miércoles, 25 de marzo de 2009

Los medios en la difusión artística

En una década y media hemos recorrido tanto como en siglos. Lo hemos hecho en todos los planos, y también en el comunicativo. Se advierte que estamos en un mundo lleno de posibilidades con los nuevos medios y sus soportes. Es algo que se palpa, que se vive, al menos en nuestro entorno privilegiado del Primer Mundo. Lo contemplamos, sobre todo, en las TIC´S. Nos deslizamos hasta algunos ejemplos. Uno de los atractivos mayores de Internet, en su faceta cultural y educativa, tiene que ver con esas enormes propuestas históricas, artísticas y formativas que podemos disfrutar en páginas de toda índole: unas son oficiales, otras de empresas públicas o privadas, las más de particulares, todas ellas, en suma, unas opciones firmes y decididas a sacarnos a todos de la inopia intelectual, eso sí, si somos capaces de desmenuzar lo que se nos ofrece con una perspectiva crítica y, a la vez, genuinamente presta a la sorpresa.

Claro, con tantas opciones, hay que saber descifrar, debemos ser hábiles para quitar aquello que estorba de manera que algún árbol no nos impida ver el bosque de toda la sabiduría que la Red de Redes atesora. Millones de datos, de eventos, de opiniones… se suceden en una tela de araña que no sabemos ni dónde empieza ni dónde termina. Mejor así. La saturación informativa, la gran enemiga del conocimiento, porque nos distancia, porque nos confunde, está ahí, y debemos ser equilibrados para saber aprovechar las oportunidades sin que caigamos en la frustración o perdamos inútilmente el tiempo.

Además, en esta época de lo visual, podemos disfrutar con elementos e iconos maravillosos del arte natural o del surgido del intelecto y del talento del ser humano: se apiñan cuadros, libros, artículos, esculturas, edificios emblemáticos, actuaciones caprichosas y brillantes de la naturaleza, sin olvidar las excelencias del medio ambiente que nos ha rodeado durante siglos y que ahora podemos ver a centímetros de distancia, pese a su lejanía, sin movernos de nuestras casas, de los asientos de nuestras salas de estar o despachos.

Es un viaje maravilloso, una aventura estupenda la que tenemos delante de nosotros para saborear lo que ocurre en un universo lleno de ventajas mediáticas gracias, entre otros elementos y recursos, a Internet, como resaltamos, que nos descubre muchos conocimientos, y que nos los muestra con sus ejemplos y modelos más certeros. Ya no tenemos que recurrir a la experiencia de amigos de toda la vida: podemos hallar gentes que nos enseñen a aprender en cualquier rincón del mundo, aunque no los hayamos visto jamás. Quedan atrás las rudimentarias cartas. No dejemos que también se queden en el olvido la pasión y las ganas de aprender que entonces tuvimos. Ahora, en ese sentido, todo debería ser igual, o incluso más apasionado.

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