bicicletas y, pronto, llegará el tranvía, entre otras facilidades, convierten a esta Universidad en un referente de cómo se deben llevar a cabo los quehaceres en esta esfera educativa.

Ante la falta de recursos económicos se utiliza la imaginación, la creatividad y la inteligencia, lo cual está haciendo que las diversas etapas de crecimiento, no sin altibajos, se vayan realizando conforme a los calendarios previstos. Así, titulaciones bastante nuevas como Periodismo conviven con otras mucho más asentadas como Derecho y Medicina, que han visto incrementarse sus especialidades, e incluso en los mismos períodos de estudio establecidos con anterioridad ahora se pueden obtener dobles titulaciones, lo cual es un valor añadido para los alumnos.

Más de 30.000 alumnos, muchos extranjeros

Más de 30.000, debemos recordarlo, pasan por las aulas de la UMU cada año, lo cual coloca a esta Universidad en las de tipo medio en cuanto a estudiantes, si bien la ratio profesor-alumno es bastante ventajosa para unos y otros. Los estudiantes de Eramus suelen resaltar, al marcharse, lo cómodos que han estado en Murcia y cuánto han aprendido en esta Universidad, que, por otro lado, fue una de las pioneras en recibir alumnos de estas becas y de las Leonardo, amén de otros intercambios puntuales en algunas titulaciones y/o facultades.

La oferta de estudios tan extensa es otro de los atractivos que tiene la UMU para los alumnos de dentro y de fuera de la Región. También su capacidad investigadora, pues se encuentra entre las mejores del país como señalan algunos expertos e indicadores. Con el fin de seguir creciendo en este sentido se van aumentando los recursos destinados a I+D+I. Asimismo, hay un tremendo esfuerzo en publicar todas las investigaciones con el fin de compartir con otras universidades el trabajo aquí realizado.
Precisamente podemos y debemos destacar la labor de EDITUM, del Servicio de Publicaciones de la UMU, así como de su portal, que ha mejorado en calidad y en cantidad de informaciones de todo género, además de ofrecer todas las posibilidades, noticias y referentes de la UMU, incluyendo numerosas fotografías y videos de sus actividades.
Al empeño, ya citado, de mejorar la oferta académica, de perfeccionar los itinerarios formativos, de añadir más titulaciones y con nuevos perfiles, conviene que añadamos la enorme cantidad de cursos de innovación ofertados, así como de seminarios, de estudios de postgrado y de una enorme cantidad de encuentros académicos, destacando, en la etapa estival, la prestación de una labor impagable a través de los encuentros de verano, que disponen de más de 20 sedes con un número cada vez mayor de citas académicas, donde comparecen los mejores profesionales de la Región y de España.

También se procura el reciclaje permanente de los profesores, y el intercambio con otros docentes de otras universidades españolas y extranjeras, así como se desempeña un esfuerzo extraordinario en la mejora de los recursos con los que trabajan los enseñantes, haciendo un especial hincapié en las TIC´S, en las Nuevas Tecnologías de la Información.
En todo caso, como quiera que la Universidad es, en palabras del Rey Sabio, “un ayuntamiento de profesores y alumnos”, y reconociendo la labor de sus responsables, hemos de destacar, igualmente, el quehacer de los docentes y de los propios estudiantes como los principales baluartes de su reconocimiento y excelencia.

Juan TOMÁS FRUTOS.

La Universidad Politécnica

UPCT: EXCELENCIA Y CRECIMIENTOS IMPARABLES

Durante el año 2009 ha seguido creciendo a un ritmo trepidante la Universidad Politécnica de Cartagena, auténtico emblema de la ciudad portuaria, e inmersa, urbanística y arquitectónicamente, en el proyecto de Puerto de Culturas. Una de sus últimas incorporaciones ha sido el antiguo Cuartel de Marinería, donde se halla la Facultad de Económicas. Su patrimonio es extraordinario, si bien ha ido incrementando su reputación y su prestigio, sobre todo, por la calidad de sus docentes y por los extraordinarios niveles que demuestran sus alumnos. Minas, Telecomunicaciones, Obras Públicas, los ámbitos naval y marítimo, etc., son los escenarios en los que se mueven sus titulaciones, que se encuentran entre las mejores del país, gracias a su empeño por la excelencia y por la mejora constante.
Sus emplazamientos son únicos. Se hallan repartidos por toda la ciudad. Sus vistas del puerto son extraordinarias. La sede del Rectorado está en el Hospital Naval, que durante décadas prestó servicio a la Armada. Ahora tiene el mismo sitio excepcional pero con una utilidad bien distinta. Se halla al lado del Teatro Romano, del Anfiteatro, así como de ese Parque Torres que sirve para actuaciones que se pierden en el eco del tiempo y de otras naciones. Es estupendo que se puedan aprovechar edificios que ya no desempeñaban los papeles para los que fueron concebidos en su momento.

