viernes, 7 de agosto de 2009

En recuerdo de Lorenzo Guirao

Lorenzo, una buena persona

Piensen en una mirada honesta, en una sonrisa de buena gente, y hallarán a una persona grande de espíritu. Se llama Lorenzo Guirao. Ha sido muchas cosas en el ámbito de la política, y muchas más en la esfera sanitaria y de la investigación. Ante todo, se le podría calificar con la frase de “es una buena persona”, que, en este caso, no es un tópico.

Lo recuerdo en su etapa de consejero, cuando más relación tuve con él, con sus sabios consejos, con su mirada atenta a todo, con ese respeto que únicamente personas excepcionales saben mostrar. Sí, buena persona es la expresión que mejor le define.

Le he visto en los últimos años por mi barrio: nos saludábamos y nos contábamos que la vida sigue en esa intrahistoria que nos ennoblece como sociedad y que nos encamina con fuerza hacia el progreso humano. Su itinerario ha sido extraordinario.

De fina inteligencia, ha sabido cultivar las rutinas diarias con sanas amistades. Ha sido un ejemplo de vida en lo personal, como también hemos podido constatar que lo ha sido en lo profesional.

Ahora se nos ha ido. Otro mazazo que nos llega de la vida, que nos distrae a menudo, y que repetidamente nos recuerda que nos quedamos muy solos cuando personas de la talla de Lorenzo se nos marchan a otra dimensión. Amigo, te echaremos de menos.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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