jueves, 22 de diciembre de 2011

Diáfano optimismo

Hagamos honor a los elementos existenciales que nos consienten con sus momentos más ennoblecidos. Hagamos que el corazón sepa lo que sucede y que tome las consideraciones más pertinentes.

No demoremos soluciones que han de regalarnos salubridad y aspectos loables, sensacionales, casi únicos. No demoremos las salidas. Hemos de poder superar algunas divisiones internas y externas.

Contemos desde la sabia memoria lo que advertimos entre circunstancias de todo tipo. Generemos encendidas emociones con las que poder viajar hacia el amor mismo. El verdadero eje vital está en el cariño bien entendido y mejor comunicado.

Sorprendamos a nuestras neuronas, a menudo cansadas con bagajes reiterativos, fragmentados, y estropeados por la falta de mesura y de óptica. Consagremos nuestras vidas a los fines más agradables.

Integremos los objetivos de compañerismo y amistad en esos trámites que han de vivirse como provechosos sin desdén alguno. Hemos de llegar al convencimiento de que se va mejor, y se llega antes, y se consigue más, y se vive más estupendamente, y se gastan menos energías, y se disfruta más, y se es más feliz, si vamos con diáfano optimismo y buen rollo.

Juan TOMÁS FRUTOS.

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