Las ingenierías son su base de trabajo. Parece lógico por su propio emplazamiento. En su campo de actuación han conseguido un profesorado formado, inquieto, con dotes de docencia y de investigación que le colocan en los primeros lugares de España en cuanto a la opinión de sus alumnos, lo cual se nos antoja prioritario. En este sentido sigue trabajando el equipo rector, con su titular al frente, Felix Faura. Se trata de un grupo de personas de una media de edad muy joven, elegido en 2008, y que tiene como retos claves la adaptación a Bolonia y la implantación progresiva de estudios como Arquitectura, en franca competencia con las universidades de su entorno. Las nuevas tecnologías están en el frontispicio de su actividad, que, en este siglo XXI, es la base del futuro académico.

Una de las inversiones mayores que ha recibido de la Comunidad Autónoma, con el complemento de ayudas del Estado y europeas, son las que están dirigidas a la rehabilitación y construcción de los inmuebles donde se están ubicando todas las titulaciones, las que ha tenido hasta ahora y las nuevas, que se van incrementando año tras año, de forma paulatina. La transformación de la Universidad, su modernización, su mejora, sus aulas, sus grandes salas de investigación y de estudio forman parte de un desafío global que irá consolidándose en el corto y medio plazo.
Calidad de sus estudios
Además, la UPCT no sólo tiene alumnos de la Región y de las provincias limítrofes: también recibe estudiantes de toda Europa a través de las Becas Erasmus y de otro tipo que intentan fomentar los intercambios entre los más jóvenes, así como la mejora del conocimiento de los diversos Estados de la UE. El atractivo que disfrutan estos alumnos tiene que ver con la calidad de sus estudios, con las modernas instalaciones de las que hablamos y con el propio emplazamiento de la ciudad de Cartagena, cargada de historia.

Más de 6.000 alumnos estudian en las aulas de la Politécnica, que intenta prepararlos para la moderna industria del entorno. Su cualificación técnica les permite incardinarse con más facilidad en el mercado de trabajo. De hecho, los índices de colocación de los egresados de esta institución académica superior son bastante altos. Es una Universidad que se sustenta en lo extraordinario y que ganará enteros gracias a su magnífica colocación en uno de los ejes del Mediterráneo. Poco a poco va subiendo los peldaños de ese sueño universitario que se resume siempre en la palabra “excelencia”.

Juan TOMÁS FRUTOS.

La Universidad Católica San Antonio de Murcia

LA UNIVERSIDAD CATÓLICA “SAN ANTONIO”,
UNA REFERENCIA EN ESPAÑA Y EN EL MUNDO

Más de una década lleva impartiendo sus clases la Universidad Católica San Antonio de Murcia desde su emblemático Campus de los Jerónimos que fue rehabilitado y puesto en valor a partir del año 1997, cuando se empezó a utilizar para esta actividad docente, esto es, desde el punto de vista docente e investigador. Desde entonces ha ido incrementando el número de alumnos y de profesores, y también la calidad y la cantidad de sus investigadores y de sus trabajos de análisis. Actualmente estudian en ella unos 6.000 alumnos, que se forman en ámbitos tan dispares como la Enfermería, el Derecho o el Periodismo. La década y media pasada ha sido de constante incremento de opciones y de iniciativas, como vamos a ir explicando.
La Universidad Católica se precia, porque es así, de tener una de las mejores ratios en cuanto a la relación profesores y alumnos. Las tutorías y el trato cercano con los estudiantes son las bases de una formación global donde, además de aspectos teóricos y prácticos, se incide en la formación espiritual y personal. Cada profesor tiene una media de 20 alumnos, lo cual es un porcentaje muy bueno si apreciamos la masificación que tienen algunas universidades. El seguimiento de los futuros profesionales, de su evolución, de sus expedientes, de sus progresos, es considerado básico por las autoridades académicas. De ahí que se insista en este punto.
Más de 1.500 personas trabajan como docentes o en la gestión y en la administración con el fin de ir mejorando la calidad y el número de títulos que se imparten en este Campus, que también busca la excelencia como exponente de sus garantías docentes. Sus titulaciones han ido recibiendo progresivamente el visto bueno de la ANECA, que es la entidad encargada de dar luz verde a la calidad docente e investigadora.
La convergencia con Bolonia ha sido otra de sus prioridades. El esfuerzo para cumplir con las normas, para hacer las inversiones necesarias, para contar con el número de doctores preciso, para acompasar los requisitos con los planteamientos y necesidades de los alumnos, de los docentes y de la propia Universidad, ha sido ilimitado en los últimos catorce años. Se ha procurado en todo momento preservar la calidad de los estudios impartidos, y, por supuesto, consolidar sus requisitos de puesta en marcha y su continuidad futura.

