Todo es una presentación oscilante y continua de ánimos no rotos. La precisiones han de ser para mejorar, para esa transformación que nos regala momentos útiles. No dejemos que los mundos se choquen. Arreglemos lo que sea menester. No apaguemos velas que necesitamos para iluminar el camino.
Todo es cuestión de perspectiva. Nada es blanco o negro. Todo ha de contemplarse en función del cristal que podamos utilizar. Procuremos entendernos y ser capaces de fructificar con propios y extraños en esa ceremonia única que llamamos vida.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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