Reducimos
la vida con intenciones y hechos que nos recorren el alma. Nos decimos que hay
posibilidades.
Nos
establecemos en los lugares más reales, más estimulantes, más entendibles. Nos
hemos de dar lo bueno, lo nuevo, con un círculo cargado de prioridades con las
que avanzar.
Progresamos
con intereses singulares que nos previenen. Nos atraemos. Hemos calificado lo
pasado. Hay bondades.
Nos
presentamos en el lugar. Nos hemos querido mucho. Nos animaremos. Nos quedamos
en el sitio. Nos volcamos.
Hemos llamado
la atención en el mejor sentido. Nos entusiasmamos con recuerdos que son
realidades gracias a la vocación y al tesón. Vamos bien.
Juan TOMÁS
FRUTOS.
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