Se intenta, en paralelo, en esta Universidad, hacer todo tipo de investigaciones en los territorios más cercanos, de manera que parte de los estudios que se realizan tienen que ver con el entorno regional, como ocurre en el caso del Periodismo. La excelencia se busca, entre otras iniciativas, con un incremento de los recursos y de las personas que se afanan en la investigación, pues ésta es un exponente en toda Universidad, también en ésta, de su grado de desarrollo. Todas las personas involucradas en este proyecto han estado ahí, en la persecución de la cima de la mejoría perenne. Lo han venido demostrando mediante sus obras, que han calado en el alumnado y en la sociedad.
Más y mejores estudios
Dentro del ámbito católico ha sido, y es, un ejemplo de crecimiento en rapidez y en calidad, como estamos reiterando. Por ello profesores de todo el mundo vienen a este campus, y marchan también los de esta Universidad a otras, con el fin de conocer cómo se ejerce la docencia en los diversos estudios y con el propósito de mejorar los procesos de trabajo.

La doble titulación en muchos casos, la especialización al terminar las diversas carreras, los “masters”, los cursos de postgrado y aquellos otros para ahondar en esferas determinadas en relación a las demandas del mercado de trabajo son muestras del empeño de sus autoridades académicas para que los egresados de esta Universidad puedan hallar un empleo lo antes posible y con la mejor preparación disponible. El empeño en los últimos años ha sido, en este caso, extraordinario. Las titulaciones ofertadas son variopintas: van desde Periodismo, existente en sus propios inicios, hasta la Arquitectura o la Enfermería, con unas salidas profesionales muy interesantes, sobre todo en el caso de las ingenierías, en las que están laborando especialmente en esta Universidad. También se dan muchos intercambios de alumnos con la finalidad de mejorar la docencia y los resultados de ésta.
Cuando la Universidad Católica se publicita suele mostrar el edificio de los Jerónimos, uno de los más hermosos de la Región, así como la extraordinaria huerta del entorno, que es casi un oasis y un vergel que invita a la relajación visual que tanto contribuye a dar un empaque especial a este establecimiento educativo. Durante los últimos 14 años, la Universidad ha invertido mucho en recuperar el monasterio de los Jerónimos, así como para ampliar las aulas y las instalaciones docentes y de estudio. También se busca la expansión por otras localidades de la Comunidad Autónoma, fundamentalmente en este momento histórico por Cartagena, que, por su emplazamiento, brinda un atractivo académico, industrial, técnico, comercial y turístico.

La calidad humana de los alumnos es uno de los referentes en los que se empeña la Universidad “San Antonio”, que es modelo de crecimiento por su pronta y diligente expansión en su joven existencia. El afán actual no es otro que seguir en busca de la infinita excelencia, un criterio que mueve a esta institución, a sus profesionales y a sus responsables desde sus albores. Por ahí sigue su senda.

Juan TOMÁS FRUTOS.

El recinto ferial de IFEPA

EL TRIUNFO DE LA BUENA GESTIÓN EN IFEPA

No podía Pedro Roca Saura imaginar lo lejos que iba a llegar su institución ferial, IFEPA, cuando la puso en marcha en los años 80. Son más de dos décadas de andadura que han cristalizado en uno de los mejores lugares expositivos, por sus instalaciones, y por la propia ubicación de las mismas. Todo tipo de eventos se pueden realizar, y, de hecho, se llevan a cabo, en un recinto que se encuentra a pocos kilómetros de la playa, del aeropuerto, de las principales ciudades de la Región y también de magníficas autovías que son conexión con el norte y el sur de España y con el centro del país.

Roca Saura sabía -seguro- que su municipio daría que hablar, y no por ser el suyo exclusivamente, sino más bien por su emplazamiento geográfico, único, excepcional, extraordinario para las comunicaciones y, cómo no, para las transacciones comerciales. Actualmente, y pese a la crisis, Torre Pacheco es uno de los municipios más emergentes y fuertes en crecimiento y en posibilidades de toda la Región. Ha crecido como pocos y, además, ha sido capaz de generar interesantes infraestructuras que le permiten afrontar los próximos años con un poco de holgura.

Debemos resaltar que miles de personas llegan todos los años a este municipio, y, en las ocasiones en las que hay una feria, un certamen o un evento más o menos consolidado en IFEPA, son muchos los que se acercan al recinto para contemplar los numerosos espacios especialmente preparados para que se luzcan los patrocinadores y empresas expositoras. Los más de 20 años de experiencia han servido como guía para evitar errores y para mejorar la actividad, la presencia y el servicio que se presta a sociedades, Administraciones Públicas y ciudadanía en general.

