Nos
implicamos
en
el valor de la memoria,
que
a veces se ha de relajar
y no
cumplir con su misión.
El
olvido, como el perdón,
es
la base
para
una nueva vida,
que,
sí, es la misma,
pero
con otro cariz.
Claro
que eso supone
tener
presente que a la casualidad
a
veces, de vez en cuando,
como
el que no quiere la cosa,
hay
que ayudarla.
Juan Tomás Frutos.
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