miércoles, 18 de agosto de 2010

El conjunto comunicativo

El conjunto nos une, nos hace vivir en comunicación, en conexión y en comandita los elementos más plurales y esenciales. Busquemos la modernidad, que ha de trazar esos parámetros que nos sirvan para avanzar con todos al unísono. Al menos debe ser el intento. Tiramos a menudo para cada lado con una versión que nos propone una idea justa. No podemos quejarnos. Ni debemos. Hemos señalado los motivos de unas existencias que nos vienen con sus carnes abiertas de par en par.

Las ideas nos distraen. Hemos considerado muchos vaivenes con el propósito de dar con las conclusiones a unos procesos de los que todos podemos aprender. Nos debemos hacer caso entre consideraciones de principios corregidos desde el mar de sensaciones que nos llevan. Hemos sido, y más que podremos ser.

Las convenciones nos ultiman con sus noches que son frecuentes dichas con las que podremos acelerar los buenos pasos por los que nos movemos. De todos ellos nos sentimos orgullosos. Las notas nos las daremos con avisos de preferentes competencias. No hemos dado con las señales del gozo eterno.

Hemos previsto un sí. Las antesalas nos olvidan con sus complicaciones menos sabrosas. Nos hemos gustado con sus previsiones que invitan a lo más significativo. Agradecemos las esperanzas con las que nos trasladamos a un mundo de sueños.

Hemos colaborado con razones que están con arranques que son dificultades con sus volúmenes intelectuales más conocidos. Las amistades nos ofrecen unas reales sensaciones que son. Nos confiamos. Es bueno que seamos diligentes con los días que se nos presentan cargados de actividades y de pasiones.

Hemos aplicado posibilidades que son distracciones que nos ocultan sus itinerarios más o menos normalizados. Juntamos las piezas de otras afirmaciones que nos hacen seguir con sus intenciones más lindas.

Tenemos que hablar con esos formalismos que nos dejan con premios de conocimientos. Nos hemos puesto a planear para aguantar los envites y para señalizar las opciones con las que nos queremos mover entre torrentes que nos ubican con aquellas recuperaciones que nos superan. No nos hacen caso. Es bueno que así sea.

Tendremos que vernos entre parcialidades que nos intensificarán sus muestras de solidaridad comunicativa con esas consecuencias que se viven con distracciones que nos arreglarán el todo con unas vacilaciones que nos propondrán seguir hacia la creencia más nueva. Estamos en una dinámica que no ha de ser fugaz. Toda ella nos debe inducir al máximo respeto. Con él vamos a construir la comunicación menos clásica. Ésta nos ha de permitir que los progresos sean para la dicha en primer término y para la sociedad en segunda instancia. Todo forma un conjunto. Siendo en él, todos somos un poco más, porque los beneficios se interpretan como solidarios, como cosa de cada uno de los ciudadanos y de cada una de las ciudadanas. Nos parece que por ahí va la hermosura.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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