Amemos todos los días.
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Sepamos por dónde discurrimos.
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Hemos de contemplarnos con anhelos de vivir.
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Nos socorremos con un beso.
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No faltemos al gran encuentro.
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Nos sonreímos con un poco de cariño.
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Hemos tomado al corazón. No es un rehén.
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Nos damos lo más hermoso: lo que somos.
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Nos distraemos en el inicio del día.
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Construyamos la jornada con muchos besos.
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Nos hemos de quedar en el momento clave.
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Nos presentamos con todo el mimo que podemos gestar.
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Nos hemos de llamar con luces de amor.
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Alumbremos. No siempre podremos quedar.
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Estemos en el sitio de antaño.
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Nos cobijamos en un abrazo sincero.
Juan T.
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