Tocamos el cristal de los pensamientos floridos y con ellos viajamos hacia ese umbral que nos permite superar mil batallas.
Nos
consolamos con las verdaderas premisas que nos colocan donde todo tiene
algo de sentido. Nos hemos preparado con mucha fortuna.
Hagamos
caso al mejor amor, que nos llena. Nos entregamos a las pacientes
escuchas, que nos conducen por los vericuetos más ciertos.
Nos hemos llamado, y, en la escucha, hemos dado con cuanto es. Nos enteramos bien. Hemos explicado los motivos que nos mueven.
Nos entusiasmamos con los reclamos de una era que predice cuanto tendrá que contar. Nos relatamos con hechos.
Juan TOMÁS FRUTOS.
domingo, 25 de septiembre de 2016
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