Miremos al futuro
sin más compromiso
que ser nosotros mismos
sin hacer daño a nadie.
Descifremos los sentimientos
de una era que es
con las fortalezas más queridas
y creíbles, introduciéndonos en la verdad,
en la búsqueda de los instantes más bellos.
Averigüemos con el alma
lo que necesitamos para la felicidad.
A continuación lo que hemos de hacer
es defender el bienestar común
como garantía del nuestro.
El corazón nos indica
lo que debemos hacer.
Tengamos tiempo y paciencia para escucharlo.
Juan T.
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