Nos subimos
al carro
de la vida
que nos traslada
a los anhelos de aromas
silentes.
Resolvemos el amor.
Nos preocupamos
con recuerdos supuestos.
Hemos dado ansias.
Nos alzamos con deseo.
Hemos dado planteamientos
que nos dejan ir
hasta el inicio del cariño.
Nos ponemos a cantar.
Presentamos
lo más querido, lo soñado,
y somos,
al fin somos.
Juan T.
jueves, 26 de junio de 2014
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