Intentamos la felicidad,
y algo surge.
La defendemos en una ocasión más,
y soñamos con una destreza
que nos hará subir
los peldaños más emotivos,
que dirán por qué somos
en lo cercano,
en lo querido, en lo menos extraño.
Lo intentamos, la intentamos
hacer realidad.
Juan T.
viernes, 21 de junio de 2013
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