viernes, 21 de enero de 2011

Todos los elementos del proceso comunicativo

Aumentemos los acercamientos con unos pronósticos de asunciones de inocentes dichas en el mismo aprendizaje que nos podrían incluir en un panel de deliciosas ideas con sus correspondientes plasmaciones.

Situemos el mejor afán entre posibilidades que nos han de llevar a la vida misma con sus antojos más hermosos, que nos deben dar ese empuje hacia el cielo correspondiente de los anhelos llameantes de pasión. Sigamos con esmero.

Hagamos caso a nuestro interior y seamos, desde el equilibrio, un poco más arriesgados en la búsqueda del amor y del honor más serenamente lindo. Nos hemos de poner en esa ubicación que nos fije a los deberes que construyen sociedad con intercambios de experiencias, de las que recurrentemente hemos de aprender.

Pongamos los inicios de las historias en esas posiciones de salida que nos deben permitir argumentar lo mejor. Situemos las delicias en sus más prontas ensoñaciones, que nos deben dar coraje y firmeza. La existencia tiene interesantes posibilidades.

Añoremos esos tiempos en los que fuimos más fuertes y en los que tuvimos mucha más valentía, y que, en paralelo, nos sirva esa mirada hacia atrás para impulsarnos sin dudarlo en el sentido de los objetivos más dichosos desde el proceder comunicativo. No sustanciemos todo, pero tratemos de sacar partido a aquello que nos puede producir placer, que seguro que será mucho, sobre todo si lo compartimos. Avancemos contando y recontando, argumentando, narrando, dando protagonismo a las palabras y a sus oportunas imágenes auditivas y sonoras. Pongamos todos los elementos en el proceso.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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