Nos hacemos felices.
Es sencillo y difícil a la vez
con unas extraordinarias medidas
que nos aclaran
lo que podría ser
y que puede alcanzar algo más.
Nos provocamos
con astucias que están
en el mismo punto de antaño.
Es bueno: somos dichosos.
Jugamos a vivir.
Lo conseguimos.
Hemos acoplado los resultados
más idóneos,
los que tienen todos los sentidos
de un universo que vuelve
con atenciones que trastean
en positivo, con ilusión,
desde el máximo entusiasmo.
Concluir y comenzar es lo mismo.
pues estamos amparados
por el amor en sus variadas formas.
Juan T.
miércoles, 15 de octubre de 2014
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