jueves, 23 de abril de 2009

El año 2008, el comienzo de la primera gran crisis económica del nuevo siglo

La coyuntura gestada en 2008 fue inequívocamente de crisis. El siglo XXI y la primera década del mismo comenzaron muy bien, pero, unos pocos años más tarde, todo cambió. Nadie discute en estos momentos que lo que está viviendo el planeta tierra es una crisis económica de envergadura global y de pronóstico indefinido. Lo es incluso para los más reputados especialistas en el mundo financiero. Se veía venir lo que iba a suceder, pero no tanta virulencia, con tanta fuerza, de una manera tan agitadora de conciencias y bolsillos. Por ello, este año nos limitaremos a realizar un breve recorrido por las grandes cifras que han definido la situación económica de nuestra Región a la espera de poder contar mejores noticias en años sucesivos.

Lo cierto es que a nivel económico, otro punto aparte, merece y nos detendremos en ello, la situación del desempleo, puesto que la Región de Murcia pasó un ejercicio 2008 aprobando por los pelos ante una situación de recesión catastrófica a nivel internacional. Había una dinámica buena, y eso contuvo la situación complicada de otras naciones y, dentro de España, de otras comunidades autónomas. La economía en la Región de Murcia creció el pasado año un 1,4 por ciento, lo que supone dos décimas por encima de la media española que se situó en el 1,2. Este dato revela que la comunidad autónoma resistió mejor las inclemencias del tiempo revuelto que otras regiones españolas. La dinámica anterior, insistimos, ayudó mucho. Quizá habría servido alguna labor previsora.

Para la consejera del gremio, Inmaculada García, una de las claves para que se alcanzara este crecimiento en el Producto Interior Bruto fue que la Hacienda regional "experimentó, en los últimos años, un intenso y continuado proceso de mejora de los parámetros financieros, ya que en el período 2003-2007 se obtuvo un superávit medio en las cuentas de la Comunidad y sus organismos de 122 millones de euros". "Esto permitió que la Región mantuviera desde 2001 un endeudamiento neto con niveles inferiores a los 600 millones de euros y se situara como la comunidad con menor endeudamiento por habitante (465 euros por h.)", según aseveró en el momento de calificar los resultados económicos de Murcia durante el pasado ejercicio, y así aparece destacado en los artículos publicados en su momento como el que aparece en la página Web de la Administración regional.

La Región de Murcia también cayó en las garras de la crisis. A pesar del optimismo mostrado por los representantes institucionales, la verdad es que Murcia no ha sido ajena a una situación de crisis casi indescriptible que le hizo bajar casi 3 puntos sólo en doce meses de diferencia. Cayó el PIB pero también los ingresos financieros, que lo hicieron un 1,8 por cierto respecto a 2007. La bajada puede ser tildada de estrepitosa y de dura. Nadie pudo pensar que las cosas se manifestaran de tal guisa. Lo cierto es que la reacción del consumo, dirigido por un cierto temor, siempre tiene resultados difíciles de describir.

Pero, claro, aunque bajen los impuestos que pagan los ciudadanos por compras y/o servicios determinados, hay que mantener el nivel de gastos, sobre todo en áreas sociales. A pesar de esta bajada de los ingresos, el Gobierno regional "mantuvo su compromiso con los ciudadanos y continuó con sus políticas de inversión y bienestar social, por lo que incurrió en déficit", declaró la consejera, quien resaltó que "el déficit presupuestario regional ascendió en 2008 a 721 millones de euros. Es ésta una cantidad importante con la que afrontar los costes necesarios para iniciativas y actividades vitales desde el punto de vista de la creación y el mantenimiento del empleo.

En cuanto al análisis de los gastos, en 2008 se realizó un gasto de 4.948 millones de euros, 740 más que en 2007, con un crecimiento significativo de las inversiones, de más del 30 por ciento, y un crecimiento moderado de los gastos corrientes. La sanidad, la educación, las políticas llamadas sociales son baluartes básicos a los que se destinó una cantidad sustancial de dinero, en el deseo y con el objetivo de garantizar los derechos adquiridos por los ciudadanos y ciudadanas de la Región. Algunos capítulos llegaron a incrementarse hasta en dos terceras partes. La población de una comunidad autónoma tan emergente precisa de muchas actuaciones en la esfera social.

