miércoles, 23 de febrero de 2011

No ignoremos la comunicación

Hemos de modular los procesos de comunicación con el punto más equilibrado y con vueltas a comienzos que nos ayuden a que las cuestiones vayan por delante con sus efectos no retardados. Hagamos caso a los corazones, que nos han de igualar porque iguales somos. No dejemos de contrastar cuanto ocurra en mitad del camino de las interferencias de gustos variables.

Hagamos lo mejor. No convengamos con esos procesos que nos definen sin ver cuanto nos pueden ofertar las causas de índoles sugerentes y comprometidas con fines solidarios. Nos Hemos de aupar para que las voluntades sumen, para que éstas tengan el futuro que les concedemos entre todos. Nos hemos de ubicar bien.

Los impulsos con los que crecemos nos han de confirmar en los aspectos más positivos, que serán los que nos hagan justificar todo. Las heridas abiertas se han de cerrar desde la experiencia. No pensemos sin dar con esas claves que nos pueden ofrecer luces verdes para ahuyentar los malos vientos. Los pavores de antaño no deben dejarnos al albur de la nada. Intentemos dar con los conciertos que nos producen beneficios sustentados en la tranquilidad.

Los retrocesos han de servir para tomar fuerzas con las que viajar en modos pausados y determinados por los pactos, que siempre añaden más valor que quitan. Nos hemos de evaluar con las búsquedas más coordinadas, y para ello la comunicación ha de ser crucial. No supongamos desde el lado del fracaso, sino, más bien, desde la óptica del éxito, que nos implica en soluciones para todo tipo de problemas y de conflictos.

Movamos los espíritus con evoluciones comunicativas que nos han de adecuar para regresos que funcionen. Las superficies han de ser lisas para que podamos patinar y divertirnos. Los obstáculos reiterados no nos valen. Por lo tanto, hemos de quitarlos de esas líneas que nos dificultan los espacios. Veamos y seamos con dinamismos y memorias. Exploremos en los ambientes que nos rodean y saquemos partido a las ofertas que nos regalan dichas desde el conocimiento. Tomemos esos caminos. No ignoremos la comunicación.

Juan TOMÁS FRUTOS.

1 comentario:

  1. ¿Justificar todo? Una hermosa utopía que me recuerda el evangelio del pasado domingo con aquello tan difícil de ..."poned la otra mejilla". Es difícil justificar todo.
    He pasado por aquí y, como te conocí por casualidad, pues me ha interesado tu exposición. Dices que la experiencia cierra las heridas abiertas...¿Qué heridas? A veces eso se desea y la experiencia lo "aconseja" porque todo puede convertirse en un tormento, en una desazón si se dejan infectar. Filosofía pura, amigo, porque a veces las heridas supuran y ¡es tan difícil!
    Aboguemos, como dices, por las superficies lisas, sin recovecos y subterfugios. Alabo la comunicación pero reconocerás conmigo, si lo he captado bien, que la utopía es una pared muy alta siempre presente.
    Me gusta el tema.
    ...Y cuando te escuché en AERMU, no sabía que eras tantas cosas. Mi enhorabuena. Ya me pareció que tenías el don de la palabra...
    Leyendo tu entrada anterior, ya que te encontré y te leí, veo el cierre de esa emisora. Cada vez quedan menos cosas para nosotros, "los desterrados" murcianos que al final nos van a convertir en apátridas a fuerza de ir eliminando los pocos enlaces que tenemos con nuestra tierra.
    Un abrazo de esta murciana desterrada y que tus palabras "calen"

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