Generemos espacios
y energías que vuelan
hacia ese instante de pasión
que nos hace destacar
entre movimientos de deseo,
con sensaciones flamantes,
en el regazo del amor mismo.
Gestemos emociones
que nos incluyan
en la etapa de la querencia mayúscula.
Todo es con simpatía.
Aguardo tus roces.
Juan T.
viernes, 22 de noviembre de 2013
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