Imaginemos lo deseable en las noches
de esos tiempos que nos proponen seguir hacia esa montaña que nos enseña a
salir de hechizos y de magias que no están, que no nos ubican, donde quisimos.
Pongamos la estela que enseña la senda de la buena mañana.
Vivamos presagios con dones preciados que nos transporten
hacia esas posibilidades que nos otorgarán las vivencias más sensacionales.
Experimentemos las fantasías más altas.
Gestionemos lo poco o lo mucho con la misión que nos debe
hacer posibles, realizables, únicos, prestos a las sensaciones más loables.
Estiremos las ocasiones más hermosas. Hemos de prodigarnos
con las señales más claras. Posibilitemos lo que es.
La euforia nos debe caracterizar. Busquemos en las esencias
de la jovialidad para que las cuestiones fundamentales funcionen. Nos hemos de
esforzar en los buenos hechos, en los mejores, procurando entregas mágicas.
Desarrollemos todos los días la felicidad.
Juan TOMÁS FRUTOS.
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