En cuanto al panorama registrado en todos y cada uno de los 45 municipios de la Región, la estrategia anunciada por el gobierno regional se apoya en el PERM como herramienta anticrisis. Nos referimos al Plan Industrial de la Región 2008-2013, que se interpreta como el nuevo impulso de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos, teniendo en cuenta la inversión productiva en los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2009, y sin olvidar las políticas sectoriales de apoyos a pymes y a los sectores más castigados por el desempleo. Invertir en el tejido productivo de las pequeñas y medianas empresas se ve como algo decisivo y decisorio para salir adelante de esa espiral que supone la crisis que comenzó claramente en el 2008.

El desempleo, la lacra de la recesión económica

La recesión económica tuvo una realidad cruda, dura, imposible de solventar y de superar. Como ya anunciamos al comienzo de este artículo, no es oro todo lo que reluce, y el hecho de que algunos números hayan cuadrado en las cuentas regionales no ha conseguido evitar que Murcia haya sido la Comunidad donde más subió el paro en 2008 con un incremento anual del 76,19%, treinta puntos más que la media nacional, tras crecer en 39.333 personas y situarse a finales de diciembre en 90.956 parados. Las cifras son muy elocuentes de una caída en barrena de la que resulta complicado salir, habida cuenta de que el contexto nacional e internacional es también de fuerte crisis.

El desempleo es siempre la muestra de cómo marchan las cosas en un país determinado. Cuando se pierden puestos de trabajo perdemos margen de maniobra para afrontar las situaciones de crisis económica. El paro genera desazón, en primer término, y nos conduce a la bajada en el poder adquisitivo, lo que daña sustancialmente la economía del entorno que fuere. En el conjunto de España, la cifra de parados a final de 2008 fue de 3.128.963, lo que representa un incremento del 46,93% con respecto al año anterior, según los datos del Ministerio de Trabajo. Todo parece indicar que se mantendrán estos niveles negativos.

La caída, la dinámica de tropiezos en este campo, ha si atroz. Atendiendo a la evolución del paro en 2008 en la Región, se observa que todos los meses, salvo marzo, presentan un comportamiento desfavorable. La intensidad de los repuntes ha ido en aumento, siendo el último trimestre del año el más severo, con 14.611 parados más que el tercero. Empieza a generar pavor el conocimiento de unos datos que se ven con una complicada intranquilidad. No es sencillo salir del apuro y tomar iniciativas tendentes a salir de esta espiral.

Era de esperar. El crecimiento no podría ser hasta el infinito. Todo lo que empieza, y todo lo que va con tanta intensidad, tiene su freno. Y ocurrió. La Construcción fue el sector que mostró peor comportamiento, con 2.483 desempleados más que en noviembre y 8.827 más en los dos últimos trimestres. El número de parados en el sector alcanza ya los 23.514, cuando había cerrado 2007 con menos de 10.000, lo que supone una subida del 140%. Casas sin terminar, inmobiliarias con cientos de “se vende”, y un goteo de despidos se fueron sucediendo.

Tampoco Servicios siguió una trayectoria consistente, con 1.628 parados respecto a noviembre y 17.281 (un 62% más) en el último año; por su parte, Industria deja 895 nuevos desempleados y 5.066 (+65%) en el año. La región se había especializado en un sector servicios, que, debido a su clima y a su buen emplazamiento geográfico, estaba llamado a seguir creciendo, pero la economía ha generado un frenazo que esperemos que no dure demasiado. Las inversiones en este campo se presentan más que necesarias. Muchos empleos están en juego.

Cuando se dieron a conocer estos datos la patronal murciana, la CROEM, consideró que la “notable” destrucción de empleo en la Región era la consecuencia más visible de la recesión económica por la que pasaba la economía regional y nacional, y adelantó que esta tendencia proseguiría, al menos, durante el primer semestre del presente ejercicio. Previsión que, desgraciadamente, se ha cumplido de sobra. Los peores augurios se están cumpliendo en un escenario donde algunas medidas se ven como tardías o insuficientes, seguro que motivadas por la falta de confianza en todos los escenarios, a nivel internacional, en el ámbito nacional, y también en el territorio regional.

