Somos magníficos
en el deseo compartido,
en el que nos rodea
con sus brazos claros
y prestos a estar bien.
Nos establecemos
en ese rincón que nos define
con sus envíos
hacia el corazón,
que protegemos
con actos de amor.
Todo cuanto hemos aprendido
lo vamos a compartir
en ese pronto que haremos eterno.
Cuajamos el momento estelar
con unas vivencias
que nos unen para siempre.
Estaremos en el mejor altar.
Juan T.
viernes, 29 de noviembre de 2013
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