La oferta de este recinto ferial es muy amplia. Pocos establecimientos como éste tienen tanto trabajo, si bien a menudo está muy encorsetado y encerrado en determinados meses del año, sobre todo en la etapa final, esto es, entre Septiembre y Diciembre. Son muchas las Ferias que podemos disfrutar en este lugar. Se toca de todo. Se ofertan en sus instalaciones desde vehículos a maquinaria agrícola, haciendo hincapié en productos para el hogar o antigüedades… Las podemos enumerar: Turismur (dedicada al Turismo), Equimur (para dar a conocer a las distintas razas de caballos), el salón del Vehículo, Murcia Gourmet (con las excelencias gastronómicas del país y del extranjero), Entreculturas (dirigida a inmigrantes y a aquellos que desean conocer otras formas de vida y de entendimiento), la Feria del Embalaje de Antigüedades, Boda y Hogar, la Feria Canina, Construmurcia, FAME (Feria del Mediterráneo), sin olvidar otros eventos relacionados con jornadas, seminarios, presentaciones de libros, etc. La idea es ir ampliando las posibilidades cada año. Lo cierto es que el “staff” y el personal de estas instalaciones, absolutamente aquilatado, tiene que hacer múltiples funciones y afrontar el reto de cada certamen con una dedicación máxima con el fin de darle el brillo que merece, que necesita y que se demanda por parte de un público fiel que cada año se solidariza más y más con la marca IFEPA y con todo aquello que organiza.

Un personal polivalente y cualificado

Precisamente ahí radica el secreto a voces de su éxito. Cuenta con un personal muy cualificado, presto a la polivalencia, con un don de gentes y una preparación excepcional, y que afronta cada día, cada jornada, como un desafío por la excelencia, la calidad y la mejoría en el servicio que se prestan desde estas instalaciones y con el afán de incrementar en cantidad y en calidad la imagen que también se transporta de los diversos sectores económicos a la sociedad. La excelencia, con esfuerzos constantes, es el punto de mira de todos y cada uno de los que intervienen en las diversas ferias que aquí se ofrecen.

La Comunidad Autónoma, el Ayuntamiento y multitud de empresas públicas y privadas conforman e inciden a través de un Consejo de Administración en la gestión de una entidad que está sirviendo de referencia dentro y fuera de la Región. El crecimiento de visitas es mayúsculo e imparable, y se quiere seguir trabajando en ese sentido. El objetivo que se marcó esta organización para 2009 se ha cumplido, y por ahí se ha a seguir el quehacer cotidiano. Se quieren tener más ferias, con más participación y con más afluencia de público. No es fácil conseguir ese reto, pues la crisis también hace mella, pero la imaginación y la simpatía de quienes hacen posible esta realidad es la base de ese futuro que se presenta muy prometedor. Lo es.

Las instalaciones de IFEPA han ido creciendo en los últimos años, fundamentalmente en la última década. El incremento de eventos se ha convertido en una necesidad. Así, se han multiplicado las superficies cubiertas, y también el aparcamiento público que ofrece en las inmediaciones. La versatilidad de toda la estructura procura un aprovechamiento máximo, de modo que, en función del número de expositores, de los metros que necesiten, del tipo de acontecimiento, etc., toda la superficie global se va adaptando. El resultado es un espacio multicolor y muy bien optimizado.

Como quiera que se pretende dar un servicio integrado, dispone de salas de juntas, de salón de actos, de oficinas, de despachos para gestiones y determinadas reuniones… Los equipos técnicos y científicos, si es el caso, pueden trabajar y debatir a la par que se celebran los eventos programados. Las presentaciones de libros y de análisis sobre sectores y la visita de determinadas personalidades forman parte de la actividad de cada feria, como un valor añadido más. Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que las instalaciones están preparadas para el siglo XXI, que está aún en sus albores. La tecnología es moderna y la capacidad para seguir creciendo casi infinita. Sin duda, IFEPA está a la altura de los mejores en su género. De hecho, sus responsables han viajado para ver lo que se estaba haciendo en otros lugares cuando han tenido que hacer algún tipo de mejora y/o ampliación.

Innovación, servicio, equipo humano y calidad: éstas pueden ser las palabras claves de un recinto que, cuando se le dota de actividad, que es la mayor parte del año, tiene el engranaje perfecto para ir rápido y bien en la visualización de la economía regional, de sus sectores y del panorama nacional e internacional en las esferas sociales más atractivas e importantes. Por cierto, a pesar de que todo marcha sobre ruedas, cualquier apoyo social en su promoción es, como no podía ser de otro modo, bienvenido. El reclamo para que todos cuantos conozcan IFEPA se sientan involucrados es que se trata, porque lo es, del triunfo de la buena gestión.

Juan TOMÁS FRUTOS.