Por su parte, los sindicatos CCOO y UGT, esto es, los mayoritarios, pero también el resto de sindicatos, instaron a las administraciones a ampliar y agilizar las políticas de protección a los desempleados, a poner en marcha medidas “más eficaces” para activar la economía y a “vigilar” los expedientes de regulación de empleo que presentasen las empresas. Se pide un mayor control de los despidos, tanto del personal fijo como de aquello otro sujeto a la precariedad temporal en sus relaciones con sus respectivas empresas. Lo que se quiere es que nadie se aproveche de la situación para hacer caja y provocar más despidos de los que el modelo genera por el fracaso de determinadas empresas o la falta de rentabilidad de las mismas.

Solo el consenso entre todos, sin que nadie se considere adversario de nadie, puede conducir al arreglo de una coyuntura que, si se le deja por más tiempo, puede derivar en una estructura rígida para el cambio y la mudanza de reglas y de ciertos aspectos que han hecho que la desilusión lo inunde todo.

La agricultura, el colchón contra la crisis

El argumento de película llegó a su punto y aparte. No podía durar eternamente. Durante los últimos años, la Región de Murcia vivió la ilusión de que tenía una economía dinámica y poderosa. Era, en buena parte, así. Mucho dinero vino de fuera en forma de inversiones en el turismo, en la construcción y en una agricultura más que rentable. Acelerados por la construcción, muchos renegaron de la agricultura, hasta ese momento símbolo ineludible de la Huerta de Europa. La crisis económica ha vuelto a poner la cosas en su sitio y el sector agrícola, como perdonando a los que incluso llegaron a anunciar su desaparición, es ahora la principal fuerza que evitó que la Comunidad murciana entrara en recesión durante el pasado ejercicio. Ha aguantado como ningún otro los fuertes envites de una economía en horas bajas. En muchos comunicados y contactos informativos, los agricultores y sus organizaciones dieron buena cuenta de su supervivencia ante una coyuntura de desastre en otros ámbitos. Los análisis también dieron la razón a la agricultura como sector valedor de una economía en números rojos. Al menos esto fue lo que afirmaron los expertos de Funcas, la Fundación de las Cajas de Ahorro Españolas que indicaron, como hemos podido constatar a través de los comunicados enviados a los medios de comunicación, que “fue el campo y, por extensión, la exportación hortofrutícola, lo que ha salvado a la Comunidad de desplomarse en el 2008”. Suponemos que el ser el sector primario ha de servir para algo. El anhelo es que se mantenga como hasta ahora, como auténtico sostén, y que siga en el futuro. Además, convendría aprender de sus sistemas de funcionamiento para optimizar todo aquello que funciona en la agricultura y trasladarlo a otros sectores precisos de imaginación y mejoras en sus estructuras.

Nos acercamos a un capítulo muy relevante y suculento. En cuanto a las exportaciones de la Región de Murcia, éstas experimentaron en 2008 un crecimiento nominal del 3,6 por ciento respecto al año anterior, alcanzando los 4.570 millones de euros y creciendo por encima de la media nacional (1,7 por ciento), según informó la Cámara de Comercio de Murcia. Precisamente las exportaciones siguen siendo un motivo de entrada de divisas sustancial para la economía murciana, y, a la postre, para todo el país.

Los principales destinos de venta de los productos murcianos fueron Alemania, Reino Unido y Francia, en Europa, y EEUU y China, en el exterior. Precisamente, el mercado asiático está siendo analizado y buscado por los empresarios murcianos, intentando diversificar riesgos, aumentar las posibilidades de negocio y tener unas opciones de venta hasta ahora no tenidas en cuenta. La visión de los empresarios les está llevando a analizar y a interpretar lo que se puede hacer en países de aquella zona del planeta, que precisa de tecnología y de inversiones de todo tipo.

Según los datos de la Secretaría de Estado de Turismo y Comercio, las ventas regionales fuera de nuestras fronteras mantuvieron la continuidad en su crecimiento, superando el ritmo registrado en el ámbito nacional, donde las exportaciones crecieron una media del 1,7 por ciento. Con ello, la Región incrementa su peso específico sobre el total de las exportaciones nacionales, representando en este ejercicio el 2,43 por ciento de las ventas totales. La defensa del peso específico de estas exportaciones es crucial para que vaya repuntando poco a poco la economía murciana.

