martes, 8 de marzo de 2011

El margen de la comunicación

Busco una estrategia con la que mimar mi presente, con la que ser yo mismo en una ardua tarea que me lleva a consolidar lo mejor de cada día. Hemos servido de testigos entre voluntades que nos son. Sigamos la estela del mejor comportamiento, dando las claves del más optimo deseo, de un sentimiento de concordia y de pasión.

Hagamos caso al momento, a la etapa que nos vaya llenando y seamos con la sensatez de quienes creen en los instantes más apasionados. Nos hemos divertido, y más que debemos conocer de las caricias que nos vayan consolidando en un afán un poco más tierno. Seamos con serenidad para que la dicha se extienda hasta los confines conocidos y mucho más allá.

Arbitremos procesos que plasmen y concreten lo mejor de aquello que nos permite divisar una consolidada misión de plástica paz. Seamos con todas las de la ley, y separemos las causas que nos incluyen en ese menester que nos libera a través del conocimiento mismo. Nada queda atrás.

Vivamos con entusiasmo cada enriquecedor aprendizaje, que hemos de colocar en ese lado donde la virtud viene de compartir con los demás, de atesorar razones que ubicar en el mejor sitio, desde el cual aprender constantemente. Las conclusiones de cada semana han de permitir que germinen nuestras mejores apuestas. No dejemos atrás las cosas que son. Nos levantamos para tomar aquello que antes nos dio de todo.

Los aprendizajes nos deben conducir hasta ese instante de pura pasión que nos ha de alimentar con sus cruces de fines y con sus ideas de gratitud. Seamos compuestos y en apuestas de claridades que nos han de transportar donde sea necesario para dar con la finitud que nos ha de acoger en el margen de la esperanza, que siempre estará presente cuando confiemos en la comunicación. Ese trecho lo hemos de recorrer una y otra vez.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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