Nos
preparamos para ese día en el que somos la voluntad de la felicidad. Nos
esparcimos con compromisos sociales, en comandita.
Hemos de
restaurar las señales de una identidad que nos portará donde el sentido sea
misión. Nos gozaremos.
Nos hemos
de alimentar de los contentos que nos quitan las sombras con paciencias claras.
Nos iremos tomando en serio las esencias.
Hemos de
resolver las dudas que admiten métodos. Nos consideraremos en la amistad más
densa. Nos prestaremos claridades.
Pongamos
en su sitio los juicios que nos han de dar valores con premisas singulares. No
paremos. Nos alimentaremos de buenos comportamientos y de mejores ideales.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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