La realidad nos llevó por otros derroteros menos amables. En cuanto a otro indicador económico importante y no tan positivo como los anteriores, esto es, el índice general de producción industrial, éste se vio muy afectado por la situación de crisis económica bajando un 9,8 por ciento durante el ejercicio 2008. También era algo natural, habida cuenta de lo que ocurría en otros ámbitos. Murcia se convirtió así en la segunda Comunidad Autónoma, tras Asturias, en que la disminución fue más pronunciada. No obstante, se mantuvieron proyectos empresariales como en el Valle de Escombreras, el de General Electric (SABIC) o el de Repsol, sin olvidar el apoyo que puede suponer, desde el punto de vista laboral, un buen funcionamiento de los astilleros cartageneros con varios proyectos de futuro pendientes de realizar.

La caída fue en cascada a todos los niveles, en todos los escenarios. Así, tampoco el tejido empresarial de la Región se vio muy favorecido durante el pasado año ya que al igual que en el desempleo Murcia también ocupó el liderado en la destrucción de empresas. El panorama dibujado fue semejante al del resto de la nación. A menudo, la economía funciona como un dominó: cae una ficha y detrás vienen otras muchas.

Como es de suponer, con estos datos es normal que caigan también las cotizaciones. Es normal que si hay menos trabajo, también se pague menos a las arcas del Estado. Las contribuciones netas de los empleados vienen en tanto en cuanto lo son. El número de empresas murcianas inscritas en la Seguridad Social descendió a finales de 2008 un 8,89%, el mayor retroceso de todas las comunidades autónomas y 3,8 puntos más que la media nacional, que fue del 5,10%. El descenso fue generalizado, y para frenarlo se han puesto en marcha muchas iniciativas. El menor aporte a la Seguridad Social es poner en cuestión el futuro de las pensiones y de las prestaciones sociales. A menudo se indica desde los estamentos políticos que, durante las próximas cuatro décadas, estas prestaciones están garantizadas, pero para que ello sea así precisamos un cambio de rumbo y superar ciertos desafíos económicos. No debemos esperar a que el modelo sucumba o quede deteriorado de manera fundamental. Todo parece indicar que se están tomando las riendas de la economía para evitar que sea de este modo.

Sigamos con las frías estadísticas, muy clarificadoras, por otra parte. Los datos oficiales del régimen general de la Seguridad Social revelaron que un total de 4.176 empresas de la Región de Murcia echaron el cierre el pasado año, una mortandad muy superior a otras comunidades mayores, como el País Vasco (-1.419) o Castilla y León (-2.507). El drama del cierre de un gran número de sociedades lleva detrás muchas personas y familias que no saben qué hacer ante la situación dada. Conviene que revistamos de una cierta humanidad los datos del paro para que veamos lo perentorio que es poner en marcha actuaciones y actividades que nos inviten a mejorar todo este cuadro económico que estamos describiendo.

Es preciso que ante la realidad que estamos describiendo vayamos levantando el ánimo. No puede hacerse nada de valor si previamente no despertamos un tanto de entusiasmo. La vida es lo que es cuando le damos el crédito y la credibilidad que consideramos suficientes. Hemos de tratar de involucrarnos y de asumir que, en toda crisis, con sus riesgos y opciones complicadas, aparecen unas posibilidades que, de otro modo, no podrían aparecer. Leamos entre líneas para dar con las oportunas soluciones. En este sentido, aconsejamos la lectura de los diarios regionales, La Verdad, La Opinión y El Faro, donde se pueden hallar más cifras e interpretaciones que las que aquí mostramos. De hecho hemos tenido en cuenta algunas de sus consideraciones en la confección de este artículo.

Los estragos y las duras consecuencias que la crisis está causando en Murcia demuestran la excesiva vulnerabilidad de la economía regional a los cambios de ciclo económico. No hay parapetos ante las inclemencias de una coyuntura poco boyante. Convendría que las hubiera. La situación internacional y nacional influye mucho en lo que ocurre en nuestro territorio. De acuerdo con esta teoría, el crecimiento se dispara en Murcia en las épocas de bonanza. De hecho, entre los años 2000 y 2008 la Región lideró el aumento de empresas activas en España, con un aumento del 47%, según datos del Directorio Central de Empresas del Instituto Nacional de Estadística (INE). Pero de igual forma que cuando la economía a nivel internacional cuenta con datos positivos, en Murcia estos datos se mejoran, cuando la situación va mal, en Murcia parece que empeora todavía más. Quizá lo que tenemos que hacer es pedir que aprendamos de la experiencia, con el fin de poder abandonar los puestos de cola lo antes posible, y con el propósito también de evitar que esto vuelva a ocurrir.

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